44. Sobre los recuerdos

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-Venga, será divertido. - Suplicó el rubio mientras seguían caminando por los pasillos de la Universidad. Ángela, quien dejó su mochila en casa para llevarse un bolso que hiciese juego con su conjunto, negó con la cabeza. Aunque le gustaría saltarse la última clase, le era imposible. Los parciales se acercaban y ella necesitaba tomar todos los apuntes necesarios para sacar, aunque fuese un suficiente que le permitiese pasar de curso. Ese día se había arreglado más de lo normal, su pelo tenía unos bucles bastante definidos y su conjunto consistía en unos pantalones de campana negros y una camiseta azul ultramar, colgada pero elegante. Apenas tenía maquillaje pues no le dio tiempo con la prisa de la mañana a acabarse el look, aunque si quisiese, podía hacérselo, ya que se había llevado el kit de maquillaje, por si acaso.

En cambio, Corbyn iba más casual, con unos vaqueros azules y una camiseta de color gris liso, la cual por la parte de atrás llevaba unas ilustraciones modo manga. Su pelo iba desordenado y como siempre, llevaba la misma mochila, la cual Ángela sabía que no había lavado desde hace dos meses.

Nadie es perfecto, y menos Corbyn Besson.

-Sabes que no puedo, esa profesora me saca de los nervios eso te va a explicar algo importante hoy. Si faltó sería mi sentencia. - El rubio chasqueó la lengua y la detuvo sosteniéndole el brazo.

- Lo sé, pero tengo contactos y se quién nos puede mandar apuntes de la clase. - La morena enarcó las cejas.

- ¿Por qué será que no me fío de ti? - El sonriente chico levantó las manos y se encogió de hombros, dando a entender de que no sabía de lo que hablaba.

-Venga Ángela, sabes tanto tú como yo y quieres soltar esa clase y sabes quién puedes ponerte al día en poco tiempo. Encima es una peli de Marvel. ¿En serio vas a dejar ir esa oportunidad? - Ángela lo miró por un momento y se mordió el labio, sin embargo, no dijo nada más y siguió caminando como si nada. - Vale sí, llevas razón. Quiero ir contigo Ángela. Porfa.

- ¿Qué gano yo de esto? - Corbyn sonrió ante la respuesta y se acercó a ella lentamente, provocando que la chica instintivamente se fuese hacia atrás.

-Una película fantástica gratis, palomitas y bebida gratis y estar con chico guapo, gratis. - Dijo a modo de burla. La Morena rodó los ojos y procedió a caminar hacia la clase. Con lo que no contaba era que él la levantarse de una forma imprevista y la cargase en dirección opuesta.

- ¿Qué haces? SUÉLTAME. - Gritó con pudor la chica mientras empezaba a patalear. Corbyn empezaba a risa carcajada mientras todos observaban la ridícula escena. La gente empezó a murmurar y los colores subieron al rostro de la Morena, la cual poco a poco fue dejada en el suelo pon el rubio. - No lo vuelvas a hacer.

Su tono demandante solo hizo que el chico se riese aún más y ella le pegó con el puño en el hombro, haciendo que el chico se quejara.

-Vamos, que si no no, llegamos a la película. - Agarrándola sutilmente de la mano la empezó a guiar hacia la salida de la Universidad. La morena miró sus manos entrelazadas y no supo por qué, pero se sentía bien. Su piel fría hacía contraste con la de la morena, la cual tenía las manos frías. Sintió el calor emanar del contacto y no puedo evitar mirar hacia otro lado, avergonzada por sus pensamientos.

El trayecto fue corto, ya que Corbyn encontró una buena ruta, la más rápida para ir al cine más cercano. Ángela se quejó un par de veces por tener que andar tanto, sin embargo, la amenaza de volver a cargarla la hacía callarse durante cierto tiempo hasta que llegaron al lugar. El chico parecía que lo había ideado todo bien, que era todo premeditado y que, por alguna razón, la había preparado todo para que Ángela no se pudiera negar. Lo que decía de que quería que fuese con él era totalmente cierto.

Como dijo anteriormente, el chico pago todo: los tiques, la comida y la bebida. Ángela no supo que tenía hambre hasta que sintió sus tripas rugir en el momento en el que olió las palomitas. Corbyn se quejó cuando ella disimuladamente metió la mano en el cubo de las palomitas y metía unas cuantas, en su boca, inflando sus mejillas como una niña pequeña.

Al entrar en la sala se dieron cuenta de que había muy poca gente, ya que, al ser horario de clase, la gente que iba era porque tenía el día libre o porque no estaba estudiando. El ambiente era tranquilo y apenas se escuchaba ruido, cosa que agradeció Ángela. Sentía que se podía relajar lo suficiente.

-No estoy preparando mentalmente para ver esta peli. - Sacudió sus manos el chico mientras miraba a su acompañante. - Creo que gritaré como chica adolescente cuando vea a su Crush.

- ¿Tú crees? - Dijo ella con ironía y él levantó su ceja, inquisitivo. - No he sido yo la que ha puesto en la mesa el tema.

- Me ofendes. - Dramatizó el Rubio mientras intentaba quitarle unas cuantas palomitas a su amiga. Sin embargo, Ángela fue más rápida y las apartó de momento. Que funciona sin ella solamente le sacó la lengua, divertida. – Ángela, dame.

-No quiero. - Canturreó ella como niña pequeña mientras que el chico frunció el ceño e intentaba otra vez agarrar unas cuantas. La morena cada vez más alejaba el cubo de ellos dos. Y cuanto más lo alejaba, más se acercaba a él a ella. Pero ninguno de los dos se dio cuenta hasta que estaban sus rostros a centímetros.

Ángela abrió los ojos como platos mientras bajo la pista lentamente a los labios del chico. Se veían brillantes, rosados y un calor empezó a subir en ella, aumentando las pulsaciones poco a poco, sintiendo cómo se paralizaba. El chico seguía mirándola a los ojos y notó como tragó saliva.

Por un momento las ganas de acercase más la tentó por completo, tanto que sintió como su cuerpo empezó a hormiguear en respuesta a este pensamiento. Sin embargo, Corbyn aprovechó ese trance en el que estaba la chica para acercarse más y coger un puñado de palomitas del cubo, tomándolo desprevenida. Le sonrió nervioso la chica y se acomodó en su sitio. Ángela se empezó a sentir un poco decepcionada, incluso el rechazada por el chico el cual una vez había sido su mejor amigo. Lo peor de todo es que ese sentimiento de rechazo le hizo recordar algunos momentos turbios de su pasado, cuando se sentía sola y no tenía al chico a su lado. Cuando sentía que había hecho algo mal en esa relación de amistad.

Y aunque la película empezó, ella no se podía concentrar. Sentía que esos pensamientos estaban volviendo cada vez más grandes y ella empezó a sentir un poco de ansiedad. Sin decir nada se levantó del asiento qué le dijo al Corbyn que iba al baño. No podía seguir así, no se sentía del todo bien.

Un deje de rencor surgió en su corazón y aunque sabía que eso era un tanto toxico, sabía que iba a ser peor si se quedaba allí, sintiéndose así de mal.

Y es que no lograba comprender por qué estaba de esa manera. Corbyn y ella habían sido amigos desde hacía muchísimo tiempo y no sabía ni siquiera q es lo q esperaba de esa situación. Se sentía confundida, sobre todo de cómo se sentía al respecto. Cada vez que estaban cerca, cada vez que él le sonreía, cada vez que le mostraba cariño ella sentía algo que no había sentido nunca por nadie. Y al principio pensaba que era normal. ¿Pero eso se podía considerar como tal?

Miro la sala de cine y supo que no era el mejor momento para volver. Así que le mandó un mensaje, diciéndole que lo sentía muchísimo pero que no podía volver.

Y se fue de allí, sintiendo que por primera vez se estaba enamorando de alguien de quien no debía, y que resultaría más peligroso que los demás que hubo en el pasado.

Y se fue de allí, sintiendo que por primera vez se estaba enamorando de alguien de quien no debía, y que resultaría más peligroso que los demás que hubo en el pasado

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Holaaa, ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Aquí les dejo otro capítulo, gracias por leer y no se olviden de comentar y de votad, me ayudan muchisimo.

Os quiero mucho, butterfly UwU

Silence {Corbyn Besson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora