| 29 | Jacob Elordi

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Sam Smith sonaba muy bajo en el cuarto mientras jugaba con mi nintendo. Estaba sentada en el piso y Mi espalda estaba recargada en la parte baja del sillón. No quería hacer ruidos, Jacob estaba en una reunión muy importante.

La vida en cuarentena había sido relativamente buena para nosotros. Había ido a visitar a Jacob en California por una semana, pero me quedé atrapada por la pandemia. Estábamos encerrado en su departamento y al principio fue confuso y bastante caótico. Jamás habíamos hablado sobre vivir juntos y mucho menos en medio de una pandemia.

Jacob y yo teníamos un año saliendo, y la mayor parte de nuestra relación había sido a distancia. Él casi siempre estaba grabando películas y el poco tiempo libre que tenía lo disfrutábamos juntos. A mi no me molestaba la relación a distancia, eso me permitía concentrarme en la Universidad y disfrutar mejor mi tiempo con él. Pero habían días donde solo quería tomar un vuelo y viajar a donde el estuviera para poder abrazarlo.

Nos aventuramos a planear una semana de vacaciones en California, pero de pronto comenzaron los contagios masivos y lo demás fue un caos. Nos encerramos en ese pequeño departamento y tratamos de entender que pasaba alrededor y de cuidarnos entre nosotros.

Mis papás amaban a Jacob pero no estaban felices de que estuviera en California con la situación, pero poco podían hacer para que regresara. Me enviaban dinero y yo había prometido no descuidar la escuela a cambio. La situación era extraña, pero no desagradable. Jacob pudo descansar un poco de su estilo de vida y eso nos permitió conocernos mejor.

El cocinaba y se encargaba de la mayoría de las cosas de la casa mientras yo estaba en mis clases. No me dejaba salir a nada, y si alguna vez se necesitaba algo del exterior el salía.

Pasamos de compartir fotos y videollamadas a besarnos y abrazarnos en el momento que quisiéramos. Pero con eso también vino el conocernos mejor. Jacob era en extremo perfeccionista y ordenado, y yo no lo era tanto. Habíamos tenido varías peleas porque yo dejaba mis cosas tiradas y el tenía que recogerlas. Pero Jacob también tenía sus defectos, los cuales no había podido observar hasta que vivimos juntos.

Era bueno vivir juntos, y nuestra relación era excelente. Amaba despertar con el y poder compartir mis días con quien yo consideraba el amor de mi vida. Reíamos mucho y jugábamos como niños. Pero la cuarentena estaba llegando a su fin y pronto saldríamos de nuevo. Jacob tenía en puerta una película y una serie que estaban ya en proceso de ser retomadas.

Yo no quería separarme de él, y deseaba mucho que los aeropuertos no abrieran todavía. Pero sabía que Jacob y yo tendríamos que regresar a nuestras vidas eventualmente y eso me rompía el corazón un poco.

Escuche como la puerta se abría y unos pasos acercándose hacia donde yo estaba. El piso del departamento era bastante frío y disfrutaba sentarme en el mientras jugaba, Jacob siempre me regañaba porque decía que iba a enfermarme. Cuando me viera ahí jugando, iba a levantarme del piso seguramente.

Sentí como se dejó caer en el sillón sumergiendo su cara en los cojines, dejó caer su brazo junto a mi rostro y dejé mi Nintendo en mi regazo. Mire su mano y la entrelace con la mi mientras dejaba un beso en sus nudillos.

-Voy a tener que viajar a Australia.

Sentí como si me hubieran dado una patada-¿Tan pronto?

-Van a retomar las grabaciones el próximo mes pero necesito llegar antes para poder tener la cuarentena.

Sabia que iba a llevar este momento, pero no sabía que iba a llegar tan rápido ni que sería tan doloroso. Deje mi Nintendo en el piso y solté la mano de Jacob. Me levante y me deje caer encima de el mientras daba un beso en su mejilla. Jacob rio y me abrace de su cuello.

-Aún nos quedan quince días juntos-trataba de consolarlo, pero también me estaba consolando.

-No quiero quince días contigo, quiero que vayas conmigo. Quiero seguir viviendo contigo.

Sentí mi corazón estrujarse. Había días donde juraba que Jacob me odiaba y que ya no quería seguir viviendo conmigo.

-Nada me haría más feliz, pero debo seguir tomando mis clases y dudo mucho que acepten una persona extra en la locación.

-Claro que si. Nos vamos a Australia y ahí rentamos un apartamento, como aquí.

Reí y lo abrace más fuerte. Yo seguiría a Jacob al Polo Norte si me lo pidiera, pero teníamos que ser realistas.

-Sabíamos que esto iba a pasar, que tú tendrías que regresar a grabar y yo tendría que regresar a terminar la escuela. En vez de estarnos preocupando por eso mejor deberíamos disfrutar los días que nos quedan juntos antes de separarnos.

Jacob tomo mis manos y aflojo mi agarre para poder girarse y quedar gente a mi. Mire su cabello despeinado, iba a extrañar poder revolver ese cabello por las mañanas mientras trataba de convencerlo de quedarnos dormidos un poco más.

-No lo entiendes. Tendré que irme a Australia y no regresaré, de ahí me iré a Londres . No nos veremos en un año.

Un año distanciados era demasiado después de no habernos separado para nada en 3 meses.

-Un año- susurre mientras lo miraba- Es mucho tiempo.

-Ven conmigo, seguirás tomando clases en línea y podremos estar aún más tiempo juntos.

Sonreí por su ternura, eso amaba de Jacob. Detrás de su gran altura y cara de chico malo estaba un hombre con un enorme corazón.

-Jacob Elordi, ¿me estás pidiendo que deje mi vida para seguirte?

-_________, te estoy pidiendo que viajes conmigo para poder compartir más tiempo juntos. Ninguno de los dos vamos a poder estar más de una semana lejos, y yo no quiero terminar contigo porque estamos lejos.

Bese sus labios interrumpiendo su discurso sobre cómo las relaciones a distancia ya no serían suficiente para nosotros. Claramente, nosotros ya no podríamos regresar a las videollamadas, no después de todo lo que habíamos pasado. Jacob colocó sus manos en mi cintura mientras profundizaba el beso y me abrazaba.

No, yo no quería seguir perdiéndome de estas cosas. No estaba dispuesta a renunciar a todo lo que habíamos construido en estos meses. Tal vez Jacob y yo nos hartaríamos el uno del otro en un tiempo, pero valía la pena intentarlo.

-Te amo- susurre mientras interrumpía el beso.- ¿Cuándo nos vamos?

Jacob sonrío mientras me abrazaba y reía.

-Te amo- respondió mientras hundía su cabeza en mi cuello. Por un momento pensé que iba a tener que pedirte matrimonio para que aceptaras.

Lo golpeé en el hombro mientras reía.

-¿Aún puedo negarme para que pase?

-No, pero si quieres que nos casemos lo haremos mañana mismo.

Negué contra su pecho y lo abracé con todas mis fuerzas. Amaba el hecho de no tener que despedirme de él nunca más.

One Shots | Varios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora