Saeron era la chica delivery de aquel local de pollo frito y pizza, se encargaba de responder los llamados y llevarlos a la persona correspondiente.
El teléfono sonó, siendo la última llamada que recibirían en el día. La castaña contestó amablemente.
–Hola, buenas noches, mi nombre es Saeron y hoy atenderé su pedido de Chicken pizza. ¿Qué le gustaría pedir? –Habló rápidamente, sin dejar su dulce tono de lado.
El chico realizó su pedido, por lo que la chica se encargó de anotar todo, era un pedido grande.
–¿Eso sería todo? –Obtuvo la confirmación del chico de suave voz y habló nuevamente. –Bien, necesito su nombre y dirección.
Nuevamente, el chico dio sus datos para que pudieran ir a dejar su pedido.
–Su pedido llegará en, aproximadamente, media hora, gracias por preferirnos, tenga una buena noche. –Dijo la chica y cortó la llamada. Informó el pedido a los de la cocina y ellos comenzaron a prepararlo rápidamente.
Saeron tomó aquella gran mochila de los delivery y comenzó a organizar todo en el interior, esperando por que las pizzas y palitos de queso estuvieran listos.
–¡Ya está el pedido, Sae! –Gritó uno de los chicos de la cocina, por lo que la castaña corrió a buscar las tres cajas de pizza. –Ve con cuidado, se dice que puede llover.
Una vez tenía todo guardado en la mochila, se puso todo lo correspondiente para subirse a la moto.
En el camino vio caer algunas gotitas de agua, por lo que tuvo que disminuir la velocidad. Odiaba llegar tarde con los pedidos cuando ella ya había dicho un tiempo de espera.
Llegó al lujoso edificio, se bajó de la moto para luego sacarse aquel pesado casco, peinó su cabello con delicadeza y tomó la mochila, dispuesta a entrar al lugar. El señor de la puerta, encargado de la seguridad del lugar, la detuvo, preguntándole a que departamento venía y porqué.
–Vengo al penthouse y traigo un pedido de comida. –Señaló la mochila, el señor asintió pero aún así le pidió la identificación y la credencial del recinto donde trabaja. Ella sin rechistar, le entregó ambos documentos.
Le gustaba que los lugares estuvieran protegidos, y en este caso, entendía el nivel de seguridad, ella iba al penthouse. Ahí debía vivir alguien conocido, con muchísimo dinero o alguien importante del país.
–Pase, por el pasillo a la izquierda están los elevadores. Piso 30. –Dijo el señor, devolviéndole los documentos a la chica, quien solo agradeció y entró al lugar, directo a los elevadores.
Cuando están en el último piso, caminó por el corto pasillo con intención de tocar la única puerta de allí, sin embargo, se desconcentró al ver la gran ventana. Se asomó y se asustó al ver lo alto que era el edificio.
Retomó su camino y una vez frente a la puerta, tocó esta, sacándose la mochila para poder sacar el pedido.
La blanca puerta se abrió, dejando ver a un pelinegro, alto y guapo chico, quien miró a Saeron algo confundido al verla agachada.
–Traigo su pedido de Chicken pizza. –Musitó ella, terminando de sacar las cajas. Se levantó, haciendo contacto visual con el chico frente a ella. –Lamento la demora, en el camino comenzó a llover y tuve que disminuir la velocidad.
–No te preocupes, lo importante es que tú estés bien. –Sonrió el chico, contagiando a la menor. –¿Cuánto es?
–Oh, cierto. –Saeron salió del trance, tomando una pequeña cajita con algunos postres. –El local siempre regala una cajita de postres al último pedido del día, hoy le tocó a usted.
Hoseok sonrió y tomó aquella cajita, dejándola sobre las otras tres.
–Serían ₩20,000. ¿Cómo va a pagar? –Preguntó amablemente la chica.
–En efectivo, ¿me esperas un minuto? Debo ir a buscar mi billetera.
–Claro, de aquí no me muevo.
Hoseok entró directo a la cocina, dejando las cajas sobre la mesa y rápidamente fue a la sala a buscar su billetera.
Saeron miraba el lujoso pasillo del lugar, viendo mucho zapatos como para ser de una sola persona.
El chico volvió, abriendo su billetera, de ahí sacó el dinero y lo extendió hacia la chica, quien lo tomó algo confundida al ver ₩5,000 más.
–Me dio cinco mil más, tome. –Dijo ella, extendiendo el billete de vuelta. Hoseok negó.
–Eso es para ti, es tarde y debes estar cansada, además el servicio fue excelente, lo mereces. –Sonrió J-Hope. Saeron bajó la cabeza rendida, odiaba recibir propina pero no podía negarse más.
–Está bien, muchas gracias por esto y por preferirnos. Ya me voy. –Susurró. Su corazón latía más rápido que de costumbre con la presencia del pelinegro. –Disfrute su pedido y tenga buena noche.
Tomó su mochila, se dio la vuelta y caminó a los elevadores, siendo detenida por la voz del chico.
–¿Me darías tu número? Me gustaría hablar más contigo. –Dijo él, dulcemente
–Tiene el del local, siempre contesto yo. –Respondió algo confundida.
–Yo quiero el tuyo, no para hacer pedidos o algo así, quiero conocerte, chica delivery.
Saeron sonrió un poco y le dictó su número de teléfono.
–Mañana por la mañana te mandaré un mensaje.
Se despidieron y ella se esfumó por el pasillo, dejando una amplia sonrisa en el rostro del chico.
Ambos habían logrado llamar la atención del otro, tanto por la apariencia como por la personalidad de cada uno. Sus latidos eran rápidos y sus sonrisas radiantes.
……
Esto me recordó a Soy Luna, especialmente el "chica delivery" KDNAKFBAID
Bien, espero que les guste, lamento el mes y algo de tardanza, nada venía a mi mente, el colegio volvió y en las vacaciones no me imaginé nada.
TAMBIÉN, gracias por los 7.2K de lecturas, son los mejores. <3
Se despide, kooo.
Me leen en un tiempo más.
Los quiero mucho y cuídense 💕