1.Mela—Parte VIMe toma por sorpresa cuando me tira de espaldas en la cama y me arranca la única prenda que posea, quedando totalmente desnuda. Sin mucha ceremonia y aun atónita, me separa las piernas y cae desplomado al suelo…
— ¡Ah!—gimo— ¡Cornelio!... ¡Ah!…—Me retuerzo en la cama cuando su lengua se desliza por toda mi grieta empapada. Me aferro a las sabanas cuando sus dientes me muerden el clítoris y mengua el ardor-dolor con su lengua.
—Nunca me defraudas, Blanca—siento como introduce sin problema un dedo—Siempre…—sale y mete otro—…estas…—vuelve a salir e inserta otro—…muy…—entra y sale—…Mojada.
— ¡Ay!
—Vamos nena. Dámelo. Me pertenece.
Mi espalda se arquea y mi mundo se vuelve agua al sentir sus dedos, su boca, su lengua jugar conmigo. Maldigo, me retuerzo y me contengo lo más que puedo, porque no quiero perder este momento, pero mi cuerpo me engaña y me vengo en su boca y dedos torturadores, dejándome en una nube de placer exquisita. A tal punto, que mis ojos quedaron en blanco.
—Sabes delicioso. Como me lo imagine.
Sonrió ante tales palabras pasándome las manos por el rostro, y la otra, por los pechos sensibles. Esto es mejor que tocarse sola e imaginar que es él. Lentamente abro los ojos—que no sé cuándo cerré—para ver a Cornelio totalmente desnudo pasearse por la habituación, con su pene en alto, atendiendo una llamada.
—No pienso ir—habla en italiano. Gracias dios aprendí el idioma— ¿Porque no va Vitalo? Es mucho mejor que…—su ceño se frunce ante la respuesta del otro—. Tendrá que ir otro, estoy muy ocupado ahora para tomar un vuelo a Rusia.
¡Rusia! Me siento en la cama atente a la conversación. Otra vez no. Porque me persigue la mala suerte. La conversación sigue y de un momento para otro el insulta en italiano y finaliza la llamada.
—Si tienes que ir a Rusia lo entenderé—digo captando su atención. Es increíble como este hombre hasta enojado se puede ver sexy y pervertido con su pene algo erguido—. Lo entenderé. Es tu deber.
—El deber—ríe—. Estoy enojado y excitado—me mira—. Tengo unas fuertes ganas de ponerte en cuatro en esa maldita cama y cogerte como un semental—se acerca—. Penetrarte y ver cual estrecha sos para mi pene, y hacerte gemir mientras entro y salgo de ti—se inclina—, una y otra vez. Pero no puedo, tengo que irme y conformarme con el agua fría de la ducha.
Trago. No puede decir algo como eso e irse simplemente otra vez. NO. Estoy muy excitada, y mi cuerpo ahora lo exige. Estoy mojada—creo que más mojada que antes— y no tiene por qué hacer el juego previo para hacérmelo.
Me dejo caer de espalda en la cama bajo su atenta mirada, para luego darme la vuelta y quedar boca abajo. Lo escucho murmurar algo mientras lentamente levanto mi trasero y lo muevo de un lado a otro quedarme en cuatro por completo.
— ¿Qué estas esperando?—ronroneo. Lo miro por sobre el hombro—. No puedes decir todo eso y después irte.
—Sabes qué será rudo y rápido ¿Verdad?
— ¿Sabes que tengo un vibrador con tu nombre?—su seño se frunce y su mandíbula se aprieta—. Eso no te gusta ¿verdad?
—No—ruje subiéndose a la cama alejándose de mi campo visual. Gimo al sentir como me besa la espalda y su pene me roza—. Voy a mandar a destruir esa cosa—comenta malhumorado.
— ¿Y con que te voy a remplazar si me dejas insatisfecha?
— ¿Insatisfecha?
—Si. Insatisfecha.
—Dime, si esto te deja insatisfecha—con una mano me tomo del pelo y con la otra me sujeta de la cintura a la vez que me penetra de un solo movimiento haciéndonos gemir a los dos—. Estas…algo…estrecha
— ¡Ah, ah, ah!—empiezo a gemir al sentir la presión exquisita—. ¡Ay!—grito cuando sale y vuelve a entrar. Esto me va a matar.
— ¿Insatisfecha, Mela?
— ¡Si!
— ¿Ahora?—pregunta incrementando solo un poco el ritmo— ¿Insatisfecha?
—Muy… ¡Ah!—me muerdo el labio pero igual gimo cuando sale y entra tres veces a una velocidad perfecta.
— ¿Ahora? ¿Seguís insatisfecha?
—No. Repite esas tres estocadas, por favor.
— ¿Segura? Pensé que te gustaba así también—entra y sale a una velocidad media que nos hace gemir.
—No… Como antes, por favor. No lo soporto más. Me estas…—gimoteo y el gruñe cuando hace lo que le pido.
Sus envestidas se vuelven tan rítmicas y fuertes que en menos de unos minutos nos vemos envueltos en una nube de excitación. Nuestra propia burbuja de placer. Y como toda burbuja en el aire esta explota arrasándonos a los dos. Terminando con nuestros cuerpos sudados y derribados en la suave cama. Exhaustas.
— ¿Blanca?—me llama Cornelio luego de unos minutos. Lo miro sonriendo. Esta pálido—. No use nada.
— ¿Qué?
—Termine…dentro de ti.
Me siento en la cama de un salto. Oh, no. ¡No puede ser! Lo miro.
— ¿Y Ahora?
---------------
FIN DEL RELATO.
-----------------

ESTÁS LEYENDO
LAS MEDIAS DE RED [+18]
Short StoryHola lectora. Si llegaste a este libro, he de ser por alguna razón: ¿Acaso fue la portada? ¿Acaso fueron las piernas? O ¿Simple la curiosidad de lo perverso y la necesidad de más? "LAS MEDIAS DE RED" es más que un título, son recopilaciones de pequ...