Capítulo 21.- Sangre y fuego

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Cuando los enanos se tranquilizaron y dejaron de lloriquear empezaron a entrar uno a uno. La primera que entró fue Daga, ella pretendía buscar a Smaug y intentar derrotarle tal como ella pudiese, no quería poner a los demás en peligro.

-Señor Bolsón.-Dijo Thorin rompiendo el silencio.-Es la hora de que usted se ponga en acción.

Daga notó como Bilbo se ponía tenso y como su respiración aumentaba, pero él se dio la vuelta y empezó a caminar hacia dentro de la ciudad para buscar aquello por lo que le habían contratado. Daga, sin pensárselo dos veces, le siguió rápidamente, pero fue agarrada por su padre.

-No.-Dijo con un tono serio.-Es su tarea, el acepto morir en garras de ese dragón.

-No sabes que puede hacer esa alimaña de lagarto, no sabes el daño que podría causar a la Tierra Media si escapase de aquí. Antes no era nadie para ti, ignorabas mi salud, incluso intentaste matarme. ¿Ahora que sabes que soy tu hija quieres salvarme de todo? No gracias. Llevo bastantes años apañandomelas sola, por unas horas más no pasará nada más.-Una vez dijo esto se soltó del brazo de Thorin y se fue corriendo hacia Bilbo, cogiéndole del brazo, lo cual hizo sonreír a Bilbo un poco.

-Gracias...-Le susurró.

La enana sonrió por un instante y la vista se le fue a las inmensas montañas de oro, mientras escuchaba como los demás abandonaban la ciudad.

-Es hora de ejecutar el plan.-Comentó ella.-Antes que nada, no hay que mover ni una moneda de oro, el dragón puede estar bajo de una pequeña capa y notar la bibración...

-¿Como demonios vamos a pasar pues?.-Preguntó Bilbo confuso, pero se dio cuenta de lo que tramaba la pequeña.

-Vete

-No, no voy a dejarte sola Daga

-Bilbo Bolsón, saqueador de la compañia de Escudo de Roble, su trabajo ha terminado aquí de media vuelta y salve su vida, es una orden.

La cara de Bilbo se puso seria mientras agarraba el brazo de la enana impidiéndole moverse.

-Si tu vas, yo iré, eres una amiga que no pienso perder en este viaje, además no eres solo importante para mi. ¿Crees que Lya quiere verte muerta?

Lya.. El nombre de Lya empezó a rebotar por su cabeza haciéndole agachar la cabeza lentamente mientras engañaba al pobre Bilbo. Las intenciones de Daga eran suicidad, pero salvaría a su pueblo... Así que no esperó un segundo más.

-¿No vas a irte por lo que veo verdad?

-No

-Me alegra no morir sola.-La enana se tiró desde aquella ventana al oro llevándose a Bilbo detrás suya, que aguantaba un grito desgarrador, al ver que la locura había tomado a su amiga por completo.

Daga se levantó con una sonrisa y miró hacia los montículos de oro que relucían como si fueran nuevos.

-Tu busca la piedra Bilbo, tienes que encontrarla.-Dijo mientras empezaba a caminar. Desenvainó su espada.-Date prisa, la pelea no durará mucho, si la tienes, lárgate.-Dijo mientras con la punta de la espada golpeaba montones pequeños de oro haciendo que retumbasen los que había al rededor.

-Pe.. Pero...-Bilbo notó que no era hora de discutir por sus acciones y empezó la búsqueda de la piedra, yendo a la otra punta del gigantesco salón lleno de oro. Cuando llegó escuchó como las monedas del otro lado se movían.

-¿Ya despertaste? Te haces mayor... Antes sabias a donde iba todo el día, ¿No es así Smaug el todopoderoso?.-Preguntó Daga con un gran tono burlón.

Bilbo pudo observar como un gran reptil de color rojo oscuro con ojos inyectados en sangre se alzaba en sus cuatro patas, estirando las alas para hacer caer las monedas que se habían depositado en ellas.

-¿Que tenemos aquí...? Una pequeña y sucia rata que se ha colado... Mmmm.... ¿Será suculenta...?

-Veo que me recuerdas...-Dijo Daga con una sonrisa de medio lado mientras Smaug se acercaba a ella, con el pecho encendido y ojos furiosos.

Bilbo nose lo pensó dos veces y corrió hacia ella para apartarle. Sin embargo, tropezó con una piedra, haciendo que Smaug se girase hacia esa dirección y empezase a caminar hacia allí.

-¿A que pobre criatura te has traído contigo...?-Dijo moviéndose rápidamente, dejando a ver la piedra del arca en un montículo de oro.

-A... A nadie, es un zorzal que entró cuando abrí la puerta.-Encaminándose hacia la piedra, agarrándola como podía.

Smaug dió con Bilbo y lo miró curioso sin decir una palabra. El pobre Bilbo se quedó parado mientras miraba a los ojos inyectados en sangre que el Dragón fijaba en los ojos verdosos del pequeño hobbit. Daga llegó rápidamente allí, jadeando por la larga distancia recorrida.

-Él... Él es el jinete del barril.-Rompió el silencio.

-Jinete de Barril de Sotomonte.-Agregó Bilbo mientras Miraba a Daga que le enseñaba parte de la piedra a Bilbo, el cual entendió la situación. Pero no solo el la vio, Smaug pudo observar el brillo de aquella piedra, y segiró hacia Daga.

-¡¡El asqueroso Escudo de Roble os ha contratado como sucios ladrones!!.-Dijo mientras derribaba varios pilares a su paso, persiguiendo a Daga que había empezado a correr por su vida.

Bilbo huyó por otro de los ventanales, saliendo al pasillo principal donde podía observar a Daga, que le había lanzado la piedra para que la cogiese, pero una llama del dragón había inundado la sala, haciendo desaparecer la piedra.

-¡Daga!.-gritó mientras miraba como las llamas se extinguían. Sin embargo, allí no había nadie, ni si quiera estaba la piedra. ¿Estarían las dos en las fauces de Smaug.. O Daga acabó hecha cenizas? Esa era la duda de Bilbo...

Thorin llegó a su lado, ya que aquel estruendo llegó hasta la superfície.

-¿¡Y Daga?!.-Gritó eufórico.

-Lo siento...

Thorin se quedó paralizado mientras miraba a Smaug, que se acercaba lentamente a ellos.

La Princesa Bajo La montaña~DᴀɢᴀʀʏᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora