Capítulo 13.- Infierno

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Una luz tenue se acercaba a los ojos de Daria, una luz cálida, anaranjada y muy acogedora. Ella sin poder evitarlo corrió hacia ella, hasta quedar atrapada en unas llamas que le abrasaban la piel y hacían que su sangre hirviese. Su llanto rompió al escuchar unas risas graves y una voz que decía "Escoria enana, todos murieron por ti... Todos se fueron por la princesita cobarde... ¿Vamos a volar'" Un ojo de color ámbar inmerso en un odio inmenso, con una pupila afilada y rodeada de escamas brillantes se le apareció delante de ella mientras su risa se hacia mucho mucho más grave y alta.

Ella se sentía atrapada, sentía como el fuego hacía que sus ojos azules perdiesen vida, como todo su cuerpo ardía en cenizas... Como el sudor caía de su frente. Pero sin embargo, esas llamas le engulleron entera, dejándole en la oscuridad completamente.

Empezó a gritar sin piedad, mientras notaba como una mano le tapaba la boca. Abrió los ojos contemplando donde estaba, y vió un rostro familiar, el rostro de Thorin, que le puso mucho mas nerviosa.

-No grites por favor...-Le susurró mientras andaban por una colina. Ella iba a las espaldas de Kili, como si fuera un saco de patatas.- Debemos de ir en completo silencio...

Daga tragó saliva mientras se acurrucaba en los hombros de Kili, intentando pensar que aquello era otro sueño, pero Kili ya estaba cansado, así que le dejó en el suelo, y ella se volvió a sentir indefensa, aquel sueño que desde siempre había vivido estaban otra vez retomando su mente, dando un mal presagio a la pobre enana.

-Siento no poder llevarte más como si fueras un saco, pero no fue muy agradable recibir tus patadas mientras dormías.-Le dijo Kili revolviendo su pelo, algo que le divertía.

-Lo siento mucho, tuve un mal sueño que espero que nunca más se vuelva a repetir...-Comentó la enana mientras miraba al suelo poco a poco.-Fue horrible.

-¿De que iba el mal sueño?.-Le preguntó amable mientras miraba a la pequeña.-Tal vez pueda ayudarte.

Al escuchar aquellas palabras no pudo evitar ponerse nerviosa después de un largo escalofrió que le recorrió toda la espalda. Su mirada estaba llena de miedo, y ella decidió ignorar la pregunta que le había hecho el joven.

-¿Daga? Creo que estas un poco ausente.-Dijo dándole un golpe en el hombro, lo mas flojo que pudo.

-¿eh...? Perdona... Estaba pensando en mis cosas y que debería hacer cuando... Lleguemos a donde vayamos... ¿Que decias?

-Nada... ¿No conoces a donde vamos? ¿No sabes que es Erebor?

-Siempre he escuchado hablar de ese lugar pero nunca supe que es.-Mintió, ocultando su rostro en la capucha.

-Vaya... Cuando vayamos te lo enseñaré todo ¿Te apetecé?.-Le ofreció con una dulce sonrisa.

Daga se encogió de hombros ignorándole completamente, estaba en sus pensamientos totalmente, pensando si aquel sueño solo era un recuerdo, o un mal presagio.

Mientras tanto, Lya había avanzado muchísimo con el arte de las armas. Las espadas ya eran como un complemento para su brazo, al igual que las dagas, aunque el arco era una de sus debilidades. Sus dedos se dormían de tantas horas que Elrond le hacía practicar. No solo practicaba la practica, si no que el mismo elfo le hacia construir sus propias flechas, con la excusa de "Conocer a fondo las armas que usas te ayudan a manejarlas con arte" aunque ella sabía que era como castigo y para mejorar su concentración.

En una de sus practicas se corto con una de las afiladas puntas de la flecha, y Elrond se ofreció a sanarla.

-Señor, ¿Puedo hacerle una pregunta?.-Le dijo con el mayor respeto que podía añadir a la frase.

-Pregunta lo que desees y yo veré si podré contestarte.-Dijo aplicando la venda a su mano.

-¿Cree que los enanos habrán llegado lejos? o mejor dicho ¿Cree que Daga estará bien?

Elrond sonrió, aunque fue imperceptible. Acabó de vendarle y se levantó, incitándole a seguirle a uno de los balcones del gran salón donde estaban situados.

-No creo que hayan llegado lejos, las tierras salvajes son mucho más peligrosas que las tierras pobladas, pero algo que no dudo que su amiga este perfectamente.

Lya sonrió colocándose a su lado observando los dos juntos como el sol dorado lanzaba sus últimas luces hacia las montañas.

-¿Cree que estoy preparada para partir de nuevo?

La sonrisa de Elrond se amplió mientras posaba sus ojos sobre ella y puso una de sus manos sobre el hombro de su aprendiz, mientras la luz del sol desaparecía poco a poco.

-Paciencia.

La Princesa Bajo La montaña~DᴀɢᴀʀʏᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora