Aldea misteriosa

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La aldea estaba completamente tranquila. Inuyasha y los demás se preparaban para partir a buscar los fragmentos faltantes de la perla de shikon.

Kaede: Tengan cuidado – Inuyasha asintió.

Inuyasha: Volveremos pronto anciana – Shippo sonrió.

Shippo: Ya sabe que siempre regresamos – su sonrisa fue correspondida.

Sango: Además, no es que vayamos a encontrar algo valioso – Miroku asintió.

Miroku: Tal vez encontremos algo de comer y un poco de dinero – Kaede asintió.

Kaede: Los estaré esperando – estos se despidieron ya que se habían puesto en marcha.

Como siempre Kirara cargaba a Sango y el monje Miroku. Mientras que Inuyasha tenía que encargarse de Shippo. Algo que lo molestaba ya que el pequeño zorro le decía groserías sobre su persona o comentaba cosas incoherentes.

Shippo: Inuyasha... – el hanyou suspiró.

Inuyasha: ¿Qué quieres? – su ceño estaba fruncido.

Shippo: ¿Sabes cómo obtener más fragmentos?

Inuyasha: Como molestas – gruñó.

Shippo: Sólo pregunto algo

Inuyasha: Mejor no preguntes

Sango: ¿Porqué noto a Inuyasha más molesto? – si hablaba un poco más alto el mencionado la iba a escuchar y no quería eso.

Miroku: Puede ser que el pequeño Shippo esté molestándolo – encogió sus hombros.

Sango: ¿Y qué gana haciendo eso?

Miroku: Querida Sango, a veces es mejor ignorar el hecho que seguirle la corriente – Sango asintió.

El monje intentó calmarla, pero al contrario de eso lo que provocó fue más curiosidad en ella. Sango sabía que aquel día se había excedido con Inuyasha, pero tenía que hacerlo recapacitar. Él tenía que darse cuenta que Kagome iba a regresar y nunca los había abandonado.

Miroku: ¡Inuyasha! – el hanyou asintió.

Inuyasha: Hay una energía maligna muy cerca – avanzaron el paso.

Sango: Y proviene de esa aldea – señaló una aldea cercana.

Inuyasha: Hay que avanzar – estos apresuraron más el paso y llegaron a la aldea.

Se veía completamente normal y los humanos se veían tranquilos caminando por ella. Varios niños pasaron de largo ignorando por completo la existencia de ellos.

Shippo: Nos acaban de ignorar – Inuyasha asintió.

Miroku: Que extraño – sus amigos lo miraron – La energía maligna aún está, pero los aldeanos están ignorando eso

Shippo: Incluso nos ignoraron – Sango caminó hacia un aldeano.

Sango: Disculpe – el aldeano la miró – ¿Podemos hacer una exterminación aquí? Hay una energía maligna

Aldeano: Eso es imposible

Todos: ¿Eh? – estos se miraron entre sí.

Aldeano: Esta aldea es bendecida por la diosa – anunció.

Miroku: Puedo preguntar... ¿qué diosa? – el aldeano negó.

Aldeano: La diosa nos dijo que no podíamos hablar de ella a forasteros

Inuyasha: ¿Pero qué idiotez es esa? – se acercó al aldeano – Dinos ahora mismo quién es esa diosa – el aldeano salió corriendo hacia la aldea – Que fastidio

Miroku: Por lo que vemos estos aldeanos no nos van a aceptar en su aldea – suspiró de decepción – Y yo que tenía una excusa

Sango: Ya sabía yo – miraba al monje seria.

Inuyasha: Eres un monje desagradable

Shippo: Eres mala influencia para mi – Miroku lo miró sorprendido.

Miroku: No digan eso – suplicó.

Inuyasha: Pero no cabe duda que ésta aldea tiene una energía maligna – Sango asintió.

Sango: ¿Y si nos dirigimos a otro aldeano? Puede que nos ayude

Shippo: Y tal vez nos cuente sobre la diosa – todos dieron un salto de susto por la voz que se hizo presente - ¡Me asustó! – estos observaban a la mujer.

Miroku: ¿Qué se le puede ofrecer a una mujer tan agradable como usted?

Sango: ¡Excelencia! – éste miró a Sango con una sonrisa y pudo ver como su enojo crecía.

Miroku: Sango, sólo quiero ayudar a ésta pequeña dama – encogió sus hombros.

Inuyasha: ¿Qué quieres? – preguntó de golpe a la mujer.

Mujer: He escuchado que quieren saber sobre la diosa de este lugar – estos asintieron – Puedo ayudarles

Engañados [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora