Casi dos años desde entonces, Eren cumplió siempre lo que Mikasa le dijo, vivir y prosperar a causa de su confianza misma.
Estaba por terminar la Universidad, era un gran logro. Su sonrisa volvió pero era la de un chico estricto consigo mismo y al mismo tiempo, alguien de confianza. Evidentemente ya no era el mismo chico "eufórico" de antes.
— Eren, deberías cortarte el cabello, no te dejarán entrar al colegio así — decía su madre mientras lavaba los platos
— Esa regla sólo se usa en la secundaria mamá, está bien — sonrió mientras giraba la silla hacía su madre — Eso es lo que tú quieres mamá, y lo entiendo peero, no sé, me agrada estar así — acarició su propio cabello
— Tienes razón, no lo sé, me gusta más verte con el cabello corto, te vez mejor —
— Mmm, tal vez, después de tres meses más lo contaré — respondió
Su madre borró su sonrisa.
— Nunca dejaste de hablar así, ¿Verdad? — preguntó
Eren le devolvió la mirada.
— ¿Por que siempre piensas que tu futuro y decisiones constan de solo tres meses? — secó sus manos en el delantal y se acercó a Eren.
Por su parte el chico suspiró, sin poner resistencia alguna ante los brazos de su madre.
— Tal vez...porque en esos tres meses no sabía que sentir, me marcaron mucho ya que tuve un frenesí tan fuerte... — decía con bastante tono melancólico en su voz
— Ay cariño, te encariñaste mucho con ellas, cierto? — preguntó
Los ojos del chico se cristalizaron.
— Sí, bastante — su voz se quebró un poco
"— Nos volveremos a ver, no importa cuanto tiempo pase, te lo juro —"
Recordó las palabras de Mikasa. Ya habían pasado casi dos años y nada. Se había resignado un poco en ya no verlas jamás y en ya no tener mascotas, se sentía "satisfecho" con sus amistades de escuela.
— No te preocupes, después ya ni las recordarás — besó su cabeza y limpió aquellas lágrimas que amenazaban en derramarse
— Mejor dime, ¿cuándo harán eso del servicio social? —
— No lo sé, están viendo que sea en las próximas semanas, Armin me convenció para que fuéramos a una fábrica importante — respondió, sonriendo un poco con trabajo
— Pues que mejor, en fin, ven y siéntate, la comida ya está lista — acarició su rostro y volvió a la cocina.
Algo dentro de él se volvió a llenar de tristeza y nostalgia pero también de esperanza y fe en que volvería a verlas alguna vez, de nuevo. Sonrió por ello, seguro se verían más bellas de lo que recordaba. Olvidó dicha resignación.
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Mis lindas y tiernas nekos
FanficEren, chico solitario que no tiene muchos amigos, un día decide con tener algo de compañía y adopta a dos lindas gatitas las cuales guardan un secreto, comenzando desde ese día, una nueva vida para él.