"Primera cita"

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Ya había un acuerdo, platicar por chat todos los días llevó a una salida para resolver el enigma. Lo que preocupaba un poco a Eren. ¿Qué diría? No sabía ni cómo empezar.

Pero si no lo recordaba, tal vez podría inventar algo, pero, qué?

Lo mismo ocurriría con Mikasa, una semana después se verían, así quedó con ella pero era lo mismo.

— ¿Pasa algo? —  preguntó su madre acariciando su cabello

— Ah, es que... no sé como iniciar...una conversación —  dijo

— Es sobre la chica que conociste en la fábrica? —

Eren solo asintió.

— Sólo pregúntale cómo está, lo que le gusta y ya sabes, habla como si hablaras con Krista —  dijo

Sería más sencillo si fuera alguien como Krista, pero no, es una de las dos mujeres que amo —  pensó

— Sí, tal vez funcione —  dijo y siguió observando la pantalla de su celular.

< Bien, te espero ahí a las 4:00, te
    parece?

Sí, está bien, nos vemos >
  en un rato   


Ya estaba, su encuentro ya estaba preparado, se sentía nervioso.

— Voy a salir en un rato —  dijo y apagó su celular

— Bien, asegúrate de no llegar tarde —  dijo y sirvió la comida  — Ahora ven a sentarte — 

♠♠♠♠

4:10, Annie sería muy puntual? No lo sabía, caminaba con algo de prisa.

Llegó al parque y la encontró recargada en un árbol, se detuvo en seco.

De verdad que se veía hermosa, aquella blusa de tirantes, con su pantalón rasgado y ajustado, su reloj de pulsera y sus uñas ligeramente largas. Era perfecta. El como su cabello reaccionaba ante el suave viento lo hizo sonreír. 

Decidió acercarse por completo, la chica al notarlo sonrió y volteó completamente todo su cuerpo para verlo de frente. Aquellas sonrisas bobas demostraban lo ansiosos que estaban por verse.

— Ho...Hola —  saludó, acomodando un poco sus cabellos rubios

— Hola —  saludó de vuelta para acercarse y abrazarla, sintiendo nuevamente aquella conexión.

— ¿Cómo estás? ¿Decidiste trabajar en la fábrica? —  preguntó mientras la soltaba poco a poco

— Pues bien, y creo que sí, el lugar es genial en las oficinas, me encantó esa parte de la empresa — 

— Que bien, a mi me gustó la manufactura, se ve entretenido —

La chica sonrió y desvió un poco su mirada.

— Entonces..., de.. ¿dónde nos conocemos, Eren? —

— Amm, en...la....veterinaria? Creo —

Dijo al tener lo único en mente.

La chica se quedó seria, pensando, había ido a la veterinaria alguna vez...pero no lo tenía claro.

— Vi tu cara en una clínica, pero no recuerdo qué clase de clínica —  dijo

— Bueno, creo que eso no define nuestra gran conexión —  se excusó

— No entiendo por qué no lo recuerdo —  sostuvo su cabeza

— Bueno, tal vez podamos conocernos bien de nuevo —  encogió los hombros

— Cierto, en fin, ven vamos por un helado por lo mientras, yo invito —  lo llevó consigo de la mano

— Oye, no, yo debo invitarte —  dijo, caminando junto a ella

— No, por favor, déjame a mi —  le sonrió

Pasaron su tarde hablando de cualquier cosa, fortaleciendo aquella conexión tan extraña pero maravillosa.

Ambos reían y la pasaban bien, Annie se enamoraba y Eren reforzaba dicho sentimiento. Era inevitable y bello.

El castaño se acercó, rodeando a la rubia con sus brazos, inhalando su aroma dulce.

— Te extrañé tanto, en serio —  dijo de repente

Annie no respondió, sólo sonrió.

— Sabes? De alguna forma, siento que también te extrañé mucho —  tomó su mano

— Cuando confíes más en mi, te lo diré —

La chica asintió, tenía un leve sonrojo en su rostro pálido, eso hizo sonreír a Eren, quien tomó su mentón con cuidado y se acercó lentamente hasta terminar en un beso que los remontó al pasado. Aquella primera vez cuando se besaron, Annie lo recordó, y asombrada rodeó el cuello del chico sin dejar de besarlo, tal vez así podría ver algo más. Unas orejas, una cola felina....

Se separaron.

Terminó por confundirse más, pero no le dio tanta importancia.

— ¿Te llevo a tu casa? —  preguntó

— Eh, no, llévame a la tuya — pidió

Eren no entendió el porqué quería eso pero tampoco se opuso, caminaron por cinco minutos para luego detenerse frente a una casa pequeña.

Entraron, todo se le hizo familiar.

Se dirigió al sofá, recostándose y mirando el techo.

— Eres bastante agradable, sabías? —  dijo con una discreta sonrisa

Eren se acercó y se sentó, sosteniendo las piernas de la chica en su regazo.

— Sí, mis dos amigos lo mencionan mucho pero vale más la pena que lo diga alguien como tú —  sonrió

— Alguien...como yo? —  su rostro se coloreó poco a poco de un rosa pastel

— Sí, alguien linda quien me conoce de algún lado y por eso dice que soy agradable —  sonrió, acercándose y quedando entre las piernas de Annie

La chica sonrió.

— Sí, te conozco de algún lado, lo sé, lo siento y eso también lo hace agradable —  dijo con su cara más roja pero con mirada algo desafiante

— Me gusta besarte —   susurró por la cercanía

— A mi también —  respondió ella, quien comenzó a subir sus manos por el pecho del castaño.

Ambos sonrieron y decidieron ceder ante su "extraño" deseo de sentirse uno al otro como hace mucho no pasaba. Aceptando en ese momento con aquellos besos suaves pero lujuriosos que aceptaban el conocerse de casi toda la vida a pesar de la separación, para así volver a unirse en un momento erótico como lo querían. Tal... y como hace algunos años.

Mis lindas y tiernas nekosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora