Sabías que tener un bebé con un idol iba a ser difícil, pero tenías la esperanza de que Hoseok le diera un poco de su tiempo a su pequeña hija.
Los primeros seis meses estuvo más que encantado, enamorado de su bebé. Pero cada vez se distanciaba más y más.
Hoy era el primer cumpleaños de la pequeña Jung Eunbi y suponías que tu esposo llegaría más temprano de los usual. Que equivocada estabas.
En la mañana se fue temprano, diciendo que tenía que hacer algunas cosas en la agencia, tú asentiste, pidiéndole que llegara temprano.
Al parecer no recordaba que exactamente hace un año, su pequeña había nacido.
Lo esperabas pacientemente, no querías pensar en todos los escenarios posibles, como que no quisiera volver a casa, que esté con otra mujer, o que realmente esté muy ocupado. Querías creer que era la última.
Dieron las 6pm y decidiste llamar a tu mejor amigo, líder del grupo de tu pareja.
–Nam, ¿Cómo estás? –Hablaste a penas contestó.
–Bien, pequeña, ¿Y tú? –Preguntó de vuelta.
–Supongo que bien –Un pequeño suspiro salió de tus labios, preocupando a Namjoon. –¿Están muy ocupados en la empresa?
Él hizo un ruido de confusión.
–Hoy día es nuestro día libre, ¿Porqué?
–¿Hoseok está contigo? –Escuchaste que dijo un "Mhm" entendiendo que era un sí.
–Está junto a Yoongi, hablando del trabajo, ya sabes. ¿Quieres hablar con él? –Negaste aún sabiendo que Nam no podía verte.
–No, el trabajo es más importante que su hija, déjalo –Un sollozo salió de tu garganta. –¿Puedes venir? Hay mucho pastel y pocaa personas
–Estoy allá en cinco minutos, esperame. Voy a llevar helado de chocolate –Nam cortó la llamada y tomó todas sus cosas, antes de salir de la sala, le dio una mirada fulminante a Hoseok. Estaba más que molesto, pero no diría nada.
Todos los presentes habían ido en algún momento del día a saludar a la pequeña de la familia. Claro, excepto su papá.
Nam llegó en menos de cinco minutos, tocó la puerta, fue recibido por ti, con las mejillas rojizas y llenas de lágrimas.
–Pequeña –Atinó a abrazarte con cuidado, como si fueras de cristal. –Vamos adentro, vas a desahogarte
Ambos entraron, y se sentaron en el sillón, él tomando en brazos a Eunbi.
–Habla, yo te escucho –Susurró, mirando fijamente a tu hija.
–Tú sabes todo lo que sufrí desde pequeña por mi padre, prefería su trabajo antes que mi mamá y mis hermanas. Yo lo entendía de cierta forma, tenía que mantenernos, pero se iba a las seis de la mañana, volvía a las once y media de la noche. No lo conocía prácticamente. Para el día del padre, yo le hacía el regalo a mi abuelo o a mi hermano. –Entre sollozos, lograste hablar. –Yo no quiero que Eunbi pase por lo mismo, y tengo miedo de que Hoseok haya conocido a otra chica, que no me diga nada por el compromiso de nuestra hija y nuestro matrimonio. Estoy reviviendo mi peor momento y eso me debilita.