Nota del autor: otro capitulo corto porque csm. Nah, en realidad queria publicar esto lo mas pronto posible solo para darles la gran noticia de que ya tengo planeada el resto de la historia y dejenme decirles amigos y amigas... van a volver a llorar 2 o 3 veces mas. NOS QUEDAN SOLO 9 CAPITULOS MAS! Me siento emocionada, ya quiero escribirlos.
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PDV de Elsa
Tomé aire conforme el camillero empujaba la silla de ruedas hacia la entrada principal donde me estaba esperando un vehículo y una persona sujetando la puerta de copiloto.
–Gracias– le dije en voz baja al hombre joven evitando hacer contacto visual con el chico de cabello blanco que tomaba todas las flores y globos que tenía en mi regazo.
–¿Necesitas ayuda, Els?– me preguntó Jack.
Negué con la cabeza sin mirarlo –Gracias, pero estoy bien– me puse de pie y subí al auto para abrocharme el cinturón de seguridad–
–T-te traje flores, pero veo que ya tienes demasiadas– señaló el pequeño ramo de flores purpura nada extrañas para mí.
–Jack...– me sentí conmovida al ver las hermosas crocus, las flores que suelen crecer en mi natal ciudad en Noruega, de hecho, eran el símbolo de la ciudad. Una vez le había dicho lo mucho que estas flores me recordaban mis raíces y lo mucho que anhelaba volver a verlas –¿Cómo las conseguiste?– le pregunté finalmente mirándolo a los ojos.
–El tío de Kristoff conoce a un sujeto que conoce a otro sujeto... en realidad no importa– comenzó a poner el auto en marcha.
–Me encantan– le sonreí.
–Mi madre te manda esto– señaló el recipiente de plástico en el tablero.
–Galletas de chocolate– tomé con cuidado el recipiente y lo abrí dejando que el dulce aroma de las galletas de chispas de chocolate y rellenas con Nutella causaran cosquilleos en mi paladar.
–Y Emma y los demás te mandan esto– me dio una tarjeta de "Mejórate pronto" hecha a mano y firmada por los pequeños.
Mi sonrisa se desvaneció al darme cuenta de algo.
–¿T-tu familia sabe lo que sucedió?– pregunté con cautela sintiéndome más avergonzada.
–Les conté lo indispensable– la boca de Jack formó una línea recta –Tenia que...–
Asentí comprendiendo.
–No te preocupes, jamás diría algo que te hiciera sentir peor– me miró por un segundo.
Quería cambiar de tema –¿Qué sucedió con tu casa?– le pregunté –¿Te metiste en problemas por eso?–
Él negó con la cabeza –Cuando me mandaste a casa todo estaba en orden, los chicos y las chicas se encargaron de limpiar y arreglar todo el desastre... en realidad casi toda la escuela ayudó a pagar el remplazo del sillón–
–Wow– eso me hizo sentir un poco más aliviada.
–Sí, todos se portaron fenomenal– hizo una mueca –Lastima que solo sea por remordimiento–
Hubo un largo silencio en el resto del camino, ninguno de los dos dijo nada más hasta llegar a casa de Rapunzel.
–Señorita Elsa– fuimos recibidos por Gerda –Que alivio verla– ella ayudó a Jack a tomar la mayoría de los regalos que tenía en sus manos
Sentí mi estómago revolverse al ver aquella misma mirada con la que todo el mundo me veía en estos días, la horrible mirada de "Pobre chica, fue drogada y abusada sexualmente".
–Yo también me alegro de volver– intenté sonreír y subí rápidamente las escaleras dejándolos a un lado.
–Elsa– escuché sus pasos siguiéndome –Espera–
Me detuve en seco al sentir su mano tomándome por la cintura.
–¡Por favor, no!– lo empujé con más brusquedad de lo necesario.
El recuerdo de Hans riéndose de mi mientras me tomaba por la cintura mientras caminábamos a su auto aquel día se repetía en mi mente de una forma muy vivida.
–Jack, lo siento– jadeé al verlo recargado en la pared tratando de no caerse –No quise...–
Cubrí mi boca intentando ahogar el sollozo y corrí a mi habitación encerrándome en esta.
–¡Lo lamento, Elsa!– lo escuché intentar forzar la cerradura –Fue mi culpa, no tuya– me recargué contra la puerta sollozando.
–No, Jack, solo querías tocarme, yo soy la que está mal– gruñí –Por eso no quería verte, no quería que esto pasara... no frente a ti–
–No solo me refiero a lo que acaba de pasar– su voz era ronca y profunda –TODO fue mi culpa– sabía que él también se encontraba apoyando su cabeza contra la puerta.
–No es verdad, Jack. Ahora, por favor vete– supliqué.
–Si lo fue, si no te hubiera dejado sola nada de eso hubiera pasado– escuché un golpe de rabia contra la madera.
–Hans hubiera encontrado la manera, lo sabes– suspiré –Él estaba dispuesto a todo–
–Aun así, no puedo dejar de sentirme culpable– eso era lo que menos quería –Y no quiero perderte... dime que hacer, Elsa, dime como ayudarte–
–Déjame sola– respondí autoritaria.
Él rio –Irónicamente, dejarte sola es lo único que no quiero hacer–
–Te lo dije, necesito espacio y tiempo– argumenté.
–Sí, pero también sé que si te dejo sola comenzaras a encerrarte en tu pequeño mundo de "Ocúltate y no sientas", justo como cuando lo hiciste cuando tus padres murieron–
Recordé a Anna llamando incansablemente a mi puerta después de la muerte de nuestros padres y a mí misma ignorando su grito desesperado de ayuda.
Tomé valor para enderezarme y abrir con cuidado la puerta encontrándome con su rostro triste –Odio que me conozcas tan bien, Jackson– le di una media sonrisa.
–No necesitas ocultarte de mí– dijo con firmeza.
Negué con la cabeza –¿Si sabes que esto significa que no podrás tocarme?, solo un estúpido renunciaría al contacto físico con su novia–
–Es una suerte que sea un estúpido enamorado– se recargó en el marco de la puerta –Lo nuestro va más allá de lo fisco, lo sabes–
Tenía la absoluta razón en eso.
–¿Pasos pequeños?- le pregunté.
–Pasos de bebé– sonrió –Lo prometo–
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Last chances
RomanceJack Frost y Elsa se gustan, todos lo saben, excepto ellos. ¿Podran ser capaces de confesar sus sentimientos en su último año de High school?