Capítulo 11. La enseñanza se interrumpe: reconciliación y pérdida.

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-¿Haruno?

-Yo, presente. –alcanzó a decir la chica mientras tomaba un respiro de la claramente carrera que tuvo que hacer para alcanzar a llegar al salón. El profesor quedó en silencio unos segundos y con un asentimiento la dejó pasar. No era el hecho de que llegara tarde lo que dejó mudo a más de uno, sino que viniera vestida así.

Si, Sakura era una chica que aun no encontraba del todo su estilo de vestir pero eso era un cambio radical por completo. Naruto, conociéndola mejor que los otros, pudo encontrar el razonamiento que llevaba la chica.

Pero vamos por partes. Ella llegó, se sentó y sacudió su cabello esponjado. Primer cambio: hoy no puso sílica ni cera, ni gel, ni spray. Hoy estaba con el cabello de lo más simple. Se permitió mirarla de pies a cabeza, deteniéndose donde le pareciera importante, con un gesto serio (no por enojo, Naruto también podría centrarse en algo si quería).

-¿Qué? –murmuró escondiendo su sonrisa, clara evidencia de que sabía que estaba haciendo algo nuevo. Naruto, para su sorpresa, solo negó y miró al frente, al pizarrón ya repleto de datos que ninguno de los dos puso atención.

Hacía frío, los estragos de ese "diluvio" de dos días antes aun seguían. Podía ver en las noticias que argumentaban cambios, huracanes, frentes fríos, cualquier cosa, buscaban algo lógico para esa lluvia. Él aun estaba adolorido.

Además de su cabello libre, tenía un mechón de éste enredado con un hilillo rojo que colgaba una plumita blanca. Repito, hacía frío y ella llevaba puesto un pantalón de algodón tan ligerito que con la mínima brisa se agitaba por lo holgado que estaba, llevaba unas sandalias con correa en el tobillo, adornadas con piedrecillas. Su camisa era de manga corta y llevaba un suéter de algodón algo desgastado.

Hippie. Eso diría Naruto si tuviera que usar una palabra, pero no la usó.

Estaba mirando al otro lugar, a ese asiento que sobraba ya dos clases atrás. Suspiró mientras miraba hacia el frente de nuevo, imaginaba atravesar la pared y poder ver el salón que estaba a su lado, imaginaba ver a Shikamaru, su espalda curveada hacia delante, recostado en su pupitre. Se imagino ver su nuca.

-Me gustas desde hace mucho, Naruto... sé que no tengo ninguna oportunidad, ni siquiera me interpondré en lo que tienes con él.

Verlo a la cara ahora resultaba todo un rollo. Kiba lo estaba notando, también Sakura aunque juzgándola ahora, no era mucho problema por lo menos este día. Lo que le pesaba era saber que por fin, por fin, estaba siendo el chico que quería, por fin notaba algo de libertad cuando Shikamaru se le declaró y volvió a pegar su rostro con el contrario.

No lo besó.

Naruto quedó estático, ahí, recostado bajo las cobijas de su cama. Con un cansancio rebasando su resistencia. Con su madre abajo.

Shikamaru tampoco le besó, solo junto sus labios con la comisura del él, no hubo otro movimiento. Pero Naruto sintió mucho calor, tanto que ahora aun lo siente.

Shikamaru era un chico.

A Naruto le gustan los chicos.

Era inevitable no sentir algo.

-¿No vienes? –le dijo su amiga mientras sacaba solo su monedero. Era hora del receso. –Estás muy raro. –le dijo mientras bajaba, llevaba dos piedras preciosas colgando en su cuello, un cuarzo rosa, un cuarzo negro.

-Sakura... ¿te sientes bien?

-¡Eso debería preguntarte yo a ti! –le pasó su mano por el brazo, tenía frío. Ambos se dirigían a la cafetería, escuchaban a Ino pelear con alguien pero no se detuvieron. Entraron, se formaron, todo de manera automática. –Naruto... -bajó la voz y aunque estaban en fila, le dio la espalda al de adelante y lo encaró. -¿Sabes qué puedes...? –recibió un abrazo fuerte, callándola. Lo sintió sollozar solo unos segundos, como un segundo de debilidad antes de solo cerrar los ojos y apretarla más. Ella caminó un poco para salirse de la fila. –Naruto, todo está bien. –él negó sin levantar la cara del hombro de ella. -¿Q ué sucede? –sin respuesta de nuevo.

¡Mi novio es una bruja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora