| 30 | Dylan O'Brien

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La mirada pesada de Dylan podía sentirse desde el otro extremo de la habitación, no podía quitarme esa horrible sensación de vigilancia sobre mis hombros.

Era evidente porqué me estaba viendo, aunque para ser justos no me veía a mí. No le quitaba la mirada de encima a mi acompañante, y él ni siquiera era consciente de lo que estaba sucediendo en esa habitación.

Dylan y yo habíamos terminado, más bien él me termino. Él me había roto el corazón, había decidido que lo que habíamos tenido por dos años ya no le resultaba funcional y que lo mejor era separarnos. Todo lo había decidido él, a mí solo me quedo aceptarlo y seguir con mi vida.

No había sido sencillo, había pasado muchas noches llorando y reprimiendo mis ganas de correr a su casa. Respetaba su decisión, y debía seguir con mi vida así como él quería seguir con la suya.

¿Cuál era su problema entonces? Yo estaba en todo mi derecho de llegar con quien quisiera a esa fiesta, y Andrew se había ganado ese derecho. Era amable, cariñoso y se preocupaba por mí.

Aunque había un pequeño problema, no era Dylan.

-¿Quieres beber algo?-gritó Andrew mientras se acercaba a mi oído.

-Estoy bien, pero necesito ir al baño.

Era una mentira. Yo no quería ir al baño, solo quería salir de ahí. Traté de alejarme lo más posible del ruido y caminé hasta el balcón de uno de los pasillos, ese sí era un lugar tranquilo. Cerré mis ojos y respiré profundamente tratando de calmar los latidos acelerados de mi corazón.

Sí, extrañaba a Dylan. No era un secreto para nadie que era una persona muy miserable desde que nos habíamos separado. Extrañaba sus bromas mientras las cosas se ponían tensas, como cantaba en el auto para hacerme reír, su risa que siempre lograba hacerme sonreír y sus abrazos que organizaban todo el desastre en mi interior. Pero Dylan había tomado una decisión, y yo debía aceptarla.

-________- susurró una voz en el marco de la puerta.

Sentí mi corazón detenerse un momento mientras veía a esa silueta tan familiar cerrar la puerta detrás de su paso. Lo miré caminar hacia donde yo estaba, su paso era seguro y sin interrupciones. Parecía que quería llegar conmigo, que realmente quería cercarse a mí.

-Dylan- respondí en un susurró.

Llegó hasta donde yo estaba y se detuvo mientras esbozaba una sonrisa. No había cambiado nada en esos meses, lo único diferente en él era que yo ya no lo tomaba de la mano.

Dylan me miro queriendo saber qué hacer, su mirada parecía pedirme hacer algo para que él pudiera responder. En un esfuerzo sobrehumano me aferré al barandal del balcón para no lanzarme a sus brazos y besarlo. Extrañaba sus besos, y odiaba reconocer que me moría por besarlo una vez más.

¿Por qué cerraste la puerta?-pregunté mientras encajaba mis uñas en el frío hierro.

-Por qué no quiero que nadie nos interrumpa.

Lo miré queriendo entender que estaba tramando. ¿Qué era aquello que nadie debía interrumpir?

-Ya no puedes volver a terminar conmigo- Aseguré queriendo lastimarlo como él lo había hecho conmigo.

Dylan se quedó callado y se acercó más a mí.

-Te extraño-Dylan soltó sin más esas palabras.

Mis uñas se aflojaron del barandal, lo odiaba. Lo odiaba por ponerme en esa situación, por decirme eso hasta ese momento. Me había costado mucho trabajo desvanecer nuestros recuerdos, mis sentimientos y mis esperanzas sobre nosotros.

-Te extraño.- Dylan repitió como si quisiera que yo entendiera el significado de esas palabras.

Miré a Dylan y mis pensamientos se volvieron borrosos. Yo no podía pensar bien, y con esas palabras lo único que él estaba logrando era eliminar lo poco de buen juicio que aún me quedaba.

-Te extraño.

Solté el barandal y me acerqué a el tomándolo del cuello para reclamar sus labios. Él me tomo de la cintura mientras me abrazaba con urgencia. Habían sido meses, pero parecían años. Lo besé como había querido besarlo la última vez que lo vi, ofreciéndole cada extracto de mi amor para convencerlo de que no me dejara. No éramos una pareja perfecta, pero teníamos muchas cosas que otros no tenían.

Mis ojos comenzaron a humedecerse mientras recordaba todas las cosas que habíamos pasado. Lo que sentíamos no podía haberse esfumado de la noche a la mañana, estaba ahí justo en ese momento. En ese beso desesperado y lleno de cosas que decir y explicar.

Dylan se separó de mí mientras colocaba su mano en una de mis mejillas. Ese toque me estremeció, y sentí como todo mi cuerpo recordaba la calidez de su tacto.

-¿Podemos volverlo a intentar?-Dylan preguntó en un susurro apenas audible.

Levanté mi mirada para verlo. Dylan mantuvo su mano en mi mejilla mientras dejaba un suave beso en mi frente.

-Te extraño, y sé que no merezco una segunda oportunidad. Pero quiero que vuelvas a quererme, te prometo que voy a compensar todo lo que te he hecho pasar. Por favor, vuelve conmigo.

-No-susurré mientras cerraba mis ojos en un intento de evitar su mirada.-No quiero pasar por lo mismo.

-________-Dylan tomó mi rostro con sus dos manos guiándome a su mirada. Abrí mis ojos para encontrarme con sus ojos humedecidos como los míos- Siento que voy a morirme sin ti, no tienes una idea de cuánto he tratado de evitar este sentimiento. Sueño contigo, con tu voz, con tu risa. Soy la persona más miserable desde que te dije que ya no quería estar contigo. Fue la peor decisión de mi vida y me arrepiento en cada momento de haberlo hecho. Por favor, regresa a mí.

-No, ya no.

One Shots | Varios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora