Ni normal, ni extraño

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Tomó el control de su mente, olvidando su tristeza al sentir como su piel se erizaba.

Sintió el roce del cuerpo de Mikasa contra el suyo, lo que comenzaba a escandalizar sus hormonas. Al sentirse demasiado agobiado de comodidad la detuvo.

— Lo logré, cierto? —  dijo al notar su rostro rojo

— Sí, pero ya no lo intentes de nuevo, es malo —

— Sí es malo, ¿por qué te gusta?; vamos, vuelve a hacerme lo de hace un rato, por favor —  tomó su mano y la fue dirigiendo de nuevo a su pecho, especialmente al centro

— No —  replicó, zafando su mano de tal agarre

Se levantó de su cama y salió de la habitación. Se dirigió a la cocina, donde encontró a Annie en su forma felina buscando comida en la parrilla.

— Espera, no hagas eso —  se acercó

Aquélla gatita saltó hacia el suelo y al caer tomó la silueta de la chica, asustando un poco a Eren.

— No...hagas eso tan de repente —  se alejó un poco

— Vienes algo agitado, ¿Mikasa te hizo algo? —  lamió su cuello, causando una tensión más grande en su cuerpo

— Tal vez, pero no importa —  la alejó y fue directo al refrigerador, sacando una botella de refresco, necesitaba algo con el cual refrescarse y sentirse menos...extraño, o en el sentido coloquial de la palabra, sentirse menos caliente.

Le colocó un hielo a su vaso y comenzó a beber, quería pensar en otra cosa que no fuera algo excitante o indevido, debía calmarse antes de que notaran el alboroto de sus hormonas y deseos para así evitar algo...fuera de control.

Se sentó en su escrito y suspiró, prendió el computador para poner música mientras trabajaba en un proyecto sencillo para estas alturas.

- ¿Sabes? Eres bastante inocente y tímido para tu edad, Eren -  la azabache apareció tras él, rodeando su cuello con sus brazos

- Mi vida no ha sido fácil, nunca he tenido grandes amigos y cualquier chica que me llamaba la atención me bateaba de la peor forma; no soy sociable ni extrovertido, así que lo que quieras hacer conmigo no será tan accesible -   suspiró

- Puedes tratar de abrirte con nosotras, al fin y al cabo ya te lo dijimos, somos tu compañía y a la vez las chicas que quieres que te hagan feliz -  besó su mejilla

Volteó a verla con una mirada al parecer dolida pero aceptó eso.

- ¿Esto está bien? -  le preguntó

Mikasa no respondió, solo tomó su mano y volvió a mirarlo, ésta vez como una chica normal. Sin sus orejas, ni garras, ni su distinguida cola.

- Supongo que de ésta forma no hay problema o sí? -  preguntó

Sus verdes ojos se iluminaron, de verdad ellas podían hacer eso? ¿De verdad harían todo lo que tuvieran a su alcance para verlo feliz? Parece que sí.

Ella se levantó del suelo y decidió sentarse en el regazo del chico, quien no puso resistencia. Se veía como una chica real, una chica que por primera vez, lo mira con ojos de enamorada.

- ¿De verdad puede ser así de mágico, en serio? -

- Puede ser todo lo mágico que quieras vivir y si lo deseas, incluso más mágico y maravilloso que puedas imaginarte -  su voz dulce atrapaba toda la atención de Eren.

- ¿En serio? -

Algo así de extraordinario no puede ser así de fácil, verdad?

- Sí -

- Todo lo que tú quieras -  agregó Annie, quien se acercó y de igual modo, tomó la apariencia de una chica normal, excepto por sus ojos, esos demostraban del todo que seguían siendo felinas a pesar de su nueva apariencia.

- Esperamos que no te importe -  dijeron ambas.

- No, claro que no importa, aceptaré ésta fantasía -  sonrió

Ambas lo abrazaron, tenían en claro que era un chico deprimido, así que de ahora en adelante, ambas actuarán y pensarán como unas personas normales al tomar la apariencia humana. Querían verlo sonreír de verdad, si es que se podía.

Mis lindas y tiernas nekosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora