Escuche los gritos acercándose por la escalera, reí porque sabía lo que estaba pasando. Escuche como corrían y como las risas se volvían más estruendosas.-No corran-grité sin despegar la mirada de mi libro.Sabía que no me harían caso, pero valía la pena intentarlo.
Los gritos de pronto estuvieron en donde yo estaba, escuché como reían y los gritos que se ahogaban por las risas.
-Papá-rió la pequeña mientras se tiraba en la alfombra frente a mi- Papi, basta.
Dejé mi libro en mi regazo para observar la escena con ternura. Lyanna estaba rendida en la alfombra mientras trataba de controlar su risa, Liam la acompañaba mientras la abrazaba. Los dos trataban de calmar sus respiraciones mientras tenían una sonrisa gigante en sus rostros.
-No deberían correr en la escalera, es peligroso.-dije mientras ponía el separador en la página de mi libro.
-Papá no dejaba de hacerme cosquillas mami. Debía huir.
-Mamá tiene razón, no debimos correr en la escalera.
Asentí mientras me levantaba del sillón para acostarme junto a ellos, Lyanna se acomodo en el brazo de su papá y Liam estiró su brazo libre para que yo pudiera acostarme ahí. Me tumbé sobre su brazo y el me abrazó por la cintura mientras besaba mi cabello.
-¿Qué leías mami?- pregunto Lyanna mientras miraba a su papá esperando el mismo gesto hacía ella. Liam se dió cuenta y besó su cabello mientras ella cerraba sus ojos y sonreía.
-Una novela de amor-respondí mientras me acurrucaba junto a Liam y comenzaba a acariciar su mejilla.
-De cómo tu y papi se conocieron- dijo mientras se recargaba en el pecho de Liam para verme.
Liam y yo reímos y él beso la mejilla de la pequeña.
-Esa historia no está en un libro- dijo Liam mientras acomodaba el cabello de Lyanna detrás de su oreja- pero puedo contártela.
-Si,si,si- respondió Lyanna emocionada- ¿Cómo se conocieron? ¿Papi te rescató de un castillo?-Liam y yo reímos.
-Creo que ves muchas películas Ly,-río Liam mientras dejaba su mano en la espalda de Lyanna.- Tu mamá y yo nos conocimos desde que íbamos en la secundaria. Ella era muy bonita e inteligente, le daban premios por sacar buenas calificaciones y los maestros la amaban. A mi no me gustaba tanto la escuela, me encantaba jugar basketball con mis amigos. Un día sin querer golpee a tu mamá con la pelota y ella se molestó mucho conmigo y me la aventó en la cara. Una maestra nos vió y nos castigó después de clases, así que tuvimos que quedarnos una semana en la biblioteca a acomodar libros. Ahí me disculpé por haberle pegado y nos hicimos amigos. Pasábamos mucho tiempo juntos después de clases, ella me ayudaba a estudiar y yo la hacía reír mucho.
-Aún lo haces-planté un beso en su mejilla. Liam sonrió ante mi gesto.
-Después de muchos meses de estar enamorado le pedí a tu mamá que fuera mi novia. Yo no tenía ni idea que significaba ser novio de alguien y tu mamá tampoco pero lo fuimos descubriendo juntos. Íbamos al cine, a comer, conocimos a tus abuelos, y planeamos el futuro. Pero, cuando estábamos en la preparatoria descubrimos que venías en camino y todo cambio. No sabíamos que hacer pero estábamos muy felices de que alguien estuviera hecho de todo nuestro amor. Hablamos con los abuelos y ellos nos ayudaron mucho, te amaron desde el primer momento igual que nosotros. Logramos terminar la preparatoria y tu ibas a la escuela con nosotros, de hecho. ¿Lo recuerdas?
-Claro que no papi, era un bebé chiquito- respondió Lyanna sonriendo.
-Y mira, unos años después estamos aquí tirados en la alfombra de nuestra casa. Y estoy aquí abrazando a las personas que más quiero en el mundo.- nos abrazó mientras terminaba su historia.
-Es muy distinto a las historias de amor que conozco- respondió Lyanna.
-Tu papá y yo nunca fuimos muy comunes, nos gustaba lo diferente.
Liam rió y Lyanna se separó del pecho de su padre para sentarse, parecía confundida.
-Pero, ¿Entonces como supieron que estaban enamorados si papá nunca te rescató de un castillo?
Mire a Lyanna mientras cruzaba sus brazos con su expresión de confusión en la mirada. Era idéntica a Liam, no sólo en s personalidad risueña y juguetona. Los ojos claros, el cabello lacio y la nariz eran evidentemente de su papá.
-Por qué el amor se siente en las pequeñas cosas. Cómo cuando tu papá nos trae helado a las dos o yo les cocino su comida favorita. Tu papá siempre me cuidaba y yo lo cuidaba a él. El amor se siente como un abrazo en tu corazón Ly, No necesitas que te rescaten de una torre, sólo necesitas saber que te cuidan y te quieran por lo qué eres.
Lyanna sonrió y nos miró. Ella era una niña muy inteligente para su edad y sabía que nosotros no éramos como los papás de sus compañeros. Éramos significativamente más jóvenes, menos estrictos e incluso más relajados. Pero eso no era diferente al hecho de que no la quisiéramos.
-¿Podemos dormir hoy aquí?- preguntó mientras miraba a su papá.-Podríamos hacer un fuerte mientras vemos películas en pijama.
Liam río y le estiró su mano para que pudiera tomarla. Ly tomó la mano de su papá y él le besó el dorso de la mano.
-Me parece una idea excelente, pero debemos ir a visitar a tus abuelos. Cuando regresemos lo organizamos ¿Te parece?
-¿Iremos con los abuelos?-preguntó Ly mientras se levantaba rápidamente.- Debo llevarles los dibujos que hice para ellos, papá no estoy lista.
Lyanna regresó por las escaleras y rode mis ojos.
-Ly, no corras por favor.
Los pasos de Lyanna desaparecieron por las escaleras . Liam y yo nos quedamos acostados en el piso en silencio.
-¿Debería preocuparnos que esté preguntando sobre historias de amor?-preguntó Liam mientras colocaba sus brazos en mi cintura.
-No lo creo.- me acurruqué mejor contra él mientras rodeaba su cuello con mis brazos.- Sólo le dio curiosidad mi lectura.
-No estabas leyendo una novela de amor, estabas leyendo a Stephen King.
-¿Querías explicarle la trama de Cementerio de mascotas?- Reímos y nos miramos fijamente. Amaba a Liam con todo mi ser, lo amaba desde hace muchos años y no me explicaba como podía sentirme más enamorada de él.
-Te amo, ¿Lo sabes?
-Lo sé, pero me gusta qué me lo digas.
De pronto escuchamos nuevamente los pasos corriendo a toda prisa a dónde estábamos. Los dos reímos y nos separamos un poco.
-Sin correr-dijimos al unísono.