25. Un guía improvisado

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25 de noviembre 2018

Jack empezó llevar a Lisa por los sitios más comunes y más famosos de la ciudad. A pesar de que la de pelo rizado rechazó su ayuda al saber que estaba tan incómodo con su presencia, él insistió en acompañarla. El camino comenzó con un incómodo silencio, el cual se fue prolongando hasta el primer lugar. Lisa se impresionó, ya que Jack empezó a explicar con completo detalle la estructura del lugar, la historia y el por qué se convirtió tan famoso para los habitantes del lugar.

No pasó desapercibido por Lisa, la cual vio que en cada sitio que visitaban Jack lo explicaba cada vez mejor, comenzando a soltarse y a relajarse conforme pasaba el tiempo. De pronto se encontraban conversando sobre el lugar, haciendo suposiciones tontas sobre el lugar y conclusiones basadas desde la lógica, la cual no tenía el castaño. A pesar de que el de ojos oscuros no se reía, Lisa podía percibir que estaba mejor que antes, incluso más animado a hablar.

El tiempo se pasó volando, por lo tanto, Jack decidió ir solo a un sitio más. Sin embargo, era el más alejado de todos.

-Jack, estoy empezando a tener miedo – contestó la chica haciendo que el otro sonriese. Jack solía tener una sonrisa de lado, un tanto irónica para su gusto. Por lo poco que había estado con él, podía percibir que era el tipo de chico que era muy observador, y que a la hora de hablar era muy escaso en palabras. O por lo menos, lo que le había mostrado a ella. - ¿Me puedes decir a dónde vamos?

- Ya lo verás, no te impacientes. – contestó el secamente antes de empezar a subir unas escaleras muy largas, demasiado para Lisa. La pelinegra no se quejó, pero si hubiera estado con sus amigas, ya estuviera pidiendo bajar y dejar para otro día lo que tenía preparado.

Las escaleras eran de piedra, y no había ninguna baranda para sujetarse. Parecían antiguas, sin embargo, parecían conservarse bien. Dejaron los edificios atrás y solo empezó a ver un frondoso bosque al lado de las escaleras. Le pareció extraño. ¿Estaban en las afueras de la ciudad? Parecía totalmente que sí, y eso le producía una pequeña preocupación, porque, aunque no tenía hora para ir a su casa, quería llegar pronto a esta.

Jack empezó a desaparecer de su vista, cuando menos lo pensó él ya había llegado a subir todos los escalones y empezó a andar recto. Lisa apretó el paso, fastidiada por su imprevista prisa y terminó de subir las escaleras. El amigo de Corbyn la observó con burla mientras ella, sofocada, llegó al ultimo peldaño. Sin embargo, ese fastidio se evaporizó al sentir una ráfaga de viento golpear su rostro y observó a su alrededor.

Las luces eran pequeñas, casi puntitos que se podían ver en la distancia. Era un paisaje demasiado hermoso para ser real. Lisa se asomó más para ver la escena completa y poder saborear con los ojos lo que estaba viendo. Las casas se veían diminutas y el mirar al cielo vio la luna apoderarse de este, mostrando su tremendo esplendor. Miró a Jack, quien estaba mirando la ciudad fijamente, perdido en sus pensamientos. Sin darse cuenta se acercó a él, lentamente, tanteando el terreno. No se dio ni cuenta cuando estaban hombro con hombro, disfrutando la vista de aquel maravilloso lugar.

-No tengo ni idea de la historia de este lugar – la miró a los ojos. Lisa guardó silencio, pues sabía que internamente no se lo estaba diciendo a ella, sino a él mismo. – Lo único que sé es que existe desde que yo tengo uso de razón. Se puede ver toda la ciudad: de inicio a fin. Si trajera unos prismáticos podría ver la ventana del cuarto de Corbyn y espiarlo mientras discute con Jonah por cualquier tontería. – Lisa rió – No te rías, está comprobado.

La pelinegra dejó de reír y lo miró con impresión.

-Eres un acosador. – él sonrió, apoyando su mejilla en su mano, inclinándose un poco más. Sin mirarla, se encogió de hombros.

Silence {Corbyn Besson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora