Esa mañana había recibido una llamada de su madre, acostumbraba a llevar a YeonJun por esas fechas a ver a sus abuelos así que pensó que sería una buena idea llevarlo este año también, fue allí cuando cayó en cuenta que no solo era el mayor de sus cachorros al que debería llevar, BeomGyu también era nieto y aunque sus padres no le conozcan ni por fotos, son conscientes de que hay un cachorro más pequeño de su sangre correteando por allí.
Tras pensarlo un poco más, JungKook esperó a que pasaran las horas dentro y fuera de casa, fueron a comer fuera junto a JiMin, estuvieron jugando un rato con la nieve, tanto YeonJun como BeomGyu aman jugar con ella y aunque sean regañados por sus padres al ser muy bruscos, son felices con moretones. Yeon llevaba su ojo algo cerrado porque el más pequeño tiró una bola de nieve con una piedra en su interior y a la hora de partirse salió volando, teniendo la dicha de pegarle al mayor; pero son felices con moretones.
Al llegar a casa, alrededor de las cinco y media de la tarde, Tae les colocó ropa cómoda y simple para que jugaran en el interior de la casa, avisándoles que estaba prohibido salir al patio, esto por sus narices rojizas y sus nuevas heridas, Beom era propenso a tomar catarros muy fácil y no quería a su cachorro malito los últimos días de vacaciones.
—¿Me dejas robarte un ratito? -TaeHyung sintió a Jeon a su costado susurrándole aquella pregunta, quiso recostarse en su pecho como antes pero se abstuvo asintiendo suavemente sin verle.
Bajó de la banca y se encaminó al pasillo de las habitaciones, suponiendo que el Alfa le seguía de cerca, su mano fue envuelta suavemente, sosteniéndola con cuidado, el aroma a miel y limón le embriagó por unos instantes y cuando su mente estaba procesando tan poquitas cosas, su corazón se detuvo por completo. JungKook se había adelantado un par de pasos, dejó libre una sonrisa y envolvió al más pequeñito entre sus brazos.
No se lo esperaba, pero aquello era necesario.
—Estás tenso, preocupado y... -TaeHyung aun no salía de su ensoñación, ah, había echado tanto de menos esas acciones- ¿Te encuentras bien? -Aflojó su agarre, subiendo sus manos hasta el rostro sobrio del más bajo, masajeó suavemente sus mejillas rellenitas y le vio bufar como lo haría Yeonjun.
—Dijiste que ibas a cortejarme... -Murmuró en un tono quejumbroso y roto, bajando sus luceros pero sin cortar el contacto de sus pieles- Hasta hoy no te has acercado de más y tampoco intentas nada... —Se sintió como un estúpido al decir aquello, pero sí en verdad iban a intentar alzar una relación enterrada, por algo debían empezar.
—Mm, recuerdo que fuiste tú quien dijo decirle primero a los cachorros que somos sus padres, así que estuve al margen por este tiempo... -Tomando más la iniciativa y la idea principal por la cual quería conversar con el castaño, abandonó sus mejillas para posar sus manos en su estrecha cintura algo perdida después de sus embarazos seguidos- Pero si me das permiso, atenderé cada uno de tus caprichos desde ahora...
El Omega sonrió con satisfacción, en aquel momento JungKook había acercado mucho más sus cuerpos, sus respiraciones se chocaron después de tantos años y aquellas estúpidas mariposas muertas despertaron con fuerza y revolotearon como la vez que se dieron el primer beso, aquello era semejante.
El indicio de un momento memorable comenzó con sus labios rozándose juguetones y deseosos, la llama ardiente que un día apagaron la estaban encendiendo una vez más.
Cerraron sus ojos al mismo tiempo, cuando aseguraron que dejarían de jugar y de alargar el tiempo únicamente para incitar al contrario a romper el mínimo espacio que estaba jodiendo sus cabezas.
El Omega tomó el cuello del mayor, se alzó de puntillas siendo ayudado por el Alfa que le sostuvo por la cintura, había esperado tanto por degustar sus labios, por morderlos, besarlos hasta que se hincharan, jugar con la estabilidad del Alfa era lo que más disfrutaba, hacerle saber que era un Omega dominante le daba mucho más ego.
Sonrió entre el beso, que al principio fue el simple toque entre sus belfos presionados, pero que a los segundos hicieron que sus lenguas volvieran a tocarse, el toqueteo en sus corazones les avisaba que lo habían deseado tantísimo que ahora parecía un holograma, habían pensado tanto en cómo sería dar un último beso a su media Luna que el menor no pudo retener las gotitas saladas que por sus luceros se desbordaron.
Fue el sentimiento mutuo que hizo al Alfa afianzar más el agarre y alzarle como un cachorro, enrollando sus piernas y sosteniéndose con fuerza al cuerpo contrario TaeHyung se obligó a no separarse.
Sentían sus corazones vulnerables y frágiles frente al otro, por más que sus labios no cesaran sus movimientos, lo que en sus pechos nacía no era exitación, no era sexual lo que querían, era simplemente unir sus sentimientos rotos, recoger los pedazos desperdigados de sus corazones machacados por sus propias manos, intentar entender al otro.
JungKook fue por el mismo camino que el Omega, por sus mejillas se deslizaron tortuosas lágrimas y no sabía clasificar la razón por la cual bajaban, podía ser por la mera alegría de besar a su media Luna o por el dolor que le causaba en el pecho aquellos labios tan anhelados.
—¿P-papá?
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feeling blue | KookV
FanfictionTaeHyung y JungKook habían sido una linda pareja en sus primeros años. Después de la ruptura, jungkook y taehyung nunca se habían cruzado, hasta esas importantes fechas de navidad. Ambos topan en el aeropuerto de Incheon, sintiendo que todo lo qu...