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BeomGyu era tan similar a él físicamente pero con una forma de ser bastante más calmada y firme como la de TaeHyung, sus facciones delicadas y suaves le daban razones para acariciar sus bonitas mejillas, podía perfectamente perderse en el tiempo si observaba esos luceros negros y brillosos.

Su sonrisa era tan linda y tierna, dos de sus dientitos sobresalían cuando las comisuras de sus finos labios se alzaban, su naricita arrugada al mostrar alegria era digna de enmarcar.

Jeon estaba delirando entre la belleza de su cachorrito más pequeño. Aceptaba que después de los meses aquel dolor no cesaba mucho, por más que se dijese que BeomGyu estaría bien con TaeHyung, estaba esa espinita presionando un punto crítico de su lastimado corazón. Le extrañaba tantísimo, ahora mismo quería estrujarle entre sus brazos, implantar su aroma, formar un lazo paternal y volver a tener su familia completa.

Recuerda a sus padres dándole el mismo sermón cada año, haciéndole más daño a su lobo, únicamente le citaban para ver a sus nietos pero aprovechaban ese tiempo para hacerle saber que el Omega que consideró el mejor de todos, le había destrozado.

JungKook sin embargo no lo acepta, BeomGyu pudo ser un desliz, su relación se deterioró pero nunca podrá aceptar echarle la culpa al Omega, TaeHyung pasó por nueve meses llenos de altibajos. Él se refugiaba en "son cosas de Omegas embarazados" pero ese refugio se hizo pequeño, al nacer y él simplemente no lo quiso ver.

JungKook llegó a tocar el cielo con sus propias manos cuando su pequeño y último cachorro conoció el mundo, un cachorrito pelinegro y llorón de nombre BeomGyu fue una luz en su túnel oscuro y solitario, entre el frío y el delirio apareció tan lindo bebé.

Cuando lo dejaron en sus brazos aquella madrugada tuvo la misma reacción que un año atrás con YeonJun, ambos pequeñitos, frágiles, con cuerpecitos rojizos y cesando llantos pasados, eran tan inactivos que muchas veces se levantaba en la madrugada a verificar que estaban respirando.

Dar un salto de las dos semanas de nacido a cuatro años y medio era algo realmente duro de enfrentar.

Ahora, jugando con el azabache se daba cuenta de muchas cosas y entrelazaba tantas semejanzas entre él, TaeHyung y YeonJun, le dejaba algo dolido haberse perdido tantísimas cosas pero le reconfortaba el hecho de poder descubrir todo de él ahora, una oportunidad que no pensaba aflojar por nada del mundo, aun si afianzarse tanto a una esperanza le terminara dañando.

BeomGyu valía la pena, su pequeño cachorrito lo valía todo.

—JungKookie... -a sus espaldas llegó tan suave susurro, pero aún si no llegaban a aludirlo, podía descifrar la persona que pedía su atención por el ameno aroma que le llegaba fácilmente a su sistema.

Al girarse se encontró al castañito haciendo piquitos de pato en su dirección con unos ojuelos picarones, no pudo evitar ir hasta él, no sin antes asesorarse de lo que hacía el cachorro. Como si fuera un adolescente escapándose de las garras de sus feroces padres, se escabulló y le apresó, en este caso su presa lejos de huir solo se sentía más necesitado de su toque.

En un sentimiento mutuo ambos fueron a una de las habitaciones, cerraron tras de sí y se fundieron en un abrazo. Solo necesitaban sentirse, saber que el contrario lo recibiría en sus brazos, su lugar seguro.

JungKook siempre catalogó al Omega como su único rincón favorito, podía acudir a él cuando sus problemas le aturdían, podía ir donde él cuando se sentía mal y simplemente quería descansar del mundo, TaeHyung siempre estuvo para él, diciéndole que no por ser un Alfa tenía que actuar a rajatabla como uno, que podía perfectamente ser él mismo sin intentar aparentar otras facetas falsas para quedar bien.

TaeHyung siempre cuidó de él.

—Te... he extrañado mucho... -Escondido en su pecho, sosteniéndole de la cintura y siendo consolado le escuchó reír, sin detener el toque suave, delicado y pausado en sus cabellos, TaeHyung asintió suavemente.

—Lo siento mucho... -Apaciguando su malestar decidió no decir más, tal vez de aquella manera evitaba pelear, no quería ir por ese jodido camino que les llevó a tan malas condiciones, uno lleno de baches profundos que les mantuvo alejados por más tiempo del que podían soportar.

—No tienes que sentir nada, TaeHyung... -El nombrado ladeó su rostro, mordisqueando su labio inferior dejó correr los segundos- Lo haremos mejor ahora, ¿si?

El Omega hizo caso omiso, detuvo sus caricias y dejó su mirada plantada en la ventana de la habitación, se veían bajar los copos de nieve directos a cubrir el suelo para dejar el paisaje blanco, recordando la de veces que había visto ese mismo paisaje desde la ventana de su departamento, anhelado un abrazo como ese, el calor que le daba a su dañado corazón y la curación que buscaba para dejar de sentir tan feo dolor.

—Yeonnie ya sabe que soy su mamá... -JungKook se heló más que los carámbanos que se forman en los techos por estas fechas, TaeHyung le retuvo entre sus brazos y le hizo quedarse en su sitio mientras suspiraba suavemente- No se lo dije yo, directamente me dijo que quería que le abrazara porque era su otro papá... que le cuidara mucho porque sentía dolor en el pecho... él... fue él quien más sufrió con mis estúpidas decisiones... quise salvarlos y terminé haciéndoles daño...

—Tae-

—Yo... yo solo quería que fueran felices... y todo fue mi culpa y mi poca salud mental, pensé que tenías la culpa y muchas veces te dije cosas que no eran, arremetía contra ti porque me sentía un padre inútil, un Omega roto que no podía cuidar de su cachorro, pensé que dejar a YeonJun contigo estaría mejor que conmigo, porque no podía...

—Hey... -Tomando su rostro sintió la humedad de sus mejillas, la tristeza que en sus ojos veía no era ni una cuarta parte de todo lo que en su corazón crecía- Nada de lo que pasó fue tu culpa y deja de decir esas cosas, olvida todo lo que hayas dicho en tu embarazo, YeonJun estaba bien conmigo y no te juzgues, el médico dijo que era normal, que tenías más hormonas de lo normal y que eran posibles esas reacciones, TaeHyung no fue tu culpa-

—Cuando BeomGyu nació debí alejarme yo... -Sus manos tomaron las muñecas del mayor que seguían en sus mejillas retirando sus lágrimas con parsimonia- Debí pensar en ellos...

—Lo hiciste...

—No... -negó suavemente mordiendo su labio para retener aquellos sollozos que querían salir- Si me hubiese alejado yo, hubiera regresado después, más calmado y recuperado pero no lo hice y me mudé lo más lejos posible, dejé a mi bebé de un año y perdí a mi media Luna por efectos de hormonas, Jungkook... ¿sientes la culpa que me carcome día y noche?

feeling blue | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora