-5 años después-
La pared color gris era demasiado sombría, parecía que estábamos en un funeral. Aunque de alguna manera sí lo estábamos. Miré con dolor mi mano izquierda, a pesar de estar físicamente completa sabía que algo faltaba.
La mesa de madera cuadrada estaba fría y yo solamente pensaba en el momento que nos había llevado ahí. A estar frente a frente y no juntos tomados de la mano.
Por 5 años había portado con amor ese anillo, y el que le siguió. Hoy por la mañana el peso de la realidad cayó sobre mis hombros. Freddy y yo firmaríamos el acta de divorcio ese día. Esa mañana me sentí particularmente ridícula por seguir usando los anillos, pero sobre todo me di tristeza. Yo seguía esperando que Freddy desistiera. Añoraba la posibilidad de poder hablar las cosas y trabajar en nuestro matrimonio. Pero un matrimonio está conformado por dos personas, y no funciona cuando solo una persona quiere estar ahí.
Tenía los anillos guardados en la bolsa de mi abrigo. No quería ningún rastro de Freddy en mi vida. Me dolía pensar en él y en todo lo que habíamos planeado para el futuro, y ver ahora el futuro arruinado solo provocaba pesar en mi corazón. Ya no me servían esos anillos, no me servían sin el amor con el que me fueron entregados.
-Si les parece bien, comenzaremos con él acto- dijo el notario mientras tomaba el sobre azul entre sus manos.
No quería mirar a Freddy, no después de haberme dicho que ya no estaba feliz y que pensaba que lo mejor era separarnos. Jamás me había preguntado cómo me sentía al respecto. Él había asumido que yo me sentía de la misma manera y ni siquiera se molestó en consultármelo. No estaba enojada, estaba herida.
-Siendo el 30 de diciembre del 2021. Doy fe y constancia de que los mencionados en el acta de divorcio están presentes con sus respectivos abogados. Habiendo firmado previamente el acta por su libre y plena voluntad, procederé a leer la repartición de los bienes.
-El señor Carter quedará en poder de el auto adquirido en el 2017 y la señora Morgan con el auto adquirido en el 2019.
Pro primera vez escuchaba nuevamente mi apellido. Ya no era _______ Carter.
-La casa adquirida por los dos dentro del matrimonio será vendida. El dinero obtenido será repartido en partes iguales para los interesados.
Esa casa. La habíamos elegido con tanta emoción después de comprometernos. Yo me había dedicado tardes enteras a pintar las paredes de toda la casa con figuras, retratos y líneas que no parecían tener forma, pero Freddy decía que parecían auroras boreales.
Habíamos comprado la casa pensando en el futuro. En cuando necesitáramos espacio para nuestros hijos, para fiestas familiares e incluso para mascotas. Cuando las cosas comenzaron a ir mal, comencé a odiar esa casa. Nuestra vida en el departamento había sido siempre buena, yo culpaba a la casa de nuestra separación.
La casa solo era parte del gran problema. Freddy había conseguido el puesto de editor en jefe en la editorial y eso había cambiado toda la dinámica. Ya casi no estaba en casa, trabajaba demasiado y viajaba aún más. La mayor parte del tiempo estaba sola en casa y eso me deprimía mucho.
Sabía que el puesto era algo por lo que había trabajado mucho, y no quería que renunciará. Pero me entristecía que Freddy hubiera cambiado tan rápido por ese trabajo. Freddy no era tonto, sabía que algo pasaba y trataba de arreglar las cosas con regalos caros y ostentosos. Nuestra vida no era esa, ninguno de los dos era así. Antes teníamos lo suficiente para vivir, no éramos ricos pero éramos felices. Ahora teníamos todo en exceso menos amor.
-El dinero acumulado durante el matrimonio será repartido en partes iguales.
Yo no quería ese dinero, era un recordatorio constante de lo mal que la estaba pasando. Ese dinero era de Freddy, no mío. Pero mi abogado había insistido en que lo aceptara, era lo justo.Yo difería, lo justo es que Freddy y yo siguiéramos casados. El dinero solo era un premio de consolación.
-Adicionalmente, el señor Carter se compromete a dar una pensión mensual a la señora Morgan.
Sentí un hueco en el estómago. Ya era bastante malo tener el dinero de Freddy, ahora también tendría un recordatorio constante de nuestro divorcio cada mes.
-¿Es necesario?-interrumpí al notario
Freddy y su abogado se miraron confundidos.
-Es de buena voluntad del señor Carter- respondió el notario
-Entonces no lo quiero-dije seria- no quiero limosnas.
-_______- susurró Freddy
-No- repetí- no lo quiero.
-Lo omitiremos del acuerdo entonces- dijo el notario.- para finalizar, el departamento previamente compartido por los interesados quedará en propiedad del señor Carter. ¿Es correcto?
Miré a Freddy con desprecio. Nuestro departamento era lo único que sentía aún limpio de todo el desastre. Freddy no tenía derecho sobre ese departamento, pero no quería discutir y tampoco tenía intenciones de discutir sobre él. Si Freddy lo quería podía quedárselo y hacer lo que quisiera con él.
-Así es- dijo Freddy mientras me miraba.
El notario tomó el acta y realizó anotaciones sobre ella. La paso al abogado de Freddy y la leyeron juntos. Freddy firmó el acta y se la dió a mi abogado. El la leyó y asintió con la cabeza. El momento había llegado y lo único que quería era entender que había pasado y como el amor de mi vida estaba aceptando nuestra separación definitiva.
Quería vomitar, llorar y patear algo. Todo era confuso en mi mente y no sabía cómo encajar las piezas del rompecabezas. Pero ya era muy tarde para poder entenderlo. Simplemente tomé la pluma de la mesa y firmé donde aparecía mi nombre.
Estaba hecho, casi 10 años de nuestras vidas habían terminado con un papel. Nuestros sueños, nuestros abrazos, todas nuestras tardes compartidas, los viajes, las comidas. Todo se había reducido a nada, a un simple trámite legal en una fría habitación.
-Eso es todo, pueden retirarse- finalizó el notario mientras recogía el acta frente a mí.
Tomé los anillos de la bolsa de mi abrigo mientras me levantaba.
-Esto también es tuyo-dije mientras los ponía sobre la mesa.- Así como no me preguntaste si estaba de acuerdo con divorciarme yo te los regreso sin preguntarte si los quieres.
Freddy se levantó de la silla.
-________-dijo con un semblante triste
-Adiós Freddy.
Y así, con un nudo en el estómago y con el corazón hecho trizas me fui de esa sala. Dejando atrás a Freddy, pero no fui capaz de dejar mi amor por él.
-------------
PD: Ya había muchos finales felices, no hace mal un final triste de vez en cuando.