Esto era un desastre, un verdadero desastre. Esto no podía estar pasando, era un sólo una muy mala jugada de mi cerebro que había estado bajo mucha presión y se estaba viendo reflejado en ese momento.
Jiminssi tenía la culpa, él había hecho la pregunta y desde ahí no había podido sacarme esa pregunta de la cabeza. Él tuvo que escucharme llorar por la situación y después se ofreció a ayudarme.
Y ahí estaba yo, en el piso del baño viendo ese maldito pedazo de plástico recargado en el lavabo. Jin y yo acabábamos de casarnos, teníamos menos de un año viviendo juntos, y él empezaría una gira mundial. Era un pésimo momento para tener un bebé, y no porque no lo quisiéramos. Aún éramos muy jóvenes y queríamos hacer muchas cosas antes de poder tener un hijo.
Jin no sabía nada y ni siquiera lo sospechaba, él estaba abajo haciendo ejercicio y tal vez ya había terminado y se había puesto a jugar Mario Kart.
Había tenido síntomas, el día que vomité culpe al kimchi y el día que me sentía en extremo cansada culpe a JK y a su maravillosa idea de caminar tres horas por todo Seúl. Pero si ese resultado era positivo no iba a poder ocultarlo por mucho tiempo, y tenía que pensar cómo decirle a Jin que mientras él estaba de gira por 8 meses yo estaría en casa tratando de entender que pasaba. No era justo para él. Jin tenía muchas ganas de ser papá, y saber qué se iba a perder todo el embarazo me hacía sentir muy mal. Por eso esta situación no debía pasar, no por ahora.
Sentí como el nudo en mi estómago crecía mientras abrazaba mis piernas y dejaba salir mis lágrimas. Tener un bebé no debía sentirse así, era un motivo de alegría y más sí era producto de dos personas que se amaban como Jin y yo. Pero por alguna razón se sentía mal, y necesitaba más que nunca a Jin para que me dijera cómo íbamos a resolver esto.
Me obligué a quedarme en el piso, si la prueba era negativa fingiría que nada de esto había sucedido. Él no se iba a enterar, no había razón para alarmarlo. En tan solo 3 minutos iba a saber si podía fingir que este episodio jamás había sucedido o me preparaba para que Jin me pidiera el divorcio.
De pronto escuché como la perilla de la puerta giró y miré a Jin.
-Amor, ¿Has visto mi toalla?
Él era un sueño, un verdadero sueño. Su cabello peinado hacía atrás despeinado por el sudor mientras algunas gotas escurrían sobre su frente. La playera con tirantes hacía que sus brazos se vieran fuerte, y sus hombros. Su hombros que no tenían comparación.
Jin me miró extrañado y entonces giró su mirada al lavabo, hacía el artefacto que yo veía. Él no me dijo nada, sólo lo miró y corrió para poder tomarlo. Era obvio que yo no iba a poder tomarlo, pero aún así traté de alcanzarlo sin éxito.
-¿Qué es esto?-Jin preguntó serio, ho había nada divertido ni juguetón en su mirada. Sólo una profunda seriedad que jamás había observado. Su mano estaba sosteniendo fuertemente la prueba mientras me miraba escondida en el rincón.
-Una prueba.
-¿Cómo la conseguiste?
-Jimin me ayudó.
Jin negó con la cabeza mientras se acercaba hacía donde yo estaba, él estiró la mano para ayudar a levantarme y yo la tomé mientras tiraba de mi cuidadosamente. Los dos nos quedamos de pie y Jin se sentó en la orilla de la tina.
-¿Jimin sabe de esto y yo no?
Sabía que sus palabras no eran mal intencionadas, pero eso no evitaba que sintiera una punzada en mi corazón al escucharlas. Lo miré y sentí como mis ojos volvían a cristalizarse, era la peor esposa del mundo.
-Ven- Jin dijo mientras estiraba sus brazos hacía mí, para que yo me acercara a él.
Lentamente me acerqué y me senté en su regazo mientras envolvía mis manos en su cuello y el sostenía mi cintura.
-¿No planeabas decirme? ¿Acaso es de Jimin?- Jin río y yo sólo me limité a reír, aún en los momentos más tensos siempre encontraba una forma de hacerme reír.
-No quería preocuparte, no antes de que yo estuviera segura.
-No tenías qué hacer esto sola, pudiste decirme y haberlo hecho juntos. Somos un equipo, para esto nos casamos.
Asentí mientras escondía mi cara entre su cuello y me aferraba a él. Si bien yo sentía que mis razones eran válidas, también sabía que había sido muy egoísta dejándolo fuera de toda esta situación.
-Lo siento, solo entré en pánico y no quería espantarte. Creo que ya pasaron los quince minutos.
-Lo sé, no estás embarazada.
Levanté mi cabeza de su hombro y él me miró mientras me mostraba las líneas en la prueba.
"NEGATIVO"
Suspiré aliviada, pero tampoco me sentía feliz. Era una sensación agridulce, estaba feliz de no estar embarazada en ese momento, pero me sentía triste de saber que eso aún no sería nuestro.
Los dos nos quedamos en silencio un rato, tratando de procesar lo que había pasado. ¿Qué hubiera pasado sí yo estuviera embarazada? ¿Estaríamos así de tranquilos? ¿Jin se habría molestado?
-Lo siento, en serio lamento habértelo ocultado.Estaba muy nerviosa y no quería alertarte sin razón, no quiero que seamos el tipo de esposos que se esconde cosas. En serio lo siento.
-Tranquila-Jin acarició mi espalda mientras dejaba la prueba en el lavabo-Creo que hasta cierto punto agradezco que no me hayas dicho nada, hubiera entrado en pánico como tú. Pero no vuelvas a ocultarme nada, lo que sea que pase lo enfrentaremos juntos. Así sea una gira mundial o un bebé, lo resolveremos.
Reí mientras me recargaba de nuevo en su pecho, y él dejaba un pequeño beso en mi sien.
-Creo que hay que decirle a Jimin que no será tío.
Jin me abrazó mientras se levantaba tomándome entre sus brazos y se reía.
-Aún podríamos darle esa noticia.
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