𝗆𝖾𝗇𝗌𝗍𝗋𝗎𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇

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Habías acompañado a Hoseok a visitar a los chicos, pero no contabas con que aquella sensación de que hay algo descendiendo de tu zona llegara. Te disculpaste y fuiste rápidamente al baño para revisar si era aquello que tanto temías que fuera, no por tu novio, sino que por los chicos, había confianza pero no a tal nivel.

–Joder, Saeron, eres una mujer con el período totalmente irregular, deberías saber que tienes que llevar al menos una compresa siempre –Comenzaste a regañarte a ti misma al ver que había una pequeña mancha de sangre en tus bragas, afortunadamente, no en tu pantalón.

No sabías como llamar a Hoseok y pedirle que fuera por un pequeño paquete de aquellas toallas sanitarias que solías utilizar.

–¿Y ahora que mierda hago? –Susurraste mientras te dabas algunos golpes en la cabeza.

Te habías demorado más de lo "normal" en el baño y Hoseok lo había notado, por lo que fue a verificar que estuviera todo bien.

–Jagiya, ¿Está todo bien? –Preguntó alzando la voz para que lograras escucharlo.

–Gracias a Dios –Hablaste y abriste la puerta, solo un poco. –¿Puedes ir por toallas sanitarias? No tengo una de emergencia y mi período llegó –Él asintió rápidamente y se vio que quería preguntar algo. –Las de siempre

Cerraste la puerta y Hoseok salió rápidamente de la casa luego de haberse puesto un cubrebocas. Le avisó a los chicos que no te molestaran y que volvía en unos minutos.

En menos de diez minutos tu novio ya estaba de vuelta, abrió la puerta, dejó sus zapatillas en la entrada y fue rápidamente al baño tocando la puerta.

–Ya estoy aquí jagi, abreme –Dijo mientras apoyaba su cabeza en la puerta.

Le abriste y lo dejaste pasar. Tenía que lavarse las manos, estando en pandemia la higiene era algo sumamente importante.

Tomaste el paquete y lo abriste pero debías cambiarte la ropa interior. Hoseok entendió lo que ocurrió y salió del baño para dirigirse a la que era su habitación. Tenía algunas prendas tuyas y algunas de él, obviamente.

Una vez ya estabas lista, saliste del baño con un preocupado Jung atrás tuyo.

–¿Te duele? ¿Necesitas algo? –Preguntó en un susurro mientras ponía una de sus manos en tu cintura.

–No, aún no duele –Le sonreíste tiernamente. –¿No me manché, cierto? –Señalaste tu trasero para que viera si había alguna mancha. Te hizo caminar un poco y cuando lo miraste simplemente negó. –¿Y adelante? –Señalaste ahora tu zona a lo que también negó.

–Está todo limpio, bebé –Sonrió y tomó tu mano para llevarte a la terraza para seguir hablando con los chicos.

–¿Todo bien? –Preguntó Namjoon al ver que ya habían vuelto. Ambos asintieron.

La tarde pasó rápido al tener a tu novio detrás tuyo preguntando cada 10 minutos si necesitabas algo o si ya comenzaba a doler. También te dio muchos mimos en cuanto supo que los cólicos habían llegado.

Hubo un momento en el que Namjoon comentó que quería chocolate caliente para pasar un poco el frío, Hoseok se ofreció en ir a comprar y fue en ese momento en el que le pediste algunas golosinas.

–Hobi, cariño –Lo llamaste mientras él tomaba todas sus cosas. –¿Me traerías algunos dulces? Después te paso lo que gastes en mí

–¿Algo en especial, cariño? –Negaste a lo que él sonrió. –No voy a recibir el dinero, bebé, no es necesario que lo hagas

–Pero..

–¡Ya me voy! Cuiden a Saeron –Todos gritaron un "Sí" mientras ordenaban un poco.

–Aish...ese hombre –Susurraste con diversión para después empezar a ayudar a los chicos.

Los cólicos iban de mal en peor, pero sabías disimular el dolor pero de vez en cuando soltabas un inaudible quejido.

Jimin, quien solía mirar tu trasero sin segundas intenciones, notó un pequeña manchita de sangre en tu pantalón, por lo que rápidamente se acercó y te abrazó por la espalda.

–Sae, ¿Estás en tu período? –Susurró mientras apoyaba su cabeza en tu hombro. Algo avergonzada asentiste. –Tu pantalón se manchó un poquito, en la habitación de Hoseok debe haber algo tuyo, anda a ver

Él, sin soltarte te llevó a la habitación y en cuanto entraste, cerró la puerta, esperándote afuera.

Buscaste en el armario con bastante paciencia y encontraste un pantalón de buzo negro, lo tomaste junto a una braga nueva, si el pantalón se había manchado, por lógica la ropa interior también. Eso era lo malo de tener un flujo abundante.

Fuiste al baño y te cambiaste una vez más. Al terminar, lavaste tus manos y saliste arreglando tu polera.

–Gracias por avisarme, Jimin –Susurraste bastante avergonzada.

–No es nada, Ronie –Sonrió y volvió a la sala de estar, donde ya se encontraba Hoseok.

Te sentaste al lado de tu novio, apoyando tu cabeza en su hombro, él comenzó a darte algunas suaves caricias.

Una vez volvieron a casa, inmediatamente te pusiste el pijama y te tiraste a la cama, acomodándote nuevamente sobre el pecho de Hoseok. Te quedaste dormida en un par de minutos.

Estabas consciente de que existía la posibilidad de manchar las sábanas durante la noche, y aquello aún te avergonzaba después de dos años de relación con Hoseok, pero él sabía como hacerte sentir cómoda y segura en aquellas situaciones, después de todo era algo natural que le ocurría a todas las chicas en algún momento de la vida.

Al despertar, lo primero que hiciste fue revisar las sábanas, notando algunas manchas en la que cubría el colchón. Soltaste un suspiro y te acomodaste.

Hoseok despertó algunos minutos después y te vio bastante frustrada.

–Buenos días, preciosa –Susurró en tu oído, haciendo que una corriente eléctrica recorriera tu espalda al escuchar su voz ronca. Era algo que siempre te ponía así. –¿Porqué estás tan frustrada?

–Las sábanas...

–Ve a ducharte, yo las lavaré y cambiaré luego de dar vuelta el colchón, ¿De acuerdo?

Asentiste bastante emocionada. En tus relaciones anteriores nunca había pasado aquello, todos te miraban con asco.

–Soy tan afortunada de tenerte en mi vida –Susurraste tapando tu rostro con la almohada al sentir como tus ojitos se llenaban de lágrimas. –Te amo tanto y estoy tan agradecida de que seamos una pareja estable y feliz. Por favor, no me dejes, Hobi –Soltaste un pequeño sollozo ahogado.

–Aww, mi bebé –Sonrió y rodeó tu cuerpo con suavidad para dejar cortos besitos por toda tu cabeza. –Y yo te amo muchísimo más, jagi, y créeme, yo soy el afortunado aquí. Eres tan sincera, natural y sencilla que siento que cada vez que te miro me enamoro otra vez, y con más intensidad que antes

Sonrió y te acomodó sobre él sin importarle si después era él quien tenía una pequeña manchita. Solo quería estar contigo durante algunos largos minutos.

Esos pequeños detalles eran los que te decían que él es el indicado.

……

Algo así me imagino a Hope en una situación parecida. Siento que sería demasiado atento yyy 🥺
Espero que les guste.
Les quiero muchísimo 💕
Cuídense mucho

𝗵𝗼𝘀𝗲𝗼𝗸 𝘀𝗶𝘁𝘂𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻𝘀 ★ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora