Capítulo XI " Te miraba "

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"No quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento."

-Emilio Castelar 



DORIAN

Estoy en mi casa junto con Isabel quien está tocando el gran piano de cola que tengo, ella es igual que yo, ama la música, pero es muy temprano ella quería hacer eso y yo no se lo negué es lo mínimo que puedo hacer, se lo que está pensando, se lo que estaba pasando ahora que supo de Aiden

Ahora yo estoy desayunando ya se acerca la hora de ir a la maldita universidad, debo admitir que pensé que era una buena manera de pasar mi tiempo, pero con la aparición de Katherine ahora es una tortura, porque la tendré que mirar cada maldito día como iba a soportar eso, el sonido del piano desapareció Isabel venía hacia mi

— Aún no te perdono, por ocultarme a Aiden. — Dijo mientras se sentaba también a desayunar, se veía seria, sus ojos adquirieron una sombra de tristeza

— Te dije que no me gustaba meterme en asuntos ajenos, no soy como tú

— Entonces te alejaras de Katherine.

— Lo suficiente

— Que te dijo la comunidad él día de la fiesta??

— Nada de que no sepamos, no hay un fin a este maldito ciclo.

— Entonces porque se reunieron solo para hablar de lo mismo??

— Dijeron que iban a buscar al nuevo repeater vitae dominador, asuntos políticos de nuestra clase.

— Así que solo eso

— Ya los conoces, son solo carroñeros.

— Entonces Arthur cerro su ciclo

—Bonita forma de decir que está muerto Isabel

Dije mirando la ventana. La comunidad de repeater vitae era reducida, había varios de nosotros en el mundo, pero no lo suficientes y como toda comunidad había un presidente o como nosotros le decimos un dominador, que por obvias razones solo duraban un año en el cargo así que teníamos constantes elecciones y ese día solo fue para informarnos del deceso del antiguo dominador

— Dorian será mejor que te apures estamos llegando tarde.

— Para que ir a la universidad, ya no veo el caso, nuestro tiempo está contado.

— Por eso mismo Dorian así que apresúrate.

Subí a mi habitación y me cambié enseguida bajé a la cochera por el auto y cuando lo saqué Isabel ya estaba lista así que nos dirigimos a la maldita universidad esperando no encontrarme tanto con ella.

De vuelta a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora