Hola lectora.
Si llegaste a este libro, he de ser por alguna razón:
¿Acaso fue la portada?
¿Acaso fueron las piernas? O ¿Simple la curiosidad de lo perverso y la necesidad de más?
"LAS MEDIAS DE RED" es más que un título, son recopilaciones de pequ...
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...su lengua busca entrar en mi boca y se lo permite, sintiendo como la acaricia haciéndome volar de placer en tan solo un beso ¡un beso! Sus manos aprietan mi trasero probándome un gemido que queda atrapado entre sus labios sumamente suaves.
—Shh. No grites...—susurra mientras baja a mí entrepierna y lentamente empieza a subirme la pollera, e instintivamente cierro los ojos inclinando mi cabeza hacia atrás conteniendo un gemido.
»Me retuerzo al sentir el calor de su boca en mi sexo empapado, como sus manos masajear en movimientos circulares mis muslos. —Dios, estas empapada.
— ¡Ay!—grito tironeando de su cabello rubio—. George.
El se incorpora violentamente dejándome algo atontada, más confundida me deja cuando me sienta en la mesa de estudio y una de sus manos tapa mi boca mientras que la otra separa mis piernas y se entierra en la deliciosa humead de mis bragas confusas. Reprimo un grito al sentir sus dedos masajear mis labios inferiores, y su boca succionar la tela de mi camisa captando mis pezones erectos.
—No te imaginas cuanto desee hacerte esto, Lily.
Lo aparto de un pequeño empujón encontrándome con un gran bulto entre sus pantalones. ¿Acaso pensabas dejarme sin probar ese excelente maravilla? Este muy equivocado George. Lo atraigo de nuevo tomándolo de su camisa, desprendiendo a velocidad luz su cinturón comprobando que no... no tiene bóxer, y siento mi boca hacerse agua al verlos primeros bellos púbicos y...
AHORA
— ¡¿Qué rayos es eso?!
— ¿No te gusta?—pregunta.
Enmarco una ceja al deslumbrar esa hermosa verga erecta, rosada y húmeda, que me observa e grita desesperado: «¡tócame, chúpame, jálame o hace lo que quieras!». Mi sexo se humedece más y empieza a palpitar como loco al pensar que podíamos hacer un desastre pero... ¿Qué se supone que haga con eso?
—No te gusto ¿verdad?—pregunta decepcionado en un murmullo.
«¡Como no me va a gustar!» pienso al borde de la locura al tener una espléndida imagen de tu zona caliente. Hago una pequeña mueca sentándome en la mesa de estudio, sin que me importe la camisa empapada, la falda marrón aun levantada y las piernas excesivamente abiertas, sintiendo como la humedad arruina del todo las bragas del mismo color que la falda sospechando que también la mesa quedara manchadita.
—Bueno... es que...
— ¿Nunca probaste algo como esto?
—No—confieso.
—Entonces soy tu primera vez.
—Eso suena como si fuera virgen...
— ¿No eres virgen verdad?—pregunta preocupado.
—Claro que no—creo notar que suelta un suspiro. —Solo es que... un bibliotecario normal no lleva esas cosas.
—Yo no soy un bibliotecario normal— sonríe torcidamente a la vez que se acerca ubicándose entre mis piernas, percibiendo su cabeza rozar mi clítoris palpitante atrás de la tela.
—De eso me di cuenta—susurro.
—¿Quieres probarlo igual?
—No dolerá, dime que no.
—No, pero...
—¿Pero?—pregunta con vos temblorosa, sin comprender si es por el miedo al que dirá o porque el momento me excita.
—Te advierto que esto te ara...—su callar me roba un suspiro cuando su pulgar acaricia mis labios sedientos por los suyos—...dejemos que lo descubras sola ¿Quieres hacerlo igual?
Okey. Nunca pensé que me calentaría tanto un relato, y eso conllevara a darme un pequeño revolcón con el odioso bibliotecario del tercer piso, tampoco pensé que llamaría tanto la atención una punta metálica en el pene de un hombre.
—Sí, pero si me decís como se llama.
—El juguetito caliente de Lily—bromea y me arrebata una sonrisa que se corta cuando sus labios impactan en mi cuello—. Se puede llamar así si lo deseas, pero se le dice Apadravya.
—In... interesante—suelto confundida al verme recostada en la mesa. Observando como el me quita mi pobre braga húmeda arrojándola a un costado, notando en sus ojos el placer que le produce todo esta situación.
»Es más que evidente que siempre quiso hacer esto el muy desgraciado —. Siempre quisiste tenerme así ¿Verdad?
—No te imaginas las veces que me la jalaba imaginando esto...
Me muerdo el labio inferior y arqueo la espalda instintivamente, pensando que bajara y me enloquecerá con su lengua, pero me equivoco cuando siento que introduce dos dedos sin ningún problema robándome un gemido de placer espectacular que él se encarga de tapa con su otra mano, recordándome que no debo hacer ruido. Rayos.
—No podes gritar...
Aparto su mano de mi boca:
— ¿Que vamos a hacer? No pienso detenerme ahora, los dos estamos...
—Shh. Lo sé, contaremos las veces que te penetre. Primero serán diez, luego veinte y...
—De acuerdo.
— ¿Estas lista Lily?
Asiento y cierro los ojos esperando que... un momento ¿El preservativo? Los abro desesperada llegando demasiado tarde, ya que siento como lentamente introduce todo su miembro dentro de mí haciéndome retorcer en la mesa de placer ¡Dios míos! Trato de contar en vos alta las envestidas, pero en un punto ya no puedo más y creo que eso ocurre en la octava envestida lenta.
—Hazlo... rápido—suplico envolviendo las piernas en sus caderas. El suelta un gemido que ocultar acurrucando su rostro en mi cuello.
—No estas hecha... para... comer... rápido.
Vuelve a salir y entrar unos cuatro veces más, pero todo parece empeorar, ya que el silencio es absoluto, escuchando nada más que nuestras respiraciones agitadas, el ruido violento de la perfecta humedad que nos cubre y los jadeos ahogados. Suelto un nuevo gemido que él no tapa y también sigue, mientras las envestidas se vuelven desenfrenadas. Al carajo el conteo pienso escuchando la mesa chillar extraño de tanto zarandeo.
—Creo que...
Mi concha se contrae a la vez que mi espalda se arqueo en la mesa siendo prisionera de espectaculares convulsiones que se definen en un orgasmo arrollador y tibio, como el líquido que me recorre por dentro tras tres envestidas más... Lo miro con los ojos abiertos como platos al sentir aun dentro de mí.
—Descuida Lily, soy estéril.
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Hola a todos.
Esto fue el segundo relato de un diciembre caliente llegando a su final. Perdón la demora pero tube un ataque de panico o algo así, pero aqui estoy. Aun le voy a seguir corrompiendo la cabeza no se preocupen jajajaja.
Si les gusto dejen su voto o comentario, y un enorme saludo. Hasta el proximo relato y que tengan un buen fin de año. Los super quiero y gracias por estar del otro lado leyendo.