Capítulo 14.-Acorralados

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Bilbo observaba a Daga, que estaba alejada de los demás y con la capa cubriéndole el rostro, sin dejar que nadie viese sus ojos azules llenos de lágrimas que mojan su rostro. Además el silenció y la tensión se adueñaban del terreno, haciendo que los enanos fuesen muy atentos, ya que desde la muerte de uno de sus compañeros nada fue lo mismo, nadie se atrevía a decir ni una palabra, por respeto a la enana, y por un sentimiento de culpa.

De repente Daga notó unas orejas puntiagudas en su capucha y notó como el pelo crecía en ellas, y cerró los ojos. Una vez cogió aire miró a la luna, cuando su cara se tornó pálida, era luna llena, la peor pesadilla de una cambia pieles.

-Iros ahora mismo.-Dijo seria.-Adelantaros, debo de hacer un recado..-Dijo mientras marchaba hacia atras sin quitar la vista del suelo. A los minutos notó como el hozico asomaba de su capucha. Ellos sabían que era una cambia pieles, pero o eran conscientes de lo que ocurría con la luna llena.

-¿Ocurre algo Daga?.-Preguntó Bilbo alarmado estirando la mano a ella, para ayudarle al verle tan agachada y dolorida.-¿Puedo ayudarte?.-Dijo acercándose con miedo.

-¡Alejate!.-Gritó mientras salía corriendo hacia atrás bajo la luz de la luna, y difuminándose en la oscura noche.

Los enanos se quedaron estupefactos al ver aquel comportamiento de la enana, pero, el tiempo era oro, y no podían volver atrás y rescatar a uno de sus componentes. Siguieron caminando mientras algunos miraban atrás con la baga ilusión de que ella volvería, con ese alo de misterio, o con su sonrisa y risas que habían llenado a la compañía de esperanza.

Al poco escucharon gritos a la lejanía los cuales hicieron que todos girasen la vista hacia el horizonte, viendo a varios huargos, con esos asquerosos y horribles orcos montados encima y capitaneados por el orco blanco, Azog el Profanador.

Thorin dió la voz de huída mientras todos corrían hacia delante, huyendo de aquella manada de huargos hambrientos, pero esta vez, la suerte no estaba del lado de los enanos, acabaron acorralados en un acantilado de tierra débil.

-Ahora que haremos....-Dijo Nori, el enano de pelo estrellado.

-¡Subid a los árboles!.-Escucharon desde lo más alto de un roble, era Gandalf el Gris.-¡Rápido insensatos!

Todos subieron a los árboles mientras el pobre Bilbo no era tan rápido, así que tubo que hacer frente a varios orcos hasta llegar a una rama baja. Con ayuda de los enanos le subieron a la parte alta.

Una vez todos los enanos estaban arriba, los huargos intentaron derribar los árboles con sus garras, haciendo que los árboles se inclinasen hacia el vacío. Gandalf agarró una piña, y la incendio con un conjuro, y así pasándoles piñas a los demás enanos para crear un circulo de fuego a su al rededor.

Al cabo de unos minutos, los huargos se retiraron haciendo que los enanos gritaran victoria, sin embargo, sus cánticos se acabaron cuando escucharon un gran aullido detrás de ellos, notaban como el suelo retumbaba bajo sus pies, y como los huargos pasaban el fuego sin miedo, y gruñendo más furiosos que nunca, haciendo que las caras de los enanos cambiasen a un tono blanco viendo que los árboles estaban cerca del vacío.

Las pisadas se acercaban cada vez mas y vieron como un gran oso, del doble tamaño de lo normal, y un lobo negro, un poco más pequeño que el oso se posaron delante de los árboles defendiendo a los enanos. Esta presencia hizo sonreír a Gandalf, pero tan solo por unos instantes, ya que los árboles empezaron a rasgarse gravemente poniéndose horizontalmente, haciendo que los enanos resbalasen y se agarrasen a las ramas, gritando auxilio, y rezando por sus vidas.

Las dos criaturas entablaron una larga lucha, se notaba que tan solo quería alejarlos de los árboles, se notaba que algo llevaban entre manos, sin embargo, fuera lo que fuera, todo salió mal.

Thorin se levantó y fue hacia la pelea, con un pedazo de roble en la mano y la espada. Todos los enanos miraban asombrados a su líder, que fue seguido por Bilbo, él cual no iba a dejar a Thorin solo, esta vez no.

Los dos se abalanzaron contra los huargos junto a las dos criaturas, luchando con toda su rabia, pero uno de ellos cayó al suelo, era Thorin, que acabó en las fauces de un huargo, él cual se las clavaba en el estomago, haciendo que el gritase de dolor.

Bilbo se encaró contra el huargo para salvar a su compañero, pero escuchó un graznido a lo lejos, dirigiendo la mirada hacia el cielo...

La Princesa Bajo La montaña~DᴀɢᴀʀʏᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora