Luego de que Dispatch difundiera un video y varias fotos de una de las citas de la pareja, sucedieron muchas cosas, algunas positivas, otras negativas.
Cierta parte del fandom de Hoseok los apoyó. Les mandaron palabras de ánimo y sus deseos de que la relación durara mucho.
Otra parte quedó en shock. No lo esperaban pero tampoco dejaron de apoyar, tanto a Hoseok como al grupo.
La parte final se enojó con la noticia. Decían que él no podía tener novia, por lo que comenzaron a mandar mensajes de odio por todas las redes sociales existentes.Aquello afectó bastante a Saeron. Había comentarios realmente crueles y, ella que tenía una cuenta de instagram personal, recibía varios mensajes con amenazas y dolorosas palabras. Aquello causó que tuviera que poner su cuenta privada y eliminar a todos los seguidores que no aceptaban la noticia.
Sus amigas de la universidad estaban molestas con ella, por lo que, poco a poco, se fueron alejando. Dejando a la pequeña castañita totalmente sola y débil.
—Oye, bonita. —Hoseok llamó su atención. Él estaba apoyado sobre el marco de la puerta y lo único que llevaba puesto era aquel pantalón de buzo. Ella dio una rápida mirada al torso desnudo de su novio y luego fijó su mirada en el rostro del mismo. —Te he notado un poquito más apagada de lo normal desde que Dispatch revelara nuestra relación. Dime la verdad, ¿estás bien?
—Sí, cariño, lo estoy. —Respondió ella, levantándose de su silla de escritorio para caminar hacia su novio y rodear su cintura. —Es solo que han ocurrido ciertas cositas que me tienen así.
—¿Cómo qué cositas?
—Lo que suele ocurrir cuando se revelan relaciones de idols. Comentarios negativos, amenazas y bueno, lo que más dolió, mis amigas se alejaron sin una razón lógica. —Explicó, apoyando su mentón en el pecho de Hoseok. —Pero puedo vivir sin ellas. Si se alejaron, no eran amigas de verdad.
—Lamento tanto que tengas que pasar por eso, mi vida, te juro que amaría gritarle al mundo lo mucho que te amo sin tener que ser cuestionado o criticado en el camino. —Comenzó él, acariciando el cabello de Saeron. El pelinegro iba a continuar, pero la chica se puso de puntitas y dejó un casto beso en los labios de su novio.
—No digas más, tonto. No tienes porqué lamentarte por cosas sobre las cuales no tienes control, ¿si? —Susurró la castañita, acariciando la espalda desnuda de Hoseok. —Son cosas que, por lógica, van a ocurrir.
Él sonrió y dejó un besito sobre la mejilla de su novia.
—¿Tienes que seguir estudiando o puedes acurrucarte conmigo un ratito? —Preguntó en un susurro.
—Iba a ir a buscarte para dormir, ya terminé de estudiar. —Ambos sonrieron y caminaron hacia la cama, recostándose uno al lado del otro, Saeron apoyando su cabeza en el pecho de su novio. —Tu corazón está latiendo muy rápido, cariño.
—Es porque tú estás a mi lado, tonta. —Dijo él, obviando aquello que la castaña había comentado.
—No hay necesidad de tratarme así, tonto. —Respondió ella, comenzando a hacerle cosquillas en el abdomen. La risa de Hoseok inundó la habitación, haciendo reír también a la chica.
Pronto, aquello se volvió una guerra de cosquillas y luego una pelea de almohadas.
Luego de casi una hora jugando, ambos se recostaron nuevamente en la cama, regulando sus agitadas respiraciones. Estaban realmente felices en ese momento. Pocas eran las veces que podían compartir una tarde y siempre apreciaban los momentos donde estaban solo ellos dos, entendiéndose entre sí y estando junto al otro.