Capítulo 27

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Lo miro con el pánico reflejado en la cara. Su madre es tan linda, bueno, eso porque sabe que soy la mejor amiga de Perla. Pero no sé cómo me vea ahora que soy la novia de Ben. En cambio de su padre no puedo opinar lo mismo. Han sido pocas ocasiones las que he hablado con él. Es un hombre muy serio y estricto, bastante aterrador. Totalmente distinto a Ben, quien sin duda salió todo a su madre.

— ¿Qué pasa? —Pregunta levantando mi barbilla con el pulgar y mirándome con detenimiento. No quiero que crea que estoy dudando de aceptar ser su novia, porque no es así, pero no me había puesto a pensar en lo que dirían sus padres.

— ¿Y si no les gusto como tu novia? —Ladea la cabeza y sonríe, mientras me mira con ternura. Seguro piensa que soy una tonta.

—Marja ¿Cómo puedes pensar eso?

—No sé —Confieso. Es solo que de pronto me invade el pánico.

—No pasa nada —Asegura tocando mis mejillas— Me gustas a mí y eso es lo que importa. Vamos.

Sé que le gusto y eso me gusta, pero no sé qué piensen sus padres de mí. Una cosa es ser la amiga de su hija y otra novia de su hijo. No sé si tengan la misma reacción que los míos. ¡Wow! Ahora veo que se la puse difícil anoche.

Empezamos a recorrer el estacionamiento del plantel. La mano de Ben, firmemente sostiene la mía. Se toma su tiempo para cruzar los corredores, mientras muchos pares de ojos se clavan en nuestros, pero principalmente en nuestras manos. Ben sabe lo que hace y su cara me lo dice. La está pasando en grande. Y yo también lo hago, pues al parecer en este preciso instante, me convierto en la envidia de muchas chicas.

Desde luego que eso no es algo nuevo, desde mucho antes siempre me he ganado varias miradas asesinas, pero ahora es peor. Si por algo soy conocida en la universidad, no es por mi bella cara, ni tampoco por mis notorias calificaciones, reconocimientos o algo similar, nada de eso. Para la mayoría, soy una más, salvo por el hecho de ser la chica que acompaña siempre al chico más sexy del lugar, Ben.

Llegamos hasta mi aula, ahora los cuchicheos aumentan, pues sé que muchas de mis compañeras muren por mi ahora novio. me remuevo un poco inquieta. No me gusta como lo miran. De pronto mi lado posesivo hace aparición, es Ben solo mío.

― ¿Pasa algo? ―Pregunta mirándome con expresión divertida.

―No ―Contesto poco convencida. Mira de reojo como todo el mundo guarda silencio mientras nos miran.

―Creo que es hora de poner en marcha tu sugerencia ―Lo miro desconcertada. ¿Sugerencia?

― ¿Qué sugerencia? ―Pregunto desconcertada.

―Esta ―Me toma de la cintura y me planta un beso. ¡Rayos! ¿Por qué hace esto justo ahora? Entonces lo recuerdo "Si quieres también te puedo besar" eso sugerí en una ocasión y justo ahora lo está haciendo. Es uno de esos besos que te dejan viendo estrellitas y se hacen perder el piso. Sé que ahora mis adoradas compañeras de clase me odiaran con ganas. Pero no me importa― Te veo a la hora del almuerzo ―Susurra un sobre mis labios. Abro los ojos y veo que sonríe. ¡Dios!

―Si ―Logro decir con un hilo de voz. Se aparta tocando mi cara y se da la vuelta. Lo veo alejarse con el corazón desbocado y las mis temblorosas piernas.

— ¡Ya era hora! —El grito emocionado de Lía detrás de mí, me hace pegar un salto.

― ¡Oye! ―Me quejo intentado componerme y ella se echa a reír.

―No sabes cuánto me alegra ―Dice dándome un golpecito en el hombro.

No sé qué decir. Creo que todo el mundo sabía lo que yo no quería darme cuenta y eso me hace sentir un poco culpable. Lo que me hace pensar, el tiempo que desperdicie dudando.

Inocente FlirteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora