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PDV de Elsa

Al escuchar la alarma me puse de pie y tomé mi ropa para dirigirme a mi baño dispuesta a comenzar mi rutina diaria, solo que con la diferencia de que el día de hoy me encontraba cantando, no recordaba cuando fue la última vez que había cantado.

Una vez estaba lista bajé a tomar mi desayuno -¿Uh?- mi tía y Rapunzel se giraron para mirarme extrañadas al escucharme tararear.

-Buenos días- tomé asiento viendo el plato de comida frente a mí, hoy desayunábamos un par de rebanadas de pan tostado con un poco de fruta encima y una porción de yogurt bajo en grasa.

-Alguien está de muy buen humor- Rapunzel me miró con picardía mientras tomaba un sorbo de su café con leche endulzado con estevia –eso sin mencionar que se te hizo tarde-

-Me tomé un poco de tiempo extra en la ducha- respondí –solo eso-

-¿Otra vez desayunaremos esas tostadas de pan que no son de verdad?- Mi tío miró con tristeza el plato –Por cierto, ¿Dónde está Anna?, esta es la cuarta vez que no desayuna con nosotros y en lugar de eso se ve temprano a la escuela- se cruzó de brazos mirándonos de forma acusatoria -¿Hay algo que debamos de saber?-

Mi buen humor se esfumó al escuchar esto, miré a Rapunzel.

-A decir verdad... si hay algo que nos ha preocupado- Rapunzel habló.

-¿Crees que sea buena idea contarles?- le susurré.

-Ya no sabemos que más hacer, es hora de recurrir a la ayuda parental- me respondió para después mirar a sus padres que nos veían con preocupación –Anna conoció a un chico y al parecer están saliendo, pero no estamos seguros de que tenga buenas intenciones y al aconsejarle sobre esto... ella se molestó con nosotros y no nos ha dirigido la palabra desde entonces-

-¿Y quién es ese sujeto?- mi tío Frederic golpeó la mesa evidentemente molesto –lo buscaré y me encargaré de darle una lección-

Le lancé una mirada de te lo dije a mi prima.

-Tranquilo Fred, primero deberíamos hablar con ella- por suerte mi tía intervino –Hicieron bien en decirnos, nosotros hablaremos con ella-

Eso me hizo tranquilizarme un poco, si no había manera de que lo creyera viniendo de nuestras bocas, seguramente si lo creería si mis tíos se lo decían.

.

.

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-¡Elsa!- me detuve en seco al escuchar la inconfundible voz de Jack, él estaba intentando abrirse paso entre las personas hasta llegar a mi lado -¿Vas a la cafetería?-

-Sí-

-¿Almorzamos juntos?- me preguntó.

Al escuchar esta cuestión me reí –Jack... almorzamos juntos todos los días-

-Oh, es verdad- me miró nervioso –Estoy emocionado por nuestra cita del miércoles-

-¿Qué?- pregunté antes de tropezar con mis propios pies.

Sentí el agarre de Jack sobre mi antebrazo evitando que cayera -¡Cuidado!, ¿estás bien?- con mucha pena me volví a enderezar mirando a mi alrededor esperando que no muchas personas se hubieran dado cuenta de eso.

-Sí, lo siento- me cubrí el rostro.

-¿T-te incomodo lo que dije?- se mordía el labio inferior esperando una respuesta.

-Me sorprendí un poco- ¿En qué momento esto se había transformado en citas?

-Lo siento... fue mi culpa por no haberlo aclarado antes, solo olvídalo- se veía decepcionado y adolorido.

Last chancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora