Donde le borran la memoria a Violet y ella tratará de recordar su pasado gracias a los hermanos Peviense.
• Edmund peviense.
• Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian y el viajero del alba.
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—¡Estas guapísima!—Dijo Violet para darle una vuelta a Julianna. La pequeña tenía un vestido largo con dos trenzas pequeñas ya que se había cortado el pelo. La hacía ver tierna.
Mientras tanto Violet tenía también un vestido largo pero con un pequeño escote. Violet escuchó como tocaban la puerta, al instante la dejó pasar y pudo observar a Lucy.
—Caspian nos llama —Dijo Lucy para sonreír un poco. La adolescente no intentó hacer una mueca al verla. Miró a su hermana y le apretó los cachetes.
—Quédate aquí. Ni se te ocurra moverte.
Finalizó para ahora salir con Lucy a la sala de Caspian. Las dos caminaban en silencio y la menor la miraba con pena.
—Lo siento —Dijo Lucy para agarrar de la mano a su amiga.—. Te juro que quería mandarte cartas. Violet, te juro que todo fue culpa del estúpido de Edmund. Me convenció de que no te íbamos a volver a ver, lo siento.
La castaña cerró los ojos con dolor. Edmund, Edmund, Edmund. ¿Así que todo había sido culpa suya? Después de sus cartas de amor, de un día para otro, ¿la había dejado de querer? Que estúpida había sido.
Violet abrió los ojos y miró a su alrededor, al ver que no había nadie pendiente a su conversación, miró a su pequeña amiga con una mirada fría.—. Que sea la última vez que le hagas caso a Edmund.—Lucy sonrió y trató de no llorar, ella había sufrido mucho al no poder hablar con ella durante mucho tiempo.
Las dos entraron y pudieron ver a Caspian junto a Edmund. La chica sonrió y miro la habitación con curiosidad. Era bonita.
—Aslan —Dijo Lucy al mirar una especie de cultura de oro del gran León.
Siguieron caminando investigando la habitación.—. Miren, el arco y las flechas de Susan.—Dijo Violet mirando el arco.
—Lucy —Dijo Caspian dándole sus pertenencias—. La he cuidado como lo prometí.
—Mi cordial curativo —Dijo Lucy sonriendo.—. Y mi daga —Iba a cogerlos pero no lo hizo.—. ¿Puedo?
—Claro, son tuyos.—Dijo Caspian dándole sus pertenencias a Lucy.
—La espada de Peter.—Dijo Edmund dijo acercándose a ella.
—Sí, la he cuidado como lo prometí —Dijo cogiendo la espada para intentar dársela a Edmund.—. Tómala si deseas.
—No, es tuya.—Dijo negando.—. Peter te la dio a ti.
—Te guarde esto.—Dijo Caspian para empezar a buscar su linterna y lanzándosela. Violet entrecerró los ojos al mirar la linterna, no pudo evitar recordar el momento de que al rey se le había caído. No quiso sonreír.
Violet inspeccionó el cuarto y vio la espada de su madre junto a su arco. Se quedó mirándolo por un buen rato, ¿ella estaba lista para luchar? Ella no recordaba como pelear y tenía miedo de fallar.
