1. La madriguera.

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(VIOLET)

La vida en la madriguera no había sido para nada aburrida. Desde que había terminado mi primer-tercer año en Hogwarts y había venido a vivir con los Weasly mi vida solo había mejorado, pude conocer lo que significaba una vida hogareña e incluso había ganado una especie de hermanos con todos los pelirrojos.

Compartia habitación con Ginny, era muy agradable y me contaba sobre su fuerte enamoramiento por su salvador Harry Potter y, había podido conocer toda la travesía de mi trío de amigos durante el segundo año.

Despues de insistir mucho Molly me había dejado ayudar con algunos quehaceres de la casa e incluso había conocido algunas cosas encantadas que Arthur escondía.

Algunas tardes salía con Fred, George y Ron a sacar a los gnomos del jardín y otras tardes intentaban ayudarme a ser mejor con la escoba. Aún me sorprendía que aprobara la clase de vuelo.

Fred y George me habían involucrado en algunos de sus proyectos y había sido la encargada de enviar cartas a Calem con extrañas recetas por medió del avalerio.

Mi vida era como una agradable rutina pero algo me inquietaba y sabía que a los padres Weasly también, notaba sus expresiones nerviosas cuando no sabían que decir sobre mis cambios físicos. Mi cabello negro había cambiado lentamente a un tono muy violeta y obscuro y uno de mis ojos castaños ahora era de un tono azul glacial.

A Bill, uno de los hermanos mayores, le parecía fascinante mi transformación, el creía que mi apariencia podría deberse a alguna maldición o a una especie extraña de metamorfosis incompleta como la que les ocurría a los metamorfomagos y cada día desde que había estado en la madriguera el me estudiaba con atención.

Charlie por su parte estaba más interesado en el avalerion. El ave negra me había seguido hasta la madriguera e incluso había aprendido a llamarla lo que le permitía a Charlie verla más de cerca, el pelirrojo creía que era casi tan fascinante como los dragones.

Una tarde me encontraba pasando el tiempo mirando el horizonte.

-¡Llego el día!- me dijo Ron mientras salía de la casa y llegaba hasta donde yo estaba -iremos por Harry.

-Ya era hora- dije con alegría mientras me lavantaba y sacudia mi ropa.

Caminamos juntos de regreso a la inusual casa.

Fred, George y el señor Weasly estaban esperando por Ron. Irían los cuatro juntos.

Me acerqué hasta los gemelos fingiendo normalidad y les hable susurrando -díganme que intentarán probarlos.

-Juro que lo intentaremos- dijo Fred también en un susurro y con tono solemne mientras se llevaba su mano al corazón.

George me miraba extrañado.

Me toque rápidamente la cara y la cabeza -¡¿Qué es?!- pregunte asustada -¿Que tengo?- con tantos cambios cualquier cosa me preocupaba.

-Tienes...- comenzó George -una hoja en tu cabello- levanto su mano y retiró la hoja mientras sonreía claramente divertido.

-¡Eso no es divertido!- le dije y di una suave patada directo a su espinilla.

El hizo un gesto de dolor y se quejó un poco mientras Fred se reía.

Arthur los llamó para ir a recoger a Harry, irían por la chimenea utilizando los polvos flu.

Despues de que se fueron fui a sentarme entre Bill y Charlie que se encontraban cerca.

-¿Algun otro... ?- comenzo a preguntar Bill.

-¡Ni lo digas!- lo interrumpi -no quiero ni un cambió más.

¿Violet? y el cáliz de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora