Impostor

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–Buenas noches Kohaku – el chico sonrió cerrando sus ojos – Suzuka, ve a dormir

–Sí

Con las ordenes seguidas se quedaron dormidos. Kagome sonreía por eso, pero un suspiro salió cuando recordó un pasado que quería olvidar. Sacudió su cabeza para alejar todo mal recuerdo y se limitó a acostarse con los niños.

La aldea estaba en revuelto. Un misterioso demonio apareció, el cual Inuyasha y los demás se estaban encargando, pero el chico "exterminador" se estaba interponiendo en lo que ellos querían hacer. Querían terminar con el demonio lo más pronto posible, sino, se quedarían sin desayunar y no querían eso. Inuyasha desenvainó a Colmillo de Acero y con un solo movimiento se deshizo del monstruo.

–Bien hecho, mitad bestia

–Si esperamos por ti, nos quedaremos peleando con ese monstruo hasta por la noche – el chico se enojó por ese comentario – Vamos muchachos

–Sí – caminaron hacia la cabaña del aldeano, pero este los detuvo.

–Perdonen, hoy desayunaran con el terrateniente. Quiere agradecerles por exterminar a ese demonio – el "exterminador" resopló y entró al palacio.

Los demás, sin tener más alternativa entraron al palacio junto al aldeano, el cual los guiaba. El lugar era grande, pero fácil de recorrer. Inuyasha miraba para todos lados, el palacio era increíble, sin mencionar sus decoraciones tan esplendidas. Se detuvieron al frente de una puerta doble, la cual se abrió dejando ver el gran comedor del lugar.

–Bienvenidos – el terrateniente apareció al frente de estos – Los he llamado para agradecerles haber matado ese demonio y protegido mi aldea

–No es molestia alguna – reverencio el monje.

–Por favor, pasen y sírvanse lo que gusten. Espero sea de su agrado, queridos forasteros

Justamente al frente de ellos había un festín con todo tipo de comida. Arroz, huevos, carne, verduras, vegetales, etc. Era como un mercado. Shippo e Inuyasha fueron los primeros en saltar hacia la mesa. Era increíble la cantidad de comida que yacía allí.

–Muchas gracias por todo esto, señor – Sango lo reverencio.

–Adelante

[...]

–¡Baja de ahí! – gritaba molesta – ¡Suzuka, no me hagas molestar más!

–Solo quiero ver donde esta

–Haz caso, no es como si hiciera falta – el chico estaba fastidiado.

–Sí hace falta

–Suzuka, ya basta, baja – la chica hizo caso y suspiró – Kohaku, búscalo

–¡Yo iré con él!

–Te quedaras conmigo – Kohaku sonrió.

–¿Qué hago si lo encuentro?

–Regresa lo más rápido que puedas, es todo – el chico asintió y se fue.

–¿Por qué no puedo ir? – Kagome suspiró.

No le molestaba que la niña lo buscara, solo que se emocionaba de más al frente del chico, sin mencionar como Kohaku se llenaba de odio al estar cerca de ese ambiente. Sospechaba que el hermano de la exterminadora sentía algo por la híbrida, pero no quería meterse en su relación. La gata se acercó a la sacerdotisa estrujándose en ella. Kagome sabía que ella podía sentir su estado de ánimo, por ende, su comportamiento variaba. La chica correspondió la caricia y le sonrió.

Engañados [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora