| 20 | Thomas Brodie Sangster

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No quería venir. Realmente no quería estar aquí. Odiaba que Ana me hubiera convencido de venir y que me hubiera hecho arreglarme para esto. 

La reunión de ex-alumnos de preparatoria era algo que emocionaba a Ana. Quería ver a sus  amigos y ver qué había sido de sus antiguos amores. En cambio yo solo quería olvidar que la preparatoria había sucedido. 

Ana era la extrovertida y había tenido mucha suerte que una clase de biología me hubiera descubierto sentada en el rincón sola. Yo era una chica muy tímida la cual temblaba aún cuando tenía que exponer frente al grupo. Ana simplemente se acercó y agradecí poder tener una amiga que hablaba cuando yo no podía. 

Ana me había adoptado y a partir de ahí mi vida en la preparatoria fue mejorando. Ana me incluía en sus planes y me presentaba con sus amigos para poder involucrarme, pero también respetaba mi espacio personal.  Eso había logrado que conociera mucha más gente y que poco a poco pudiera ser mas sociable.Pero también, gracias a Ana había conocido a Thomas. 

-____________- dijo Ana sacándome de mis pensamientos.- Ahí esta Thomas. 

Lo miré desde la distancia. Habían pasado cinco años y él seguía siendo aquel chico que hacía paralizar una habitación. Todos lo miraron cuando entro por la puerta, su gran sonrisa era muy contagiosa y su voz profunda resonaba siempre. La misma sensación que tuve cuando lo conocí volvía a mi, me sentía pequeña junto a él.

Como a todos, Thomas también me había encantado. Era un chico muy sociable y amable con todos y Ana notó de inmediato cómo me sentía por él. Lamentablemente no era la única y jamás pensé que Thomas me notaría, pero lo hizo. 

Comenzó a buscarme entre clases, me acompañaba a mi salón y a veces nos quedábamos hablando cuando todos se iban.  Comenzamos a salir fuera de la escuela sin decirle a nadie, creí que esa era una muy buena estrategia porque todo entre nosotros iba bien. Al no decirle a nadie obviamente seguían asumiendo que era soltero. Y lo era, porque jamás habíamos aclarado que éramos, solo éramos felices.  Y fuimos felices por un año. 

Pero el encanto de Thomas había sido siempre un problema entre nosotros. Yo era muy insegura y me gustaba ser invisible. A él le gustaba mucho la atención de todos los que le rodeaban. Eso siempre me había hecho sentir mal y él nunca lo comprendió. 

Al final del tercer año de preparatoria tuvimos que tomar una decisión. Era claro que nuestros caminos no coincidían. Yo quería estudiar Economía y el quería estudiar Educación. Las universidades estaban lejos y sabíamos que las relaciones a distancia simplemente no funcionarían. Muy dentro de mi quería que pensará que podríamos lograrlo, que íbamos a poder vernos los fines de semana y que todo mejoraría. Pero nada de eso iba a suceder. Thomas tenía que seguir sus sueños y yo tenía que seguir los míos. 

El última día que nos vimos fue el mas doloroso de todos, había ido a mi casa a regresarme unos libros que le había prestado. Yo realmente no tenía ganas de verlo porque sabía que iba a terminar llorando, pero bajé a recibirle los libros. No dijo mucho y yo tampoco quise hacerlo muy complicado así que solo nos despedimos con un abrazo. Y desde ahí no habíamos hablado.

Ocasionalmente veía sus historias en instagram y él veía las mías. Pero mi vida era aburrida y no había mucho que deducir de ella. En cambio la de él era  el ejemplo de un chico popular. Estaba en fiestas, con amigos o en viajes, y yo realmente estaba feliz por él. O eso me decía constantemente tratando de convencerme de que separarnos había sido la mejor decisión. 

-__________- repitió Ana- ¿No lo vas a saludar?

Sentí mi cuerpo tensarse. No, no quería saludarlo estaba bien viviendo en un mundo donde Thomas ya no existía. 

One Shots | Varios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora