Imposible...

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El día pasó rápido de nuevo, el universo se puso de su parte otra vez.

Salieron del Instituto platicando de cualquier cosa que se les venía a la cabeza. Al parecer al fin había conocido a alguien para considerarlo un amigo.

Llegaron a la casa del chico, demasiado pronto. Se miraron fijamente por un momento.

— Bueno...ya tengo que irme —

— Ah, sí, con..con cuidado —  sonrió

Krista se fue alejando del lugar, él aún se sentía extraño y al tocar la manija de la puerta, recordó su intriga. Alguien había hecho su tarea mientras él dormía.

Entró, Annie miraba por la ventana para luego mirarlo a él.

— Hola, ¿me extrañaste? —  Se dirigió para acariciarla, ésta vez, no maulló ni nada parecido

— ¿Dónde está Mikasa? —  preguntó de nuevo.

El animal bajó de la ventana y fue hacia su traste de agua para beber y luego recostarse en el suelo. No le tomó importancia.

Dejó su mochila en el escritorio, tomó un pedazo de pan para comer y luego entró a su habitación donde la gatita negra observaba por esa ventana.

— Ah, con que aquí estabas —  sonrió y acarició su cabeza, recibiendo a cambio un maullido de mal humor

De nuevo, no hizo caso.

Se dirigió a su guardarropa para ver que se pondría mañana, algo en él cambiaba, podía sentirlo...y alguien más también.

Sacó la ropa más nueva que tenía, cerró la puerta pero su mirada fue atrapada por el espejo frente a él, en donde se mostraba como su linda gatita comenzaba a crecer y tener una apariencia humana. Asustandolo bastante.

Volteó y al confirmar lo que estaba viendo soltó lo que tenía en las manos y trató de huir. Se dirigió a la puerta pero se llevó otra sorpresa.

— ¿Quién...era ella? —  preguntó, volteando a verlo, manteniendo su cuerpo sobre la puerta.

¿Qué rayos era eso? No lo sabía pero tenía miedo. Se alejó varios pasos.

— Ella se veía así, no? Cómo una persona normal —  se fue levantando

Eren retrocedía cada vez más.

— ¿Por qué tú corazón latía de esa forma momentos antes? ¿A caso sientes algo por esa? —  desde atrás la voz llamó su atención, asustandolo cada vez más.

Al tropezar con un juguete de ellas, cayó al piso, ambas...chicas? se colocaron en cuatro, gateando hacia él.

— ¿Qu..Qué es lo...lo que so...son? —

La chica de cabello negro se acercó lo suficiente a su rostro, se miraron fijamente a los ojos. Ella tenía un ojo verde y uno azúl...así como su gati.....

Miró su cabeza, orejas de gato asomaban por ella y al mirar sus labios unos ligeros colmillos sobresalían. Algo se movía tras ella, una...una cola de gato??

Miró hacia su lado izquierdo, aquella chica rubia lucía igual.

— ¿A..Annie? —  preguntó sin creerlo, ella sonrió y de alguna extraña forma, ronroneó como un verdadero gato.

Devolvió la mirada al frente.

— ¿Mi...Mikasa? —  sin decir nada, se acercó a su rostro y lamió los labios del chico, importandole poco el sonrojo que provocó aquella acción.

Sintió una textura suave y a la vez rasposa, como la lengua de un gato.

— Ustedes dos...son.... —

— Tú compañía —  respondieron al unísono, algo dentro de Eren iba mal, muy mal.

Confusión, miedo, angustia y todo lo malo para terminar en el suelo completamente desmayado por aquel impacto visual.

Todo debía ser algo turbio de su mente, sí...probablemente así sea.

No importaba que la voz que escuchó en la noche y la que tenía la chica de cabello negro se parecieran. No, no le importaba, seguro lo imaginó, incluso lo de Krista pudo haber sido un sueño. Sí, eso, él aún no despertaba y aún no acababa el trabajo.  Cuando despierte todo volverá a la normalidad y seguro tendrá puntos menos por el trabajo incompleto.

Mis lindas y tiernas nekosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora