Capítulo 4 - Bolsón Cerrado.

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Al par de días llegaron a los lindes de uno de los pueblos más calmados de la Tierra Media, habitada por unas criaturas llamadas Hobbits. 

Estas criaturas eran más pequeñas que los enanos, aunque no se llevaban mucha altura. Los hobbits estaban caracterizados por sus peludos y enormes pies y por su vida sumisa y tranquila.

Las dos chicas llegaron bien entrada la noche a La Comarca, preguntado a varios habitantes el paradero de Bolsón Cerrado. Al llegar a la puerta, dejaron a los ponis atados a una de las vallas. Daga estiró del cordel de algodón dorado haciendo sonar una pequeña campana, un pequeño Hobbit abrió.

-Buenas noches.-Dijo Daga mientras miraba la casa desde la puerta.-¿Bolsón Cerrado?

El Hobbit se quedó a cuadros mientras les miraba a las dos con el ceño bien fruncido y con una mirada confusa.

-S... Sí es aquí.-Dijo mientras miraba a las dos chicas que tení en frente.-¿Les puedo ofrecer algo?

-Exactamente sí.-Entró en la casa y dejó su capa de color rojo escarlata en un perchero tallado de madera. Lya entró detrás de ella y dejó la suya al lado de la roja.-Dígame, señor, ¿Cómo podría llamarle?

El pobre señor le miraba con la boca medio abierta sin entender nada. Cerró la puerta cerrando aire mientras volvía a mirarla.

-Mi nombre es Bilbo Bolsón, a vuestro servicio.-Hizo una reverencia que hace que casi caiga al suelo.

-Yo soy Thy...-Lya carraspeó cruzándose de brazos. No le gustaba que su amiga mintiese, y menos a un hombre tan honrado que dejaba pasar a cualquiera en su casa.-...Daga. ¿Tiene algo para la cena? Llevamos días galopando y... ¡Oh! Pescado, parece delicioso.-Mientras se sentaba en una silla de madera.-Muchas gracias señor Bolsón. Siento ser tan grotesca, llevo harta de hojas verdes y sin sabor.-A penas saboreó el pescado cuando se escuchó otra vez la campana.

Bilbo fue hacia la puerta y abrió. Al abrir estaba un enano con una larga melena, pero con calva, donde se podían observar unos tatuajes en el. También llevaba en los nudillos unas armas de metal para defenderse.

-Dwalin a vuestro servicio.-Este acompañó la frase con una reverencia. El señor Bolsón realizó también una reverencia.

Dwalin fue a la cocina y observó a la pequeña enana, para él desconocida, pero aún así, la mirada penetrante de los ojos azules de la chica le hizo sonreír con algo de melancolía. Daga le sonrió también y siguió comiendo aquel plato que había robado al señor bolsón. Sin embargo, aquel silencio en la casa fue roto por la campanilla, que sonó de nuevo. Bilbo, molestó abrió la puerta y se encontró a una docena de enanos derribados en su puerta, quejándose cada uno del peso del otro, intentando escapar de aquel montón de enanos. Detrás de ellos apareció Gandalf, el mago gris que se encontró Daga por el camino. Bilbo suspiró y le miró.

-Gandalf...

-Hola viejo amigo, he traído unos enanos para embarcarte en una aventura. Será divertido para mi, y divertido para ti...

La Princesa Bajo La montaña~DᴀɢᴀʀʏᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora