Realidad

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Despertó en su cama, aún seguía asustado por lo acontecido recientemente pero al ver a Mikasa como...un gato suspiró con alivio.

— Fue un sueño —  susurró

El peso sobre su cuerpo comenzó a aumentar y de nuevo su corazón comenzaba a latir demasiado rápido.

— ¿Cuál sueño? —  dijo con aquella voz dulce

Se quitó de encima a esa chica.

— ¿Qué eres? —

— Tu compañía —  se acercó de nuevo y lamió su mejilla  — Soy o somos las que jamás te juzgaremos sin conocerte y las que jamás te dejaremos solo —  comenzó a chocar su cabeza con el hombro del chico mientras ronroneaba.

— Mi..Mikasa... —  seguía sin creerlo

— ¿Sí? —  contestó ella

— ¿Tú...hiciste el trabajo...mi trabajo....de anoche? —

— Nosotras, sí —

Se quedó en silencio, observó lo que la chica traía, era una de sus playeras que le quedaba un poco ajustada de sus....

— Pero también queremos algo a cambio por nuestro esfuerzo —  se acercó más, trató de desviar la mirada a otra parte que no sea su pecho

— ¿Y...que es? —

Su cuerpo comenzó a temblar ligeramente.

Annie entró a la habitación como la misma chica de antes y se sentó al lado de ambos.

— Un juego —  sonrió

Sonrisa la cual no le brindó nada de confianza. Annie hizo que se recostara.

— No te pongas tenso, relajate —  acarició su rostro, sus ojos demostraban todo el nerviosismo del mundo.

Ambas se colocaron sobre él y siguieron sonriendo. El rostro de Eren se fue sonrojando mientras ellas seguían sonriendo.

Se miraron entre ellas y se acercaron por completo. Comenzando a acariciar el torso y pecho del chico con sus cabezas. Los ronroneos no se hicieron esperar.

Su respiración se iba agitando. Las uñas de ambas rasgaba ligeramente la ropa del chico, lo que le hacía sentirse extraño pero cómodo al mismo tiempo.

Se fue acostumbrando a esas caricias mientras pasaban por en cima suyo hasta que los labios de Annie chocaron con su cuello, volviendo a alterar su respiración.

— E...Esperen...¿qu..qué...? —  trató de levantarse pero no pudo.

Mikasa tomó su rostro y lo miró.

— No te imaginas lo cuanto que te adoramos —  pegó su boca con la de él

Sus ojos se volvieron a abrir con sorpresa mientras era casi hipnotizado por esos ojos diferentes y brillantes.

Poco a poco comenzó a ceder, tomando el ritmo. Su primer beso...era fantástico a decir verdad.

Y mientras con Mikasa sentía algo genial, con Annie era lo mismo, no sé despegaba del cuello mientras seguía recorriendo su torso cos sus uñas.

Ese primer sentir era genial. Ahora tenía compañía de sobra y por su puesto que no le molestó eso.

Ahora su vida tenía un nuevo rumbo con nuevas experiencias y nuevos sentimientos.

¿Amigos? Tal vez, pero esto era mejor que tener amigos. Sonrió internamente.

Mis lindas y tiernas nekosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora