Lo primero, pediros perdón por no haber subido ningún capítulo desde hace tiempo, me gustaría que todos vosotros, mis lectores, disfrutéis de este capítulo y sigáis leyendo y siguiendo mis pasos.
Vuestros comentarios y todas las visitas [Ya mas de 1,2 K, Os quiero mucho a todos...] Me animan a seguir adelante, además de todo lo que me comentasteis de seguir adelante, Disfrutad ;)
Varios días después de perder a uno de los compañeros, la lluvia les azotaba sin piedad. Todos los enanos se quejaban al gran mago, pero él siempre les respondía con sarcasmos y ironías. Al poco empezaron a escuchar los truenos, pero Daga se puso tensa, al darse cuenta que aquel extraño ruido no era una pelea de gigantes de roca, que en una de sus fuertes golpes logró romper el saliente por donde la compañía andaba, separándoles en pequeños grupos.
Thorin quedó atrapado con el señor Bolsón, Shaen cayó con Gandalf, Kili pudo agarrar a Bofur. Los demás enanos estaban en una roca que quedó a salvo del ataque, pero nadie vio a daga, todos se preguntaban por ella, todos menos Fili, que estaba tumbado boca bajo agarrando la mano de Daga, que colgaba del saliente.
-¡¡Aguanta Daga!!.-Gritó Fili mientras alargaba la otra mano, ya que por culpa de la lluvia ella se estaba resbalando.-¡¡No te sueltes!!.
Daga le miró con ojos de pánico. Las terribles alturas que tanto le asustaban, esas alturas que siempre salían en sus pesadillas. Fili le miraba con unos ojos asustadizos por si su mano resbalaba y perdía a esa pobre enana que revocaba sentimientos y recuerdos de una enana, la cual no podía recordar su nombre.
-¿Estas bien?.-Preguntó Fili mientras intentaba infundir confianza para ese duro momento, pero daga no podía hablar, estaba aterrorizada.-¡¡Ayudadme!!.-Dijo mientras su mano se resbalaba soltando a Daga emitiendo un grito de lastima e impotencia.
Daga pensaba que todo estaba acabado y cerró los ojos para hacer más llevadera su muerte. Su corazón palpitaba muy fuerte mientras sus ojos se cerraban cada vez más fuerte mientras recordaba a todos los seres queridos que habían estado a su lado, hasta que una imagen de fuego y un ojo inyectado en sangre le miraban atentamente, aquello le hizo gritar y abrir los ojos.
Notó algo agarrándola del hombro y miró hacia arriba observando la silueta de Thorin, el cual estaba apunto de caer, luchando por agarrarla fuertemente para que no se aplastase contra las piedras. Entre todos le subieron arriba, dejándola tumbada para que se recuperase de aquel shock.
Sus ojos empezaron a empañarse acabando en lágrimas. Todos los enanos le miraban mientras estaban asombrados. Bilbo aparto a todos y la abrazó con mucha fuerza dándole calor.
-Ya esta Daga, ya esta...-Dijo Bilbo mientras le acariciaba su suave pelo mientras le acunaba intentando calmarle poco a poco.-Estas a salvo, ya estas en tierra...
-Fuego.. Llamas... Calor... Muerte.. Dra...-Gandalf carraspeó antes de que Daga pudiese acabar,
-Será mejor que continuemos, no querréis volver a caer de nuevo ¿Verdad?.-Comentó mientras se ponía en marcha.-Vi una cueva aquí al lado donde podremos descansar.-Siguió andando hacia aquella cueva.
Todos le siguieron en fila para no resbalar por aquellas piedras mojadas. Fili llevaba a Daga en brazos, la cual estaba dormida.
Llegaron a la cueva y todos cogieron un sitio. La mayoría se extraño al ver arena en una cueva así, pero estaban tan cansados que se tumbaron y cayeron dormidos profundamente sin escuchar un ruído extraño...
~Rivendell~
Lya llevaba varios días entrenando con las espadas y las armas de acero. Tenía buena mano con las armas, pero no era suficiente para derrotar a grandes orcos y salvar la vida de su preciada amiga.
-Debes mejorar más si deseas estar a la altura de un orco.-Comentó un elfo mientras guardaba las espadas.-Además debes aprender a defenderte, no solo atacar, marcha a tus aposentos y guarda las armaduras. Mañana te enseñaré a tener un buen equilibrio.-Le comentó.-Te quiero antes de que el sol salga en el río.-Comentó.
-De acuerdo.-Dijo mientras caminaba hacia la puerta.-¿Traigo mi arma?
-No, trabajaremos con unos palos.
Lya asintió mientras iba a sus aposentos. Allí dejó de lado su armadura mientras se sentaba en la cama y miraba a la pared, mirando a la nada y recordando a sus viejos amigos, jurando y rezando por ellos, para que estuviesen bien.
-Cada vez mejoro... Cada vez mejoro Daga, y un día te devolveré el favor y te salvaré.-Dijo para si misma levantándose de la cama.-Te juro que yo no seré jamás una princesita, seré una guerrera, y acabaré en las filas de tu ejercito, ¡Porque se que tú llegarás a ser algo más que una humilde enana!.-Dijo con entusiasmo mientras alzaba su puño.
Se dió cuenta de que Elrond le miraba, y se sonrojó sentándose de nuevo en la cama, intentando tranquilizarse.
-Veo que no te rendirás ni con las peores condiciones.-Dijo Elrond acercándose a ella.
-Nunca dejaré de lado a mis amigos mientras sigan vivos. Nunca dejaré que ellos sufran sin que yo pueda ayudarles, no me quedaré aquí sentada, dejando que todos sufran.
Elrond sonrió y salió de sus aposentos silenciosamente dejando que Lya descansase para el siguiente día.
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La Princesa Bajo La montaña~Dᴀɢᴀʀʏᴛᴇ
FantasyDaga recorre la Tierra Media en busca de respuestas, sin embargo, ella recuerda haber vivido en el mismisimo infierno. Acompañala en sus aventuras en busca de su padre y en la salvación de su reino.