Capítulo 14. Varitas y licencia: las leyes de la brujería. Parte IV

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El hiatus se acabó (por un rato). 

Espero que les guste este capítulo que ya tenía guardado y apenas lo subí, tiene una sorpresa, espero que se entienda y les guste porque son guiños. Obviamente no estaban contemplados en la historia pero como tuve muuuucho tiempo pensándolo también lo acomodé en la historia para que no quedaran huecos y al contrario, quedó perfecto, porque de esto viene algo que ojalá les asombre como yo cuando lo pensé. 

Feliz año nuevo y comenzamos... 

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¿Por qué cuando nos explican que algo hay más allá de lo que se puede analizar con ciencia, no nos enojamos del todo? ¿Por qué creemos ciegamente en anécdotas, sentimientos, muestras falsas? Porque muy en el fondo, deseamos que sea verdad. Muy en el fondo, nos sentimos deseosos de regresar a ese origen del que nos creemos parte.

Por eso, a pesar de que su esencia como grupo fuera el de constante burla, farfulleos e incredulidad por las constantes bromas que se hacían entre todos, se quedaron callados y les siguieron a paso rápido, en fila por las aceras de la ciudad. Sasuke los llevaba a donde podrían creer viendo, tal como sabía que tenía que ser con algunos.

Los que creen sin necesitar ver es porque sienten. De tal modo, es realmente la razón por la que son elegidos para cosas más grandes.

Naruto tuvo miedo desde antes de ver, sintió y rechazó sin conocer, pero también sintió y aceptó sin ver. Por eso, Sasuke supo que estaba frente a alguien grande. Luego se dio cuenta, con esa eléctrica mirada y la actividad en su tienda, de quién en verdad se trataba. Mentiría si dijera que no estaba nervioso, que no temblaba por dentro, que no quería morir y dejarse pisotear por esa energía divina que reposa en el cuerpo de un joven noble.

Ahora puede comprender que Naruto, aun en su inconsciente sabiduría, permitió que dos sujetos observaran porque tenía sus razones. Nada está al azar, a pesar de que él mismo no lo sepa del todo. ¿Por qué tenerle más confianza a Shikamaru que a Sakura? ¿Por qué dejar que Shikamaru tuviera a las ondinas? ¿Por qué la obsidiana brillaba tanto y quemaba en sus manos cada vez que ese chico se acercaba? ¿O porqué dejar que Kiba se fuera?

Si Naruto quería decirles, dejaría que lo hiciera.

Después de todo, él era el Dios, no Sasuke.

-Listo. –pronunció a continuación de su conclusión mental. Aun apenas se detenía Kiba con los brazos cruzados en su pecho cuando todos observaron quietos y mudos. Naruto les permitió hacer sus suposiciones conforme observaban el estrecho lugar oscuro y húmedo, con ladrillos en la pared, basura, madera... ninguno pronunciaba nada y ya era tiempo, se dijeron mentalmente, pues era el momento de burlarse o decir algo con tono sarcástico.

Pero Naruto no lo permitiría. Aun sin saberlo, los envolvía con temor y añoranza. Los quería en ese estado. Debían ser serios.

Sus ojos azules miraron a Shikamaru y sonrió sin poderlo evitar, tenía una ligera sospecha de que Shikamaru temblaba por dentro, sabiendo algo que él no. Pero no tenía miedo ni desconfianza, cada vez, cada minuto, cada segundo que pasaba, las energías invisibles, la esencia mágica, lo indescriptible le sabía más real, mas suyo.

Ino miró sus pies al sentir una brisa que los empujaba más hacia su interior.

-El viento... es como si hubiera corriente de aire...

-Sasuke. –le sonrió el rubio mientras daba la orden. El Uchiha sacó de su mochila, con algo de dificultad por encontrarla, una tiza blanca. –Escuchen con atención. –les habló con un tono que prefirió no reflexionar o lo perdería. –Sasuke y yo... estamos unidos. Y no solo por el cariño que nos declaramos. –el otro dibujaba la puerta en la pared del fondo, la misma que lo llevó una vez a su hogar. –Sasuke es... -empujaron los ladrillos que se movieron cual puerta real, ante los ojos atónitos de todos. –Una bruja.

¡Mi novio es una bruja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora