Regreso

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Pasó el fin de semana, de vuelta al colegio y bueno, la misma rutina aburrida de siempre.

Dejó todo listo para ellas, tanto comida como agua y su cama.

— Volveré en la tarde, como de costumbre, y te llevaré a ti a la veterinaria, muévete con cuidado —  le dijo y acarició su pequeña cabeza.

La gatita negra maulló por un "está bien", lamió su mano y lo dejó ir.

Su corta y larga caminata a la vez, de costumbre.

Llegó a la puerta de la escuela, la cruzó con todo el "ánimo" y comenzó a caminar hacia su salón de clases.

— ¡Eren! —  lo llamó por sorpresa

— Ah! ¿Qué? —  respondió algo asustado

— Hola, perdón si te asusté —  sonrió

El castaño suspiró.

— Está bien, hola Krista, perdón es que... me acostumbré demasiado a que cuando llegara nadie me saludara —  encogió los hombros y sonrió

— ¿No te aburre o deprime estar siempre solo? —  preguntó algo preocupada

— No estoy solo ahora, tengo a mis gatas, ¿Lo olvidas? —

— Sí, pero me refiero a amigos de escuela, ¿No quisieras tener alguno? — 

— Ya te tengo a ti así que...ya es algo —  guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón

— Bueno...pe..ro alguien más que yo? — 

— Supongo que no —  dijo y sobó su cabeza, revolviendo algunos cabellos rubios, recalcando la baja estatura de la joven rubia, la cual se sonrojó por tal cariño que se tenían, haciéndola ver demasiado tierna.

Llegaron al pasillo donde ambos tomarían clases, encontrando un casi escándalo cerca de su aula. Eran los de su grupo reunidos todos ahí hablando con alguien o de algo.

— ¿Qué estará pasando? —  se preguntó

— Seguro es por el chico nuevo —  respondió Krista

— ¿Un chico nuevo? —  repitió

— Sí, llegó apenas hoy, fue uno de los que llegan más temprano —

— Un promedio de 9 o 10, seguro —   rió un poco, la chica lo acompañó y alzó un poco los hombros.

— Tal vez, de su tipo siempre son los maaaas puntuales —  dijo

Entraron al aula sin prestarle atención.

Se sentaron juntos por el momento, mientras esperaban al profesor.

— ¿Tú como vas de calificaciones? —  sacó un tema al azar

— Eh... digamos que ni bien ni mal, desde que entré me he mantenido en ese promedio de ocho en todas las materias —

— Ni tan malo mi tan bueno — 

— Sí, raras veces saco un siete o un nueve —

— Yo me mantengo en el equilibrio de 8 y 9, aunque hay algunas reprobadas —  rió

— ¿Tú, reprobar? — 

— Sí, ¿Es sorprendente? —

— Algo —

— ¿Tú, has reprobado alguna vez? —  recargó su rostro en su mano, prestando mayor atención

— Sí, en secundaria, como tres veces, una en cada año — 

Krista lo miró con bastante asombro.

— Recuerdo que fueron... —
— Matemáticas en primer y tercer año y Español en segundo —  terminó alguien por él

Volteó a ver a esa tal persona, sorprendiéndose por ello.

— Hola, Eren ¿Cómo estás? —  sonrió

— Armin...qué...? ¿Tú eres el nuevo? —

— Sí, me mudé aquí otra vez hace dos días —

El castaño se levantó de su lugar y se acercó al rubio, quedando de frente y al parecer sin nada que decir.

— De Rose a Sina? —  rompió el silencio, alborotando los recuerdos del chico frente a él con el dicho que siempre decían cuando querían verse

— Nos vemos en Shiganshina —  contestó

Ambos comenzaron a reír para luego abrazarse.

— Hola, Armin —

— Tanto tiempo, Eren —  sonrió

Mientras seguían abrazados, miró a Krista sentada, observando tan lindo reencuentro, con la misma sonrisa la saludo moviendo su mano de lado a lado, recibiendo de vuelta aquél saludo.

Se separaron.

— ¿Cómo has estado? —

— ... Bien, y bueno, supongo que ahora mejor que estas aquí —

— ¿Por qué? — 

— Pues tengo taaantas cosas que contarte —

— Bien, ocuparemos el descanso para platicar —

— De acuerdo — 

Ambos se fueron a los lugares de en medio, ignorando completamente a Krista, quien decidió quedarse ahí.

Las clases pasaron, Eren parecía feliz, se sentía feliz, su mejor amigo había vuelto.

Y varios de la clase al notar su amistad con el castaño, algunos decidieron alejarse y otros acercarse por completo.

Salieron a la cafetería y comenzaron su plática, Armin no pudo evitar sentirse mal por su amigo, pero ahora ya estaba ahí con él, trataría de mejorar todos esos malos aspectos.

Mis lindas y tiernas nekosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora