Capitulo 7. Roces de brujería.

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El profesor Ibiki arrastró su silla sin importarle el chirrido que causó. Miró a sus alumnos y sólo un aspecto le llamó la atención: Sakura no estaba sentada hasta adelante, estaba en un asiento de la última fila, mirando con interés casi devoto a su compañero "el nuevo" como él lo había nombrado en su cabeza. Suspiró resignado, hasta al mejor alumno le atacaban las hormonas de vez en cuando.

-Niño nuevo... haga el favor de sentarse aquí, en este lugar vacío. –eso no iba a significar que no luchara por conseguir la atención de sus alumnos.

Sasuke le miró y alzó una ceja, no le había gustado para nada esa forma de referirse a él. Sin embargo, viendo que Naruto estaba próximo a llegar, subía las escaleras (podía verle en su mente), no le importó y se levantó tomando esa vieja mochila con parches y colguijes extraños. La dejó colgada en el respaldo y se sentó justo cuando Naruto llegaba corriendo a sentarse a su lado.

-... Lo hizo a propósito... -Sakura se cruzó de brazos pero no tardó en tener una idea, le pediría que le cambiara el lugar Naruto luego de esta clase. Sonrió satisfecha.

-Bien, hoy vamos a ver un tema interesante. Niño nuevo, pasa al pizarrón. –estaba anotando el tema en la pizarra, no lo vio acercarse y se giró para encararlo.

Se dice que hay que saber mirar para ser parte. Cuando las personas estamos cerradas de mente, todo es común, cotidiano y normal. Sin embargo, ahí existían tres que de alguna manera estaban despiertos. Hinata, Naruto... y Sakura.

Aunque cada uno tenía una noción diferente de los hechos. Veamos:

Sakura está iniciada, mas no aceptada ni forma parte de la magia, se lo había dicho Sasuke a Naruto mientras regresaban a casa la semana anterior. Hay muchas personas que anhelan ser parte de la magia, compran libros, hacen rituales, aprenden conjuros y recetas... sin embargo, la magia no es suya, es prestada. Ella pudo ver a su profesor abrir los ojos en demasía por unos segundos, también recuerda la mano de Sasuke extendida dirigida a él, aunque de manera disimulada.

Naruto no está iniciado, pero es aceptado y de alguna manera es parte de la magia. Él aun no lo sabe pero eso no quita el acercamiento que existe con esta atmósfera. Él pudo sentir una extraña energía emerger del Uchiha y recorrer discretamente el cuerpo del docente hasta dejarlo bloqueado apenas un segundo.

Hinata, esa criatura de la que solo Sasuke es consciente de qué se trata realmente. Ella es otra cuestión importante, ella pudo ver incluso el brote, la luz, la energía y el propósito. Fue ella la única que entendió que fue lo que hizo exactamente el moreno.

-Me... me disculpo, joven Uchiha, ¿puede pasar al pizarrón?

-Seguro. –no hizo alarde ni presunción, solo se puso de pie y dejó que los tres admiraran a su forma, en su nivel, lo que era capaz de hacer.

La hora acabó y Sakura presurosa fue hasta inclinarse al lugar de su amigo rubio. Le saludó convenientemente hasta besando su mejilla y con eso supo él (que tan bien la conocía) que quería algo a cambio.

-... No tengo dinero...

-Cámbiame de lugar, por favor. –rogó haciendo un puchero infantil. –Quiero estar con él. –susurró sabiendo que podría escucharle el otro, interesado en un libro sin título en la pasta. –No he tenido tiempo para hablarle...

-¿Y?

-Naruto. Tú sabes que me gusta. –se quejó frunciendo el entrecejo, el rubio miró de reojo al Uchiha y suspiró, con sus dedos le hizo la seña para que se acuclillara y poder hablar aun más bajo.

¡Mi novio es una bruja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora