Capítulo XXXIII "Testigos"

16 3 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







"Nunca somos tan vulnerables al sufrimiento como cuando amamos"
- Sigmund Freud




                                                         DORIAN

He pasado varios días en Italia, y después de esos días sigue todo sin tener sentido, no hay cuerpos y para mí esto no está terminado, para empezar, solo hallaron algunas cosas de él, y según la sociedad eso era suficiente ya que ya había llegado ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

He pasado varios días en Italia, y después de esos días sigue todo sin tener sentido, no hay cuerpos y para mí esto no está terminado, para empezar, solo hallaron algunas cosas de él, y según la sociedad eso era suficiente ya que ya había llegado su hora y en cierto modo tenía razón. Quería saber que era lo que nos quería decir Abraham tenía información sobre como parar el ciclo, pero hasta ahora no sabía nada.

Sali del hotel donde me estaba quedando y camine a donde había visto a Abraham la última vez, la vez cuando fuimos atacados, camine por los alrededores y logre entrar pero de inmediato supe que algo estaba mal, por fuera no se veía ninguna señal de vida, pero al entrar note que algunas luces estaban encendidas, saque mi arma que me asignaron y revise el lugar, las habitaciones estaban despejadas, baje poco a poco a la parte de abajo y note ruido y cuando confirme que había alguien apunte.

Unos ojos desesperados conocidos me miraron; era Laura la mujer de Abraham, ella me miro y me reconoció, corrió a mi abrazarme.

— Pensé que eras enemigo, Dorian es un alivio. — dijo desesperada la miré y estaba más delgada que la última vez que la vi,  tenía ojeras

— ¿Y Abraham, donde esta él? — pregunté mientras hacía que se sentara en un lugar, estaba temblando

— Se lo llevaron, después del ataque que tuvimos, pudimos estar en otra casa y nos encontraron se lo llevaron, encendieron la casa, quedo en cenizas, él me salvo.

— ¿Quién se lo llevo?

— No... no no sé, todo paso rápido, pero sé que está vivo

— Lo está, porque si no, no estuvieras aquí.

— Pero está lejos de mí, se lo llevaron y yo solo mire.

— Este no es lugar seguro, Laura necesitas estar en otro lugar

De vuelta a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora