5. San Sexo—Parte 1
Miro la hermosa cena que he preparado para nosotros y ¿Saben? Me siento totalmente orgullosa del trabajo que he realizado en mi departamento, ya que a esto me dedico, a organizar eventos y se lo que se necesita para que todo quede perfecto y hermoso.
Saco otro pañuelo papel de la cajita limpiándome los mocos y las lágrimas que no dejo de derramar.
Tanto esfuerzo tirado a la basura, tantos años desperdiciados ¿Para qué? ¿Para obtener esto? Un idiota que me deja, que rompe conmigo, el día de San Valentín ¡Maldito cupido! ¡Malditas rosas! ¡Malditos chocolates! Me sueno los mocos y vuelvo a tomar otro pañuelo, escuchando como mi celular suena producto de una llamada entrante.
—Hola—digo de mala gana sabiendo que es él— ¿Qué quieres?
—Podemos ser amigos—dice. No contesto— ¿Piensas hacerme la ley del hilo porque me enorme de mi asistente? ¿Qué querías? Qué te engañara y después te diga, metí mi pene en otra vagina, lo siente.
—Ojala se te caiga el pene cuando lo metas en esa vagina con ácido ¡Infeliz! ¡Me rompiste el día de San Valentín para follar con ella sobre tu estúpido escritorio de oficina! ¡Ja! ¡Ojala que se te rompa el condón por maldito, y tengas bebes bien feos!
Cuelgo la llamada. Sé que se me fue un poco la mano con los insultos y las desgracias que le desee, pero ¿Por qué yo tengo que sufrir y el festejar? La vida es una injusticia para las personas que no le hacemos mal a nadie ¿Y saben algo? Me dolería menos si rompíamos mañana o pasado.
Me levanto del sillón tirando todos los pañuelos al suelo. Mañana los limpiare, pienso dirigiéndome a la cocina para tomar unas copas de vino. Cundo llego a la cuarta copa de un buen vino que me regalaron en una boda los novios, por hacer excelente mi trabajo, y luego de comer tres bombones, el timbre de mi casa suena.
Levándome otro bombón de chocolate y ron a la boca, como toda una mujer dolida y siendo glotona, grito con la boca llena un "¡Voy!" Ante el incesante toc, toc, en la puerta. La abro de mala gana topándome con Osmond Bell, el mejor amigo de mi ex novio.
— ¿La cucaracha te envió a espiarme?
—No—niega con la cabeza—, en realidad sí. Me llamo asustado diciendo algo como que: su pene se caería por acido vaginal y bebes feos...
Suelto una carcajada medio escupida, que termina con Osmond bañado por algunas gotitas de chocolate en la cara y camisa, a excepción de mí, que termino con la barbilla goteando dulce.
—Lo siento—murmuro.
—No sabe mal—se limpiándose con la punta de su lengua la comisura de su boca llena de chocolate—. Mmm, chocolate y ron. Mi favorito.
Abro y cierro la boca, porque lo que acabo de ver, no se ve todos los días. Carraspeo y miro hacia otro lado, ya que vuelve a hacer lo mismo, pero con la parte inferior de su labio. ¿Acaso es consciente de lo caliente que se ve eso?
— ¿Quieras para para limpiarte?
—Ya me estoy limpiando—articula pasándose el dedo por la mejilla y chupándoselo luego.
—La camisa sí necesitar agua—me hago a un costado y pasa asintiendo–. Sabes dónde queda la cocina ¿Verdad?
—Sí, vine el mes pasado por el cumpleaños de.... —se calla entrando en la cocina— ¿Es verdad que le dijiste que se le caería el pene?
—S-si—digo con timidez—. Me dejo por su secretaria. Hoy.
— ¿La española?
— ¿Es española?
—Creo que si—dice comenzando a desabrochándose la camisa—. No te molesta que me saque la camisa para lavarla ¿No?
—N-no... después de todo, estoy soltera y puedo mirar lo que quiera ¿No?
Osmond sonríe negando con la cabeza y quitándose la camisa blanca ¡Y dios santo! Ahora entiendo por qué las mujeres y hombres caen ante su encanto, porque además de tener un cabello oscuro perfectamente cortado, ojos grises, barde de días que le queda de muerte rodeando esos labios carnosos, Osmond, posee una deliciosa tabla de abdomen.
Tenemos que aclarar que Osmond es bisexual. La primera vez que lo vi, fue en una fiesta que organice, y en esa misma fiesta conocí a mi ex. En primer momento Osmond me atrajo, pero al verlo besarse con un muchacho luego de estar todo ebrios, supuse que era gay, y me incline más a su amigo. Ex novio ahora.
—Mis ojos no están en mi abdomen, Sienna.
—El paisaje que ofreces están atractivo que es inevitable pasarlo por alto.
— ¿Comiste algo?—pregunta señalando la mesa decorada. Niego con la cabeza— ¿Quieres que comamos? Digo, el no vendrá y yo no tengo planes.
— ¿No tienes una cita en San Valentín?—pregunto y se encoje de hombros lavando su camisa—. Sera la camisa contra el hombre, o el hombre contra la camisa—comento apartándolo para lavar su prende—. Eres lindo, pero no sabes lavar una camisa.
—El lavarropas siempre lo hace por mí—dice tras mío—. Soy buena en otras cosas con las manos.
Los bellos de mi cuerpo se herriza y un suspiro se filtra entre mis labias, cuando una de sus manos, se desliza por mi trasero lentamente, hasta el borde de mi vestido rojo apretado. Trago con fuerza y tiro mi cabeza hacia atrás suspirando, cuando unos de sus dedos se cuela, tocándome la línea de mi trasero y un poco más allá.
—Osmond...—murmura al sentir como sus dedos corren la diminuta tanga, acariciándome sin filtro. — ¡Ay!
— ¿Hace cuánto nadie te toca de este modo?
—Mucho—susurro gimiendo y apretando con fuerza su camisa empapada entre mis manos que pican por tocarlo. Me muerdo el labio inferior cuando me besa el cuello, el hombro y un poco de mi espalda descubierta por el vestido.
»Osmond... esto... esto está mal.
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LAS MEDIAS DE RED [+18]
Short StoryHola lectora. Si llegaste a este libro, he de ser por alguna razón: ¿Acaso fue la portada? ¿Acaso fueron las piernas? O ¿Simple la curiosidad de lo perverso y la necesidad de más? "LAS MEDIAS DE RED" es más que un título, son recopilaciones de pequ...