Capítulo 8

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― ¿Qué hacen aquí? ―Pregunto Marcos. Por su tono voz tranquilo, supe que no había visto nada que no debiera y eso me alivio.

Afortunadamente, al empujar a Ben, lo había alejado un par de metros y había conseguido poner en su lugar mi vestido a tiempo. Sin embargo, continuaba siendo demasiado sospechoso que estuviéramos solos ahí. Baje la mirada y descubrí que había derramado sobre la alfombra la bebida que justamente Marcos me había dado minutos antes. ¡Rayos! Brandon nos mataría, su madre no se caracterizaba por ser una mujer muy comprensiva que digamos y estaba casi segura de que esa fiestecita, era a escondidas de ella. Pobre de él.

―Se le pasaron la copas ―Dijo Ben con malestar. 

― ¿Qué? ―Pregunto preocupado Marcos. Estaba demasiado preocupada por la alfombra que apenas si habia captado las palabras de Ben. Pero entonces vi, que me miraban. ¿Que rayos? ¿Yo era la ebria?

―Mírala ―Ben me señalo y mantuve el rostro mirando al piso, fingiendo estar ebria. ¡Genial Ben eres un genio! ― Debiste verla, quería subirse a bailar a la mesa ― ¿Yo? "Te voy a matar, Ben" pense.

―Hace un rato la deje bien ―Murmuro Marcos.

―No sé qué rayos le dieron de tomar. El punto es que mejor me la llevo antes de que haga más destrozos o espectáculos vergonzosos ―Ben se acercó a mí y me rodeo con el brazo de la cintura― Mas te vale quedarte quieta Marja, sino te dejo abandonada. ¿Entendiste? ―Pregunto como si fuera una niña pequeña. No conteste, el cabello cubría gran parte de mi rostro y solo asentí torpemente, interpretando como las grandes mi papel de borracha. Pero esto le costaría caro a Ben.

― ¿Quieres que te ayude? ―Pregunto evidentemente preocupado Marcos.

―Descuida, yo puedo ―Contesto Ben, apartandome de su alcance― Despídeme de los chicos, diles que llevare a Marja a su casa, porque no se sentía muy bien ―Me bajo del mueble y camine fingiendo tambalearme.

―Me llamas cuando la dejes en su casa.

―Por supuesto.

Nos abrimos paso entre los presentes y pronto llegamos al auto, abrió la puerta y me sentó dentro, también abrocho mi cinturón. Marcos aun nos observaba desde la entrada de la casa, Ben rodeo el auto y con un movimiento de mano se despidió de Marcos, antes de entrar y encender el auto. Espere unas cuantas cuadras para levantar el rostro y ordenar mi cabello.

― ¿No se te ocurrió algo mejor? ―Pregunte mirándolo con reproche― Sabes que nunca se me pasan las copas ―Odiaba a las chicas que terminaban montando espectáculos por beber imprudentemente y ahora me había dejado como una de ellas.

― ¿Qué quieres? ―Pregunto encogiéndose de hombros― Fue lo primero que se me ocurrió, pero también fue un pretexto perfecto para salir de ahí ¿No?

―Bueno, eso sí.

―Aunque me temo que como niños buenos tendremos que irnos temprano a dormir.

―Eso creo. En mi casa, están mis padres ―Era algo en lo que ya había pensado.

―También los míos.

―Supongo que no hay opciones ¿Verdad? ―Pregunte con aire resignado, esperando que sugiriera algo.

―Marja, nunca te llevaría a un hotel ―Lo mire fijamente, por su expresión, lo decía enserio.

― ¿Por qué?

―Aunque no lo creas, tengo algunas reglas respecto a las chicas. Y llevarlas a un hotel no es de caballeros ―Me miro a los ojos― Es degradarlas a otra especie de mujeres.

Inocente FlirteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora