¡Mi novio es una bruja!

Agradecimientos

Hola, conste que esta vez lo subí antes de las tres de la mañana XD 

Bueno, por fin, año nuevo, nuevas metas jajajaja

La verdad ni yo me la creo, pero por fin acabé y me siento nerviosa de si les gusta o no cómo quedó todo. Es tan rara esta historia que hasta tuve que hacer una guía y por cierto, es otro libro y lo pueden buscar en mi perfil o como se llame de aquí de wattpad, se llama "Guía de Universos paralelos" por si necesitan en entender (claro que sí, soy pésima para narrar cosas) 

Y pues... ¿qué les digo que no les diga siempre? 

¡Gracias por todo esto! 

¡Gracias por la oportunidad! 

¡Y gracias por el pinche aguante que tienen para mis historias! 

Neta, los amo a todos, amo cada comentario, amo cada parte de sus vidas que me comparten. Los pinche amo a todos y estoy agradecida con Dios por dejarme seguir disfrutando esto, bueno o malo, los disfruto mucho. 

Les dejo aquí un dibujo hermoso, precioso, bellísimo, pero no solo por sus trazos y el talento, sino porque está hecho con amor por alguien especial para mi, está hecho con el afán de ser parte de esta historia y la verdad no tuve que pedírselo y aun así lo hizo. Lo hizo Umi, si aun no la acosan por facebook, vayan a hacerlo, porque es talentosísima. 

Es una bella escena que mi narración le hace poca justicia. Pero les quise regalar un prólogo más feliz así que... aquí se los dejo. Con amor, el prólogo: 

-Estúpido Itachi. –tiró la pesada caja al suelo y sacó polvo que lo hizo toser dos veces mientras agitaba la mano para esparcirlo. –Estúpido Shisui. –le maldijo también. -¡Estúpido abuelo! –le gritó pero el otro ya estaba muy lejos en la trastienda. Abrió la caja y sacó los inciensos de varios colores y los olfateó. –Lavanda... -los soltó y dejó que flotaran solos a su lugar. –Rosa... -se iban yendo conforme los nombraba. –Jazmín... salvia... romero... -tomó uno nuevo y lo vio por más tiempo. Identificó inmediatamente el aroma.

Se puso de pie sin evitar pegar la nariz a las ramitas delgadas de color azul tan claro que parecía blanco. Sonrió y sacó de aquella maceta con una larga planta de sombra, el duendecillo de porcelana que sostendría una de aquellas varitas de incienso. La encendió con un cerillo y vio el humo subir en una danza curvilínea que le regaló paz.

Ese aroma... era el que tenía la primera vez que lo vio. Era aquel incienso el que Naruto aspiró con tanto gusto que olfateó buscando el origen. Por eso puso su mentón sobre sus manos en el mostrador y cerró los ojos disfrutando del aroma.

El suelo vibraba vivo, existiendo. Y afuera, los humanos vivían también. Todo estaba en paz. Sonrió pensando en sus ojos y por un segundo pensó que estaba bien que Itachi tuviera amigos y saliera, que viviera. Definitivamente hoy le diría que estaba listo para recibir a Shisui en la casa. Quiere estar bien. Quiere ser feliz. Quiere que Naruto sepa que lo es.