Brother bear

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Deslicé mis dedos a través de las sedosas hebras del cabello rubio platinado de Elsa, me sorprendía la facilidad con la que estas se resbalaban a través de mi piel. Por su parte, sentía la tela de la manga de su pijama rozar mi cuello mientras ella pasaba sus manos por este acariciándolo. Ambos estábamos en medio de una sesión matutina de besos, la lucha de nuestros labios, unos sobre otros, no cesaba. Elsa olía a vainilla y todavía podía sentir el leve sabor a la menta del dentífrico con el cual seguro se había cepillado los dientes hace algunos minutos.

¿Cómo alguien que se acaba de levantar puede lucir tan hermosa?

-¡Estoy lista!- la puerta de la habitación de Elsa se abrió de golpe ocasionando que ambos brincáramos separándonos, Anna entró recién vestida y arreglada.

-Casi me matas de un susto- oprimí el centro de mi pecho tratando de calmar los latidos de mi corazón que se encontraba frenético por la repentina aparición.

-¿Qué te he dicho de llamar antes de entrar?- Elsa se veía igual de afectada.

-Uy, perdón, ¿interrumpí algo?- ella rio nerviosa.

-Duh- le lancé una almohada.

-Te recuerdo que eres un esclavo y no tienes derecho a tratarme de esa manera- me señaló como si fuera una miseria.

-Anna, por favor, no seas tan dura con Jack el día de hoy, ¿sí?- ella se recargó en el respaldo de su cama y tomó a Sir Jorgenbjorgen entre sus manos acariciándolo con cariño -Sean amables el uno con el otro-

-Intentaré- Anna rodó los ojos -¿Te sientes bien?, son las 11 de la mañana y todavía sigues en pijama-

Elsa negó con la cabeza -No me siento muy bien hoy, creo que me quedare en cama- se metió de nuevo entre la manta.

-Oh, es esa época del mes- ella hizo una mueca de dolor -¿Estarás bien?, podríamos dejar esto para mañana- me señaló.

Elsa, nuevamente, negó -Estaré bien-

-Si necesitas algo puedes llamarnos en cualquier momento- le dije ayudándola a envolverse en la acogedora frazada -Ten, por si quieres un poco después- dejé en la mesita de noche una barra de chocolate.

-Gracias- ella nos sonrió -Diviértanse-

-Por supuesto que sí- Anna sonrió triunfal -Adiós hermana, te amo- se despidió.

-Yo también te amo- respondió con voz apagada.

-Te escribiré más tarde- le dije antes de alejarme tras de Anna -Te quiero-

-Y yo a ti, Jack- apagué las luces y cerré la puerta con suavidad dejándola descansar.

-Espero que también hayas traído algo de chocolate para mí- Anna me dijo.

-En serio creo que deberías considerar comer menos azúcar, ¿sabes lo que eso le hace a tus dientes?-

Ella rodó los ojos -Creí que eras el divertido del grupo-

Suspiré -Bien, te conseguiré un poco en el camino-

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-No es que me quejé pero... ¿podrías explicarme por qué estamos a las 11:30 am un domingo en el centro comercial arreglándonos el cabello?- giré mis ojos a la izquierda para echarle un vistazo a Anna a quien le estaban enjuagando el cabello mientras que a mí me lo cortaban.

-Oh, después nos arreglaremos las uñas e iremos a buscar un lindo conjunto de ropa-

-¿Arreglarnos las uñas?- Pregunté confundido.

Last chancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora