Los días pasaban, Eren salía mucho y ocupaba bien su tiempo para todo, se había convertido en un chico ejemplar.
Tanto Armin como Krista estaban felices por eso, sonreía más y ahora siempre llegaba con ánimo al colegio, les gustaba el nuevo Eren.
Y mientras él era realmente feliz, en casa, Annie y Mikasa se mantenían abrazadas todos los días, todo el tiempo; cada vez le costaba más las cosas, tanto a Annie como para Mikasa. No querían separarse, sentían como un vacío las devoraba. A la gatita anaranjada por sentir cerca su partida y a la gatita azabache por perder a su hermana y compañera.
Fueron transformándose de poco a poco, se miraron, Mikasa tenía las mejillas marcadas con el rastro de las lágrimas secas.Annie le sonrió.
— Estoy bien, por el momento, no te preocupes — acarició su cabeza
— Te quiero mucho — susurró la azabache
— Y yo a ti — respondió
— ¿Recuerdas cuando llegaste a la clínica —
— Sí, tú ya estabas en una jaula — comenzaron a platicar
— Yo nací ahí —
— A mi me rescataron, mi madre estaba mal de salud y de mis hermanos solo se salvaron 4 de 10, contándome a mi — contó la azabache
— Vaya, que suerte — sonrió, Mikasa solo asintió, volviendo a ser consumida por la tristeza.
Annie volvió a acariciar su cabeza.
— ¿De verdad no le dirás nada a Eren? — preguntó
La rubia negó.
— Estoy a cuestión de días, tal vez horas, lo único que le diré es que lo amo, demasiado y que siempre lo voy a esperar, será lo único dicho, no más —
La puerta principal se abrió, ya había llegado, las buscó en la sala pero no las encontró así que fue a su habitación.
Encontró a Mikasa en la forma humana y a Annie en la forma felina.
— Ya volví — dijo acercándose y besando la cabeza de la azabache
— Bienvenido — respondió ella un poco apagada, el chico notó eso
— ¿Qué tienes? — levantó su cabeza y vio su rostro manchado de lágrimas
— ¿Por qué has estado llorando? — preguntó
Mikasa no dijo nada y solo salió de la habitación.
— Annie, ¿Sabes lo que le pasa? —
La gatita volvió a transformarse y lo miró con tristeza.
— No lo sé, no ha querido decirme, tal vez la reacción de la vacuna le hace llorar — respondió con simpleza
— Tú también tienes algo — acarició su cabeza, al sentir su calidez ronroneó.
— Me he sentido muy cansada, es todo —
— ¿No les ha reaccionado mal la vacuna o sí? —
Annie no contestó, se levantó con dificultad, sintiendo como su cabeza daba vueltas. Se aferró a los hombros de Eren y lo miró a los ojos.
— Como sabrás, Mikasa y yo ya cumplimos 10 años de gato, ya no somos tan jóvenes como antes y bueno, eso destaca mucho en mi —
— ¿A qué te refieres? — preguntó más preocupado
— Te amo demasiado, Eren, de verdad no te imaginas cuanto, te agradezco que me hayas dado tanto amor y cariño, eres un chico tan lindo... — sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas.
El corazón del castaño comenzó a estrujarse de la peor manera.
— A-Annie… —
— Por ahora solo quiero dormir, está bien, no te preocupes — se acercó y besó sus labios con calma y dulzura, pero eso empeoró los sentimientos de Eren.
Annie volvió a tomar su forma felina y se recostó en el regazo del chico, durmiendo como había dicho.
Su respiración aún era estable pero de poco a poco iba disminuyendo, ya era demasiado tarde para llevarla a la veterinaria.
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Mis lindas y tiernas nekos
FanficEren, chico solitario que no tiene muchos amigos, un día decide con tener algo de compañía y adopta a dos lindas gatitas las cuales guardan un secreto, comenzando desde ese día, una nueva vida para él.