XXV. CHARLAS

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CAPÍTULO VEINTICINCO
ACTO TRES: CREPÚSCULO

—Eres tan hermosa —Robby le dio una sonrisa radiante a Lara desde su lugar en la mesa de la correccional

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—Eres tan hermosa —Robby le dio una sonrisa radiante a Lara desde su lugar en la mesa de la correccional.

—Tal vez... así pudo ser nuestro bebé —Lara bajó la mirada, un suspiro tembloroso saliendo de sus labios rosados—. Nunca lo sabremos.

—Nunca me disculpé por eso —los ojos de Robby se cristalizaron y su mano se entrelazó con la de ella —. Lo siento tanto.

—Lo sé, sé que lo lamentas y eso es peor —la chica confesó —. Sería más fácil culparte y odiarte, pero no puedo.

—Cuando estaba solo, no podía parar de pensar en eso, ¿sabes? —Robby suspiró con pesar, su cabello opaco—. Lo recordaba y era... pura tortura. ¿Cómo lo estás sobrellevando?

—Al principio... fue difícil— la chica lo miró a los ojos—. Quería odiarte, realmente quería. Pero luego me di cuenta de que eso no serviría de nada. Ahora estoy mejor, mucha gente me ha ayudado.

—En cuanto salga de aquí también te ayudaré —el chico le sonrió, un hoyuelo marcándose en su mejilla—. Lo prometo.

—¿Crees que hubiera sido niña o niño?

—Obviamente hubiera sido niña—Robby se rió, sus ojos brillando.

—¿Qué? —Lara lo observó incrédula—. Claro que no, hubiera sido niño.

—Mentira —Robby negó y le ofreció una sonrisa juguetona—. Ella habría tenido tu fuego.

—¿Mi fuego? —Ella estaba radiante, una supernova respirando y era como si le hubieran insuflado vida a sus huesos. —Robby, solías asaltar en tiendas de tecnología por la emoción. Creo que verás que los genes caóticos te pertenecen.

Él le sonrió con descaro, mareado de alegría. —Oye, ¿te acuerdas del Torneo? ¿No fue en parte culpa tuya?

La nariz de Lara se arrugó por la derrota y sus manos agarraron las de Robby sobre su la mesa.  —Nuestro hijo sería absolutamente salvaje.




✧✦✧




Lo primero que vio Robby Keene al salir de la correccional fue a su padre y al señor LaRusso peleando, como siempre, aunque esta vez al menos era una pelea verbal.

—¿Es en serio?

—Hola, Robby —Johnny sonrió levemente.

𝓐𝐿𝐼 ▹ ROBBY KEENE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora