42. Escultura

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23 enero, 2019

Escultura.

- ¿Cómo que tenemos que hacer una escultura en casa? – Preguntó la chica mientras a su lado su compañera de clase miraba su teléfono. Nuria miró a Ana, encogiéndose de hombros. Estaban en la cafetería. La pelirroja se había pedido un croissant de chocolate mientras Ana había optado por una tostada con un café.

Era uno de esos días donde se prefería estar en un lugar cubierto. no paraba de llover, y el lugar donde siempre iba estaba al descubierto. así que decidieron irse ese día la cafetería y tomar algo tranquilamente hasta la siguiente clase. no estaban solas ellas dos, sino que también estaban algunos compañeros de clase, que se habían Unido para rellenar la mesa. el simpáticos, aunque Ana no había tenido tanta relación con ellos hasta ahora.

-Es hacer una forma o movimiento con la mano y reproducirlo a una escala mayor. nos ha dicho que nos llevemos una pella de barro a nuestra casa y que hagamos la estructura. lo quiere para dentro de un mes, pero dejó caer que en la segunda semana miraría cómo íbamos desarrollando el proyecto. - Dijo un chico de pelo morado que se había sentado con ellas. Nuria miró a Ana con pánico y Ana solamente se mordió el labio con nerviosismo.

- Te olvidas de que hay que tener modelo al natural. - Comentó otra chica, rodó los ojos al ver que le hacía un puchero su amigo.

- Lo que me faltaba, ensuciar mi piso con barro. - Contestó Ana al aire mientras veía por la ventana cómo caía la lluvia. – Lisa me va a matar.

- ¿No tienes otro lugar donde hacerlo? Puedes venir a mi casa si quieres, aunque está un poco lejos. - Dijo Nuria apenada. Había dejado el móvil en la mesa y ahora estaba metida completamente en la conversación, los otros todos compañeros empezaron a hablar entre ellos dándole espacio a ellas para conversar.

- No te preocupes, ya apañaré la forma para poder hacer la mano. - Susurró la del pelo castaño mientras miraba su teléfono. En ese momento una llamada entrante se coló, llamando a su atención.

Ella descolgó el teléfono y resopló al mismo tiempo que una ligera sonrisa aparecía en sus labios.

- ¿No te cansas de llamarme en horario de clase? - Un resoplido se escuchó por la otra línea.

- Por eso me has aceptado la llamada. - Dijo irónicamente Jonah mientras se sentía a otra gente detrás de él, irrumpiendo en su conversación debido al ruido que provocaban. Seguramente estaba en un lugar concurrido, quizás en el pasillo, ya que se escuchaba un poco lejana su voz.

- ¿Qué pasa ahora? - Preguntó ella levantándose de la mesa y yéndose a un lugar un poco más silencioso.

- Me gustaría saber si mi Anita está disponible hoy para una tutoría. - Comentó desinteresadamente el chico. Ella puso cara de asco al escuchar el mote.

- Va a ser imposible, tengo que hacer una escultura esta tarde. Bueno, digamos que hacer los preparativos para hacerla.

- Eso qué quiere decir. – Contestó él. Ella miró sus pies a la vez que procuro no estorbar en el camino de los que iban a la cafetería.

- Comprar materiales, buscar un lugar donde comenzar la estructura sin que mis compañeras me maten en el intento, tomar apuntes y buscar un modelo y a partir de ahí hacerla.

- Si quieres te puedo comprar los materiales y tú me lo pagas después. Mándame un mensaje con los materiales exactos y donde siempre los compras. Te pasaré a recoger después de clase. – Comentó él tan rápido que no le dio tiempo a Ana de procesar toda la información.

Intentó decir algo, pero él colgó. No le dio tiempo a poder rechazar su oferta. y es que Jonah no tenía la obligación de comprar los materiales, y menos aún de cargar con ellos. Sabía que en parte lo hacía porque estaba agradecido por las tutorías que tenían, pero eso no significaba que se volviese esclavo de ella, en un sentido figurativo de la palabra, claro.

Silence {Corbyn Besson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora