Capítulo V: Descubierto (primera parte)

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Después de esa primera platica las conversaciones empezaron a ser más recurrentes entre ellos, descubriendo que aun así hubiera un mal chiste o una burla de por medio, los temas para hablar no se agotaban y los silencios incomodos empezaban a dejar de serlo.

Dazai supo que a Chuuya le fascinaba el rock, pero también disfrutaba de géneros como el metal y el pop, supo que su comida favorita era el Udon, básicamente, un platillo de fideos gruesos servido en una salsa de tsuyu. Chuuya por su parte se enteró de la inclinación de Dazai por la música clásica, aunque al igual que él, no dejaba atrás al resto de géneros musicales, además, también supo del gusto del castaño por los mariscos, especialmente por el cangrejo. Si de gustos en común hablamos, ambos tenían estupor por las pinturas de Alfred Kubin, un artista de origen checo cuyas obras eran descritas como pesadillas. De igual forma, compartían una pasión grande por la literatura, solo que mientras el libro favorito de Dazai era su manual de suicidios, Chuuya no podía elegir solo uno.

Sin embargo, esa tarde en particular ambos se encontraban discutiendo acaloradamente, ya que a Dazai le había parecido gracioso empapar a Chuuya de agua cuando se encontraba tomando una siesta mientras lo esperaba. Colérico el pelirrojo salto sobre el castaño tomándolo por el cuello de la camisa, tirándolo al suelo después para posicionar la suela de uno de sus zapatos en el pecho de este, que lo miraba con aparente inocencia.

- ¡Jovencitos! – exclamo severa la voz de la bibliotecaria, quien había corrido rápidamente desde su cubículo para detener semejante alboroto. – Sepárense ahora mismo y largo de aquí, si no quieren que le informe de esto al director.

- Pero si todo ha sido su puta culpa- escupió Chuuya mirando con enojo a Dazai.

- Esas palabras, Nakahara- reclamo la mujer.

- Lo sé, perdón- se disculpo apenado- pero no puede echarnos de aquí, la biblioteca es un lugar para los estudiantes.

- Entiendo perfectamente eso señor Nakahara, y francamente no tengo problema porque cada uno regrese por su parte, no están vetados si es lo que le preocupa – aclaro la mujer. – Pero juntos, me niego a seguir tolerándolos, como bien dijo es un lugar para estudiantes, y por lo tanto se necesita de toda la calma del mundo para poder trabajar aquí, cosa que, con los gritos y peleas de ambos, dudo que se pueda lograr. Así que por favor, fuera de aquí- dijo ya más calmada.

Chuuya se disculpo nuevamente y tomo sus cosas, saliendo con Dazai detrás suya unos momentos después.

- Chibi, espera- le llamó Dazai recibiendo una fuerte patada en su abdomen por parte de Chuuya. - Vaya que golpeas fuerte- se quejó.

- Ya estarás contento ¿no? Nos echaron por tu puta culpa.

- Esa boquita Chuuya- le recrimino Dazai en tono cantarín.

- ¿Y ahora qué hacemos?

Dazai jadeo con desgano, esta bien, puede los hayan echado por su culpa.

- Podemos pasar las sesiones a mi casa, no está a más de 10 minutos si tomamos el tren.

- Está bien- suspiro el pelirrojo- vámonos.

Cuando llegaban a la salida la voz de Kouyou los intercepto.

- ¿Y ustedes a dónde creen que van? ¿No se supone que deberías estar estudiando? – le preguntó a Chuuya.

- Nos echaron de la biblioteca- respondió Dazai ganándose una mueca por parte de la pelirroja de, «Le había preguntado a Chuuya, no a ti». – Según Chuuya fue mi culpa.

Zurcir [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora