31. Novios

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10 diciembre 2018

Ana salió de la clase sin mirar atrás. Deseaba que pronto acabasen las clases y pudiese volver a casa, con su familia, para pasar unas vacaciones tranquilas. Y es que la siguiente semana, después de su encuentro con Jonah en la salida de la universidad, Zach no le volvió a dirigir la palabra.

Pero ante la sorpresa de todos, ella dejó de insistir a la segunda vez, no hubo ni una tercera.

Ana había tomado una decisión mucho tiempo atrás: no rogarle a alguien a quien no le había hecho nada malo. E iba a mantener su palabra hasta que se muriese. Si en algo se parecía a Ángela, era en el carácter y en la cabezonería, pero en cierto punto, tenía razón. ¿Qué le había hecho a Zach? ¿Nada? Supongamos que le hizo algo, ¿se lo merecía? Quién sabe.

No iba a aceptar que la dejasen tirada por una rivalidad que ni ella entendía. Y si, fue por aquel día que se fue sola, dejando a Jonah atrás a pesar que quería ir con él a celebrar su merecido aprobado. Solo lo hizo porque no se enfadase con ella, pero seguía dando lo mismo porque dejó de hablarle.

Ahora ella tenía que irse andando todos los días. Lo único bueno que sacaba de eso era que podía andar y moverse un poco. Hacer ejercicio era algo que ella siempre había querido hacer, pero nunca encontraba el tiempo. Ahora podía hacer, aunque fuese un poco y le sentaba bien, dentro de lo que cabía, por supuesto.

- ¡Ana! – le castaña giró para encontrarse con un pelo rojizo ir a por ella con energía. La de ojos miel intentó apartarse, pero fue en vano, ya que la de ojos azules se tiró encima de ella, provocando que se cayesen las dos en mitad del pasillo ante las atentas miradas de los demás compañeros. Cuando se levantó, avergonzada de la escena que habían montado en menos de un minuto, miró a su compañera con atención.

La chica le superaba por una cabeza. Su pelo era corto, de un color rojo escarlata y sus ojos, perfectamente maquillados de tonos marrones y un delineado excesivamente largo, eran de un color azul grisáceo que, en ese momento, mostraban una energía y una felicidad envidiables.

-Dime que no te ibas sin mí. – La bajita sonrió y se acomodó el pelo. Sí, se le había olvidado que su compañera ahora se iba por el mismo camino a la universidad, y al tener el mismo horario, pensaron en irse juntas. Nuria era una chica muy alegre, carismática, y había congeniado muy bien con Ana. O por lo menos por la parte de Nuria, ya que Ana solo se limitaba a escucharla y algunas veces, compartir opiniones sobre las clases de dibujo.

-No tranquila, iba adelantando camino. – la otra asintió y alguien pasó a su lado, llamando la atención de las dos chicas. Su camisa beige y sus vaqueros de mecilla negros delataban quien era. Ella apartó la vista como si nada.

Zach las miró con el rostro serio, pero Ana hizo como que no lo vio, como si no hubiera existido. La pelirroja vio la escena en silencio hasta que el chico se perdió por el pasillo. Después agarró del brazo a Ana y la empezó a arrastrar hacia la salida. La castaña se dejaba llevar por su compañera.

-Deberías hablar con él. – la de pelo castaño bufó. Ni en broma haría eso.

- Que le jodan, Nuria. – protestó la chica con furia. – No he hecho nada malo, y pasa de mi como si yo hubiera sido la culpable de a saber qué. Si él no me quiere volver a hablar, pues que no me hable. Ya tengo suficiente con los exámenes y con otras cosas para pensar en que Zach no me habla.

- Ana... ¿pero no sabes por qué puede haber sido? – Ana sabía que no le había contado la parte de Jonah, y prefería ahorrársela. No servía de nada.

El moreno si intentó contactar con ella varias veces, todas sin éxito alguno. Por lo menos, o eso al menos pensaba ella, no había invadido su espacio personal yendo de nuevo a su facultad a por respuestas. Y eso dejaba ver que quizás la teoría de que Jonah tenía algo que ver con lo que había pasado con Zach era verdad. La chica internamente se encogió de hombros, no era su problema.

Silence {Corbyn Besson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora