Daga era seguida por varias docenas de enanos a atacar contra los orcos. Ella mandó hacer un escudo y sacar las lanzas para acabar con los primeros orcos. Ella sabia que iban a acabar con ellos en el primer instante, no iban a durar ni un segundo... Pero cuando todo estaba perdido, unos cuantos elfos saltaron por las espaldas de los enanos, haciendo que los orcos retrocedieran.
Mientras los elfos y los enanos luchaban contra los orcos, en Erebor estaba todo el mundo estirándose los pelos. Incluidos Gandalf y Bilbo, que habían entrado.
-Dime Thorin ¿¡Como te atreves a dejar a tu hija sola contra toda esa orda de orcos?!
-Ella eligió hacer eso. Yo tengo que proteger todo este oro para que nadie me lo quite.
Gandalf apunto con su bastón amenazante mientras le miraba a los ojos. Su mirada se preocupaba por él, debido a lo que podía ver en sus ojos.
-La locura y el deseo de poder se esta adentrando cada vez en ti, haciendo que pierdas la manera de ser como antes, volviéndote aun más tenebroso, mas extraño. Thorin, tus amigos te dejaran poco a poco... ¿Ves que tu hija se ha ido por tu culpa?
-¡Largate de estas tierras viejo mago!.-Dijo Thorin mientras le apartaba el bastón.-No queremos ningún consejero patético en estas tierras.
Gandalf se enfadó por esas palabras de su viejo amigo, y agarró su sombrero, poniéndoselo y saliendo de aquella sala rápidamente, yendo a la batalla para ayudar a algunos de los heridos. Bilbo le siguió ya que no sabia que hacer en esos momentos.
Kili fulminó con la mirada a Thorin, estaba convirtiéndose en alguien como su abuelo, el cual odiaba bastante por su manera de actuar, además, ver gente luchando por ellos le rompía el corazón.
-¿¡Que crees que estas haciendo?! ¡Gente muere por nosotros!
-Que más da... ¡Que más da si mueren! ¡Este oro vale más que mil vidas!
Kili apretó su puño apunto de lanzarse a él y empezar una gran plea, pero decidió ir con los demás y sentarse en una piedra para pensar que hacer y ayudar a sus compañeros que estaban muriendo en aquella inmensa y sangrienta batalla.
Mientras, Thorin paseaba por los pasillos cuando pudo notar que todas las frases de desprecio y decepción que habían comentado estos días sus compañeros y su familia resonaban en su cabeza, haciendo que cada vez pensase más en quien era él y que estaba pasándole realmente. Caminando y escuchando esas voces llegó al lago de oro que habían creado cuando Smaug, pero esta vez, estaba seco. Él se miró en el reflejo, y las voces se hacían más fuertes haciendo a Thorin ver visiones que su subconsciente estaba creando. Aquella visión mostraba a Smaug nadando bajo aquel oro, dando vueltas sobre Thorin, haciendo que el oro se fuese hacia abajo y lo engullese poco a poco acabando con su vida.
Cuando la visión acabó, Thorin estaba jadeando, y tiró todas sus joyas al suelo, quitándose aquella capa que le distinguía como rey a la vez que decía "¡Yo no soy mi abuelo!". Una vez se deshizo de todo se apoyó en sus rodillas, jadeando por aquel susto que le había dado la visión.
Una vez se relajó empezó a caminar lentamente hacia donde estaban sus compañeros, abatidos por la pena y el dolor de las perdidas que estaban sucediendo ahí fuera. Cuando ellos le vieron así, cambiado, como antes, se levantaron, inclusos algunos se tambalearon al verle así...
Daga peleaba con todas sus fuerzas, combatiendo junto a su tío, que se esforzaba en guardarle las espaldas, como hacía ella con las suyas. Los dos se asombraron al escuchar un ruido estruendoso en la puerta, que hizo que se girase, viendo como la gran campana de Erebor había roto el muro, y como todos salían en formación de V siguiendo a Thorin.
Daga alzó la espada gritando por su pueblo, haciendo que todos los enanos gritasen con esperanza y fuerza, un grito de guerra que ponía la piel de gallina a cualquiera. Tras ese grito, Thorin abrazó unos instantes a Daga, haciéndole sentir mejor, cosa que le ayudó a mejorar en su estado de animo.
Justo cuando se separaron daga escucho un cuerno a lo lejos, que venía del este. Ella giró la mirada hacia allí, mirando que ejercito se acercaba de nuevo para completar esta masacre, y se llevó una sorpresa. Allí estaba Lya, vestida con una ligera armadura y una maya, con varias plumas de oro colgadas de sus trenzas rubias, y con un pose serio, aguantando una espada, galopando en su corcel hacia la batalla, seguidos de su hermano y su mentor, Jon.
Aquella sorpresa le hizo desviar la mirada hacia el noroeste, allí había una maquina creada por los orcos, seguramente era una maquina creada para mandar señales a los orcos, donde se resguardaba Azog, y su hijo Bolgo.
-¡Papa!.-gritó mientras peleaba contra uno de los orcos.-¡Se donde esta!
Thorin adivinó que iba a decir Daga y observó los horizontes y logró ver aquella extraña máquina. así que reunió a su fámilia y a uno de los enanos más fuertes que disponía el cual era Dwalin, y se embarcó en la búsqueda de Azog, que estaba allí arriba. Daga iba en su forma de Huargo mientras los demás iban en las famosas cabras montesas de Erebor.
Al llegar allí pudieron ver que los grandes caciques de los orcos habían desaparecido de allí, era una gran tapadera.
-Hay que inspeccionar el lugar. Daga, recorre, lo más alto, Kili, Fili, vigilad las torres de enfrente, inspeccionarlas a fondo, Dwalin, tu y yo debemos inspeccionar aquí abajo.
Lya galopó a la ciudad para ayudar a la gente. Allí estaban Bilbo y Gandalf, ayudando a los enfermos y débiles. Justo cuando Lya llegó allí, Tauriel llegó pálida por lo que había descubierto al investigar los al rededores.
-¡Mithrandir!-Dijo llamando la atención de los tres.-¡Orcos de gundabat! ¡Vienen por el pico del Cuervo!
Gandalf miró a Bilbo, que se disponía a correr ya a salvar a dos de sus mejores amigos.
-No voy a dejar que vayas Bilbo.
-Ni yo te estoy pidiendo permiso.-Dijo Bilbo mirándole a los ojos.-He de avisarles.
Lya miró a Bilbo con empata mientras pensaba rápido en como ayudar a Daga realmente en aquel campo de batalla, y tomó la decisión.
-Sube Bilbo, hemos de salvar vidas en el pico del cuervo.-Le dijo.
Bilbo sonrió mientras subía al corcel de Lya, y los dos galopaban de camino al pico del cuervo, lo más rápido que podían llegar allí. Una vez llegaron, Bilbo bajó para avisar a Thorin, y Lya fue a buscar a Daga, que se encontraba rodeada de trasgos mercenarios, y ella iba perdiendo.
No se lo pensó dos veces. Disparó con sus flechas a los trasgos, acertando de pleno y haciendo que Daga se diese la vuelta mirandole sorprendida.
-Rápido, debemos de huir de aquí, es una trampa Dada, una gran trampa.-Dijo preocupada mientras agarraba el pequeño collar de la enana cuando estaba en esa forma.
Le llevó a bajo, donde ya estaban varios de los exploradores, menos Fili y Kili, que aún estaban en las torres, quizás era demasiado tarde.
Thorin estaba esperando a Daga, para ver que estaba a salvo, y se dispuso a caminar hacia la torre cuando escuchó unos pasos acompasados, y un grito desgarrador que le rompió el alma. En poco vió a Azog sosteniendo a Fili del cuello.
-¡Corred!.-grtitó el enano asustado.-¡Huir!
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La Princesa Bajo La montaña~Dᴀɢᴀʀʏᴛᴇ
FantasyDaga recorre la Tierra Media en busca de respuestas, sin embargo, ella recuerda haber vivido en el mismisimo infierno. Acompañala en sus aventuras en busca de su padre y en la salvación de su reino.