Mean boys

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Elsa PDV

Llamé a la puerta del hogar de los Frost, tomó menos de un minuto antes de que alguien abriera la puerta.

-Qué bueno verte, Elsa- la cálida mano de la madre de Jack tomó la mía para hacerme entrar –Esta helando allá afuera- me ayudó a quitarme el abrigo y colgarlo en el perchero.

-El frio no me molesta- me encogí de hombros.

La mujer rio al escuchar mi comentario –Eres igual que Jack- su rostro se iluminó –Por cierto, él está en su habitación, siéntete libre de ir-

-Muchas gracias, le entregaré su tarea- señalé los libros que sostenía bajo el brazo y con esto me dirigí a las escaleras.

Llamé a la puerta de la habitación de Jack y en vez de escuchar su voz, como esperaba, respondió Emma –Adelante-

-¡Elsa!- ella saltó de la cama de Jack para correr a abrazarme -¡Qué bueno que al fin llegas!, ¡Jack no quiere tomar su medicina!- miré al chico peliblanco tendido en la cama siendo cubierto por varias capas de frazadas, estaba rodeado de muñecos de felpa y Barbies.

Sonreí al entender lo que sucedía –Déjame ver que tienes ahí- tomé la cuchara rebosante de un líquido de extraña procedencia y lo olfateé, se trataba de jarabe de maple.

-Creo que me ha hecho beber la mitad de la botella- Jack extendió con dificultad el brazo señalando la botella plástica casi a vacía que se encontraba sobre el escritorio.

-¿Estabas tratando de cuidar a tu hermano?- le pregunté agachándome a su altura.

-¡Sí!, cuando sea mayor seré doctora- caminó hacia el escritorio y me mostro un estetoscopio de juguete y un kit con otros implementos de enfermería.

-¿Oh, entonces Jack es tu primer paciente?- le pregunté.

-Sí- asintió con entusiasmo.

-Es muy afortunado- le sonreí –Pero creo que por ahora será mejor reducir las dosis de maple, ¿Qué tal si mejor solo le das una cucharada por día?- le sugerí tomando la botella plástica y dándosela –De esa manera será más efectivo, ¿Por qué no vas a guardar esto?-

Ella asintió y obedeció saliendo de la habitación.

-Gracias- Jack me dijo.

-De nada- me arrodillé a su lado ya que no había espacio en la cama con tantos juguetes -¿Cómo te sientes?- retiré un par de frazadas y comencé a doblarlas.

-Mejor, pero no lo suficiente como para moverme mucho- respondió.

-Bueno, te ves mejor- afortunadamente su tono de piel había recobrado su color natural, pero su nariz seguía roja y su voz bastante ronca.

-Bueno, eso fue gracias a ti- tomó mi mano –De verdad lamento lo que sucedió ayer, ¿él te hizo algo?- preguntó preocupado.

Negué con la cabeza -¿Quién era?- recordé como Elenoy había mencionado que el hombre de traje elegante se llamaba Pitch, pero eso no explicaba mucho sobre él.

-Es el señor Black, es el prometido de mi madre- explicó.

-Ohhh- me limité a responder, no quería cometer la imprudencia de decir lo mucho que me sorprendía que una mujer tan cálida como Elenoy estuviera comprometida con una persona de una personalidad y apariencia tan fría.

-Es algo complicado de explicar- me dijo como si hubiera leído mis pensamientos.

-Descuida, es algo personal, lo entiendo- me encogí de hombros.

Last chancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora